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La desnutrición crónica, el sobrepeso y obesidad en niños de 6 a 9 años en áreas urbanas del Perú Dres.
Jaime Pajuelo Ramírez (**), Resumen Conocer la prevalencia de desnutrición crónica, sobrepeso y obesidad en niños de 6 a 9 años de edad por niveles socioeconómicos. Se estudiaron 1547 niños, de ambos sexo y de edades comprendidas entre los 6 a 9 años de edad. El 48% corresponde al género femenino. Los grupos por edad y género son bastante homogéneos. El estudio se realizó en áreas urbano marginales de Cerro de Pasco, Arequipa y Lima, todos de nivel socioeconónico bajo. Asimismo se eligió un área urbana de Lima (*) como representante de un nivel socioeconómico alto. A todos los niños se les tomaron las siguientes medidas: peso, talla, perímetro de brazo, pliegue celular tricipital, subescapular y circunferencia de la cintura. Con las dos primeras medidas se calculó el Indice de Masa Corporal (kg/m2). Para definir desnutrición crónica se utilizó el patrón de referencia del National Center for Health Statistic y como nivel de quiebre el menor de menos dos desvío estandar, y el de Must A. et al., denominando sobrepeso y obesidad a los valores entre el 85 y 95 y mas del 95 percentil respectivamente. La prevalencia de desnutrición crónica, el sobrepeso y la obesidad en Cerro de Pasco es de 37, 12 y 3%, en Arequipa 24, 23 y 6%, en Lima 11,16 y 15% y en Lima(*) 1, 25 y 28% respectivamente. Los niveles de correlación del IMC son altos con el peso, el perímetro y la grasa subcutánea y visceral. Los niños de Cerro de Pasco, están creciendo en promedio, por debajo del 5 percentil, los de Lima (*) lo hacen por encima del 50 percentil. Pese a estas diferencias en el crecimiento, los valores de la talla no influyen en las variaciones del IMC (r2= 0.10). El sobrepeso y la obesidad se encuentran más presentes en los niños del nivel socioeconómico alto. En Lima y Arequipa, el sobrepeso y la obesidad son más prevalentes que la desnutrición crónica. En Cerro de Pasco predomina la desnutrición crónica y eso responde al crecimiento deficiente alcanzado por sus niños. Palabras clave: Desnutrición crónica, sobrepeso, obesidad, niños. Summary To know the prevalence of chronic malnutrition, overweight and obesity in children of 6 to 9 years of age by social economic levels. Methodology: The study was performed in 1547 children of both sexes between 6 to 9 years of age, corresponding 48% to female gender. Age and gender groups are quite homogeneous. It was performed in urban-marginal areas of Cerro de Pasco, Arequipa and Lima, all of them of low social economic level. Likewise un urban area of Lima (*) was chosen as representative of a high social economic level. All children were measured as follows: weight, height, arm perimeter, triceps skinfold, subscapular and wrist cincumference. The first two measures were used to calculate the Body Mass Index (BMI) (kg/m2). The standard reference from the National Center for Health Statistic (NCHS) was used to determine chronic malnutrition, and as breakeven level the less than two standard deviation, and the Must A. et al. one, denominating overweight and obesity to values ranging from 85 to 95 and over 95 percentile respectively. The prevalence of chronic malnmutrition, overweight and obesity in Cerro de Pasco is 37, 12, and 3%, in Arequipa 24, 23 and 6%, in Lima 11, 16 and 15% and in Lima (*) 1, 25 and 28% respectively. Correlation levels of BMI with weight, arm perimeter and underskin and visceral fat are high. Children from Cerro de Pasco are growing in average, below 5 percentil, those from Lima (*) grow over 50 percentil. In spite of these differences in growth, height values do not influence in variations of BMI (r2:0.10). Overweight and obesity is more present in children of high social economic level. In Lima and Arequipa, overweight and obesity are more prevalent than chronic malnutrition. In Cerro de Pasco chronic malnutrition predominates and that responds to the deficient growth reached by their children. Key words: Chronic malnutrition, overweight, obesity, children. Introducción Los problemas nutricionales que tradicionalmente afectan a los niños son ampliamente conocidos, entre ellos se encuentran la desnutrición energético protéica, la anemia nutricional, los desórdenes por deficiencia de yodo, la hipovitaminosis A y las caries. Cada una de estas entidades ha tenido caminos epidemiológicos diferentes. La desnutrición energético protéica, cuya expresión de mayor magnitud es la desnutrición crónica, ha sufrido una disminución muy importante que va del 39% el año 1975 (1) al 26% el año 1996 (2). Comparando estos mismos años, la anemia nutricional ha tenido un ligero incremento. Una situación completamente diferente sucede con los desórdenes por deficiencia de yodo, habiendo sido declarado nuestro país, por los organismos competentes exento de esta deficiencia. En relación a la vitamina A, existen estudios localizados que muestran la presencia de hipovitaminosis (3). La caries dental es la que menos se ha estudiado desde un punto de vista nutricional. Todos los estudios nutricionales han estado orientados alrededor del conocimiento de las deficiencias arriba mencionadas, lo que no ha permitido ver los otros aspectos de la malnutrición como son el sobrepeso y la obesidad. En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) (4) llama la atención de la presencia cada vez con mayor importancia de este tipo de enfermedades conjuntamente con otras a las que denomina enfermedades crónicas no transmisibles, en países cuyo perfil de la salud era otro. Esto se ve confirmado de alguna manera con los resultados que se muestra, para América Latina y el Caribe (5), con relación al sobrepeso y obesidad encontrado en la población adulta. Lamentablemente para la población infantil no existe un trabajo parecido. Sin embargo en el Perú se cuenta con información al respecto tanto para niños de 6 a 9 años (6) como para los de 10 a 18 años (7). La presencia de sobrepeso (13.9%) y obesidad (4.4%) que se desprende de la información del grupo de 6 a 9 años, es para ser tomada en cuenta, mas aún cuando la tendencia va en incremento. Este grupo poblacional ha sido beneficiado con la apertura del Seguro Escolar para todos aquellos que estudian en centros educativos estatales pero, desafortunadamente, no reconoce a la obesidad como una enfermedad. Esto permite presagiar que los niños que no han recibido una atención llegarán a adultos con problema de obesidad, lo que va a representar para el país, como menciona Seidell (8), una serie de costos tanto directos como indirectos. Por otro lado el uso del Indice de Masa Corporal requiere de mayores experiencias en países como el nuestro, donde la desnutrición crónica mantiene una presencia importante. El propósito del presente trabajo es conocer la prevalencia del sobrepeso y la obesidad relacionándolo con la desnutrición crónica, y demostrar cuánto influyen los diferentes niveles de crecimiento alcanzado en el valor del Indice de Masa Corporal.
Población y área de estudio Se estudiaron 1547 niños de ambos géneros de 6 a 9 años de edad, residentes en tres ciudades del país. Cada grupo de edad tiene una presencia homogénea en cuanto a género se refiere. En Lima se eligieron dos centros educativos que representasen de alguna manera niveles socioeconómicos diferentes, un centro educativo particular (*) y otro estatal. En Arequipa y Cerro de Pasco se escogieron centros educativos estatales con las mismas características que el similar de Lima (Tabla 1).
Indicadores antropométricos Se tomó el peso y la talla, con ambas medidas se calculó el Indice de Masa Corporal (p/t2) expresado en kg/m2. Así mismo fueron medidos el perímetro del brazo, los pliegues celular subcutáneo tricipital y el subescapular y la circunferencia de la cintura. Todas estas medidas se hicieron siguiendo la metodología internacionalmente aceptada (9). Para la medición de los pliegues se usó el calibrador Jhon Bull. La relación talla-edad sirvió para identificar la desnutrición crónica, usando como patrón de referencia el National Center for Health Statistic (NCSH) (10) y como criterio diagnóstico el menor de menos dos desvío estandar. El sobrepeso y la obesidad se diagnosticó mediante la clasificación de Must A. et al. (11) usando los valores correspondientes entre el 85 y 95 percentil y el mayor del 95 percentil para el sobrepeso y obesidad respectivamente. Indicadores de consumo En el Centro Educativo de Lima (*) se estudió el valor energético de la lonchera escolar del día correspondiente a la toma de la información. Los otros centros educativos son beneficiarios del programa de Desayunos Escolares ofrecidos por el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA). Análisis de la información La información antropométrica ha sido analizada mediante el paquete estadístico SPSS, utilizando las medidas de tendencia central y de dispersión, coeficiente de correlación de Pearson y regresión lineal. La información del valor energético de las loncheras se ha realizado usando la información proporcionada por los fabricantes del producto en los respectivos envases, el mismo procedimiento se ha seguido para los Desayunos Escolares. Para los alimentos no envasados se ha seguido el método de la pesada y la posterior conversión energética por intermedio de Tablas Nacionales. Resultados La Tabla 2, muestra que la mayor prevalencia de obesidad y sobrepeso la tienen los niños del centro educativo particular. Lo que llama la atención es que la presencia de estas enfermedades es también importante en los niños de centros educativos estatales, incluso en el de Lima es superior que la desnutrición crónica. Por otro lado en Cerro de Pasco y Arequipa la desnutrición crónica tiene prevalencias altas.
Prácticamente
en todos los indicadores, a excepción de los pliegues y el perímetro
del brazo y la circunferencia de la cintura, el promedio es mayor en el
género masculino que en el femenino. Por otro lado el valor promedio
del IMC guarda correspondencia con los demás promedios, o sea que
conforme se incrementa o disminuye, los otros promedios siguen esa misma
tendencia. Los números entre paréntesis indican el valor
del desvío estandar (Tabla 3).
La mayor presencia
de sobrepeso y obesidad se ubica en los niños de un nivel socioeconómico
alto, sin embargo en los niños del otro nivel existe el sobrepeso
en mayor medida que lo estadísticamente esperado, lo mismo ocurre
con la obesidad en el género femenino (Tabla 4).
En la Tabla
5 se puede observar que los niveles de correlación del IMC
son altos con el peso, perímetro de brazo y con los indicadores
grasos. Lo contrario sucede con la talla.
Los niveles de regresión
presentados en la Tabla 6 muestran que las variaciones
del IMC están dadas por las variaciones de sus dos componentes
en conjunto y en menor medida por las variaciones solamente del peso.
Las variaciones de la talla no repercuten en absoluto en los valores del
IMC.
Discusión La preocupación
de organismos internacionales como la Organización Mundial de la
Salud (OMS) (12) para el uso del Indice de Masa Corporal en niños,
en países con la presencia de desnutrición crónica,
también llamada retardo en el crecimiento, es por cuanto hay muy
pocas experiencias con relación al comportamiento de la talla,
o mejor dicho las variaciones que puede sufrir el IMC con tallas disminuídas.
En un trabajo realizado con niños de 6 a 9 años de edad
en áreas rurales del país donde la prevalencia de desnutrición
crónica alcanza al 49% (13) se reportó que la talla tanto
en los niños con y sin retardo de crecimiento no tenía ningún
efecto en el IMC ya que su R2 era similar y sumamente bajo (0.003). En
el presente trabajo se muestra que este comportamiento es prácticamente
igual en los niños de ciudades que presentan diferentes niveles
de crecimiento, es decir que no debe preocupar la talla alcanzada en las
variaciones del IMC. Un comportamiento similar se ha reportado en niños menores de 3 años (14) y de 10 a 12 años (15). Por otro lado el hecho que el denominador del índice es en metros hace que las variaciones del crecimiento que se da en centímetros se reflejen muy poco cuando se elevan al cuadrado. Esto se puede observar en la tabla de los promedios donde se aprecia que los niños de las ciudades que presentan mayor desnutrición crónica como Arequipa y Cerro de Pasco tienen valores de IMC menores, lo que ocurre también para el peso y la talla. En lo que respecta al peso su variación es en números enteros y la talla es en decimales lo que confirma que las variaciones del IMC son insignificantes con relación a las de la talla. Así se puede observar, por ejemplo, que para el género femenino la diferencia del promedio de peso y talla entre Lima (*) y Cerro de Pasco es de 7 y de 10 unidades respectivamente pero con la diferencia que la talla está expresada en centésimas. La utilización del IMC como diagnóstico para el sobrepeso y la obesidad se hace por su alta correlación que tiene con la masa grasa mas no como medida directa de la grasa en sí (16). Los valores del IMC que varían en las diferentes ciudades permiten observar que el mismo comportamiento se da para los valores no sólo de la grasa subcutánea (pliegue tricipital y subescapular) sino también la visceral (circunferencia de la cintura) lo que corresponde de alguna manera a lo mencionado por Cole (16) y que es demostrado mas aún con los valores encontrados de correlación para estos indicadores. Por otro lado Pietrobelli (17) demuestra una gran asociación entre el IMC y la grasa total y el porcentaje de grasa del peso del cuerpo. La mayor presencia de sobrepeso y obesidad se da en el centro educativo particular (*) donde prácticamente no existen problemas de desnutrición crónica. En este grupo de edad el nivel socioeconómico está directamente asociado al estado nutricional encontrado. * No significativa En el grupo adulto es diferente ya que los problemas mencionados como el sobrepeso y la obesidad se encuentran más asociados a los niveles socioeconómicos bajos (18). En los otros centros educativos de Lima, Arequipa y Cerro de Pasco, ubicados en zonas urbano marginales, la obesidad discurre en forma inversa a la desnutrición crónica, lo que no sucede igual con el sobrepeso. No debe llamar la atención la presencia de sobrepeso y obesidad en niños que acuden a centros educativos estatales, esto ha sido anteriormente reportado en Arequipa (19), Tacna (20) y Puno (21). La explicación de la presencia del sobrepeso y la obesidad gira alrededor del balance que se da entre la ingesta de alimentos y la pérdida de energía dada fundamentalmente por la actividad física. El estudio no pretende analizar toda esta problemática pero si algunos aspectos que considera relevantes. Uno de ellos se refiere al suplemento alimentario que reciben los escolares, que para el caso de los niños del centro educativo particular es la lonchera escolar y para los de los centros educativos estatales es el Desayuno Escolar que se da dentro del Programa de Alimentación Suplementaria. En cuanto a la lonchera escolar representa aproximadamente 600 kilocalorías como promedio y está compuesto por alimentos procesados que no guardan una uniformidad entre los nutrientes que lo integran ni cuali ni cuantitativamente. El Desayuno Escolar está integrado por nutrientes que cumplen la ley de la armonía de Escudero y proporcionan alrededor de 500 kilocalorías que representa el 30% del requerimiento energético del niño y que además son enriquecidos con hierro, yodo, calcio y fósforo. La otra gran diferencia es que mientras los niños que llevan lonchera, vienen tomando desayuno, para la gran mayoría de los otros niños el Desayuno Escolar cumple el rol del desayuno. Estas diferencias de ingesta energética explican parcialmente las diferencias en las prevalencias encontradas. El otro aspecto importante es el que tiene que ver con la actividad física, relacionado a la mayor cantidad de horas que pasan frente al televisor y a la computadora, lo que puede indicar cierto grado de sedentarismo. En los niños del nivel socioeconómico alto, el 100% cuentan con ambos aparatos, en el caso de los niños de nivel socio económico bajo el 95% cuentan con TV y sólo un 10% con computadora, lo que refleja de alguna manera las diferencias en lo que a actividad física se refiere. Ante la pregunta cuántas horas pasan viendo TV, los primeros contestaron 2 horas mientras que los segundos 1 hora, en promedio. Gortmaker (22) ha sugerido que el incremento de la obesidad en los niños de los EEUU se debe al incremento de las horas que ven televisión con la concomitante reducción de la actividad física, lo mismo es sugerido por Jeffery (23). Anderson (24) reportó que en niños que ven más horas de TV ha encontrado mayores índices de masa corporal lo mismo que grasa corporal. Se menciona que la prevalencia de la obesidad y las horas de ver TV se han incrementado, hecho que no sucede con la ingesta de energía por lo que se deduce que el mayor culpable de la obesidad está relacionado a la disminución de la actividad física más que al incremento de la ingesta. Este hecho que se da en niños y adolescentes ya fue reportado en adultos por Prentice (25) en el Reino Unido. En lo referente a la desnutrición crónica su presencia data de mucho tiempo atrás y no necesariamente es la resultante de un desbalance, es mas un reflejo de las condiciones socioambientales en las que viven los niños. Es en ese sentido que este indicador (relación talla/edad) ha sido utilizado, conjuntamente con otros, para diseñar el Mapa de Pobreza del Perú. El encontrar prevalencias altas en Cerro de Pasco y Arequipa y compararlas con las reportadas en el I Censo Nacional de Talla en Escolares (26-27) demuestran que este problema está disminuyendo en el país, hecho ya demostrado (28) y que se encuentra de acuerdo con la tendencia que se está dando a nivel mundial (29). La conclusión de este trabajo apunta en dos direcciones, la primera es mostrar que las variaciones de la talla no representan ninguna variación en el valor del IMC y la segunda es llamar la atención de las autoridades competentes y de la comunidad en general de la presencia, en forma emergente, del sobrepeso y la obesidad en nuestros niños, independientemente del nivel socioeconómico de donde provengan. Bibliografía 1. Ministerio de
Salud. Instituto de Nutrición. Evaluación del Estado
Nutricional del Poblador Peruano (ENPPE 1975). |