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Síndrome Metabólico Dr. Mario Zubiate Toledo (*) A) ASPECTOS HISTÓRICOS Y DEFINICIÓN Desde que fue dado a conocer por primera vez, con el nombre de "Síndrome X" por Reaven en 1988 (1), el "Síndrome Metabólico" ha recibido numerosas y variadas denominaciones que describiremos más adelante. Pero la mayoría de los autores pretenden describir con él un conjunto de manifestaciones, tanto clínicas como metabólicas, que caracterizan al sujeto con el más alto riesgo de desarrollar morbimortalidad cardiovascular de origen ateroesclerótico. Si pretendemos descubrir los orígenes de este concepto, creo que debemos remontarnos a los estudios efectuados por Kisch en 1915 (2), Paullin y Saulis en 1922 (3), Allison en 1927 (4), John en 1929 (5) y Ogilvie en 1935 (6). En ellos se destaca la relación entre los hallazgos de pruebas de tolerancia a la glucosa y sus variaciones en relación con obesidad, duración de la misma y edad del sujeto estudiado. En 1947 Vague (7) subrayó la diferencia en la distribución de la grasa entre varones y mujeres y en 1956 (8) relacionó la forma androide de obesidad con la predisposición para desarrollar diabetes, ateroesclerosis, gota y calculosis úrica. Poco después, en 1959 (9,10), las compañías de seguros de vida de Norte América comprobaron que los obesos y los hipertensos tienen mayor riesgo de morbimortalidad cardiovascular. Quizás de esta manera nació la primera agrupación de elementos que sugieren "riesgo cardiovascular" y que me tomo la libertad de denominar "Terceto Clásico". TERCETO CLÁSICO El "terceto clásico" fue el instrumento utilizado por los profesionales de la salud del servicio de Endocrinología del Hospital Nacional Guillermo Almenara I. para llevar a cabo numerosas campañas de detección de esta patología entre poblaciones laborales de ciudades como Lima, Cusco, Piura, Catacaos, Chulucanas, Paita, Pucallpa, Contamana y Maquía y también en la población general mayor de 30 años de Lima. El total de sujetos evaluados con este propósito fue de 19,826 y ello permitió por primera vez tener una idea concreta de la epidemiología de estas entidades en el Perú (11). Las publicaciones de Vague (7,8) fueron el fundamento para que en 1989 Kaplan (12) creara otra agrupación que denominó "Cuarteto Mortal" CUARTETO MORTAL Un año antes, es decir en 1988, Reaven (1) describió el "Síndrome X" que en realidad es un sexteto formado por los siguientes componentes: SEXTETO "SÍNDROME
X" Lo que le da especial significado a este "Síndrome X" de Reaven es la asociación, como factores adicionales de "riesgo cardiovascular", de la disminución de la fracción HDL de colesterol ligada a la hipertrigliceridemia y el binomio resistencia a la insulina-hiperinsulinemia. Pero, a diferencia del "terceto clásico" y del "cuarteto mortal", en el Síndrome X no figura la obesidad. Zimmet reparó en este detalle lo mismo que en el hecho, descrito en varias publicaciones previas (13-15), que destacan las vinculaciones entre obesidad y diabetes mellitus, especialmente en poblaciones de países subdesarrollados. De esta manera Zimmet transforma el sexteto de Reaven en un Septeto en 1992 (13). SEPTETO (ZIMMET) Zimmet se ha interesado contínuamente en los problemas relacionados con lo que el denomina el "Síndrome Metabólico" y que significa el agrupamiento de varias manifestaciones clínico-metabólicas estrechamente relacionadas con morbimortalidad cardiovascular. Así, en 1992 describe también el "Síndrome X Plus" (16). DECETO "SÍNDROME
X PLUS" Zimmet, australiano
y discípulo de H. Keen, se interesó desde 1973 en la epidemiología
de la diabetes tipo 2 en poblaciones en desarrollo de las Islas del Pacífico
y del Océano Indico. Como resultado de tales investigaciones concluye
que en dichas regiones la diabetes mellitus tipo 2, lo mismo que la hiperinsulinemia,
la hipertensión arterial y la dislipidemia que la acompañan,
ya son un problema de salud y lo serán aún más en
el futuro. Por tales motivos, habla de "Síndrome del Nuevo
Mundo" (17). En su "Manual para Clínicos" sobre diabetes mellitus no insulinodependiente pone especial acento en el concepto de que el síndrome metabólico es la agrupación de elementos que significan alto riesgo cardiovascular. En el mencionado manual señala ocho componentes esenciales (18). OCTETO "SÍNDROME
METABÓLICO" SÍNDROME
METABÓLICO: Agregar a esta información 2 ó más de los componentes de la siguiente lista: Presión arterial
= o ³ que 160/90 mmHg Para completar esta revisión actualizada hasta setiembre del presente año presentamos la última publicación de Zimmet sobre el particular (20): ONCETO "SÍNDROME
METABÓLICO REVISADO" Sería injusto no mencionar la publicación de Schwartz (21) sobre el mismo tema y que es un cuarteto aunque algo diferente al de Kaplan: CUARTETO "LOS
CUATRO GRANDES" Esta rápida mirada histórica acerca del concepto actual sobre lo que debe entenderse como "Síndrome Metabólico" nos permite destacar lo siguiente: 1. El Síndrome Metabólico es un conjunto de manifestaciones clínico metabólicas que expresan un alto riesgo de patología cardiovascular. 2. El origen y causa de este riesgo es un desorden que, por lo menos en sus etapas tempranas, podría ser reversible. 3. Este desorden ha sido denominado "ateroesclerosis" y se caracteriza por la acumulación de células musculares lisas y de lípidos dentro de la capa íntima de las arterias de mediano y gran calibre (22). 4. La ateroesclerosis es la causa más importante de morbimortalidad por isquemia miocárdica, accidente cerebrovascular y gangrena de miembros inferiores (22). 5. La enfermedad isquémica coronaria ocupa actualmente el primer lugar como causa de muerte en países occidentales industrializados(23) y está adquiriendo importancia similar entre países en desarrollo como el nuestro (24, 25). El síndrome metabólico no se presenta siempre con las mismas características. Aparentemente hay diferencias relacionadas con distintos factores. Así, en una publicación de Calvillán, M. et al. (26) aparece un cuadro en el que se mencionan diferencias raciales en las prevalencias de los diferentes componentes del síndrome metabólico. Igualmente, Zimmet destaca una mayor prevalencia de obesidad central en determinados grupos raciales (13) tales como: európidos (Suecia), mejicano-americanos, nativos americanos (indios Pima), micronesios (Nauruanos), musulmanes, hindúes asiáticos, creoles (mezcla de africanos, europeos e hindúes), chinos y japoneses-americanos. En todos estos grupos raciales se hizo evidente este rasgo del síndrome metabólico al adoptar estilos de vida "occidentales". Algo similar ha sido descrito en Latinoamérica entre poblaciones indígenas que migran de zonas rurales a urbanas en Colombia (27) y aquellas que bajan de grandes alturas, encima de los 3 mil metros sobre el nivel del mar, a la costa en Perú (28). Una mención especial requieren las observaciones de diversos investigadores peruanos acerca de la influencia de la vida en grandes alturas sobre el síndrome metabólico. Pretendemos tocar este punto con más detenimiento a continuación. B) SÍNDROME METABÓLICO Y ALTITUD Las poblaciones que viven en "grandes alturas", es decir, por encima de los tres mil metros sobre el nivel del mar, están sometidas a características ambientales especiales. En la Tabla 3 se presentan comparativamente tales características en las ciudades de Lima y Cuzco (29). Los habitantes de Cuzco están sometidos a un estado de hipoxia crónica, a temperaturas mucho más bajas y a un clima mucho más seco. Varios investigadores han demostrado, desde 1936, que el poblador de grandes alturas tiene niveles de glicemia más bajos que el poblador del nivel del mar (30-35). Adicionalmente, Zubiate (36) y Seclén (37) han comprobado que la prevalencia de diabetes mellitus es significativamente menor en Cuzco y en Huaraz respectivamente, ciudades situadas por encima de los 3 mil metros sobre el nivel del mar, en comparación con localidades a nivel del mar. Cerca de 5 millones
de peruanos nacen, desarrollan y viven en la cordillera de los Andes,
en grandes alturas. Ello
Cambios metabólicos y hormonales -Menor concentración
de glucosa en sangre, tanto en condiciones basales como durante pruebas
de sobrecarga con 0, 85 g/kg de peso corporal.
Cambios tisulares -Mayor número
de capilares por unidad de volumen en cerebro, músculo, miocardio
y otros tejidos.
Ruiz (39) ha demostrado en 1973 que los pobladores de la altura tienen niveles más bajos de colesterol total y de beta-lipoproteínas (que corresponden a las LDL) y valores más altos de alfa-lipoproteínas (correspondientes a las HDL). El mismo autor destaca una menor frecuencia de hipertensión arterial y de enfermedad isquémica miocárdica en la población andina. Por otra parte Garmendia y sus cols.(40) observan concentraciones más altas de triglicéridos de VLDL y de ácidos grasos libres tanto en normales como en obesos y diabéticos que se puede interpretar como un fenómeno de compensación energética debido a la tendencia hacia la hipoglicemia, condicionada por la mayor sensibilidad a la insulina endógena. El tipo de patología cardiovascular que se encuentra en la altura difiere del de la costa o nivel del mar. En la altura hay mayor prevalencia de cardiopatías congénitas y reumáticas; en cambio, hipertensión arterial, isquemia coronaria y de miembros inferiores son menos frecuentes que a nivel del mar (41). En los estudios comparativos entre Lima y Cuzco efectuados por nosotros en poblaciones laborales, en sus propios centros de trabajo, incluyendo 27, 1% y 30, 9% de individuos entre 17 y 29 años de edad respectivamente, las prevalencias de pre-obesidad (IMC entre 25,0 y 29,9), obesidad (IMC de 30,0 y más), hipertensión arterial (HTA), tolerancia deteriorada a la glucosa (TDG) y diabetes mellitus (DM), distribuidas por género, fueron las siguientes (36):
También hemos podido evaluar las prevalencias de HTA, siguiendo las pautas del Comité de Expertos de la OMS de 1996 (36) en las poblaciones de Lima y de Cuzco. Aquí cabe destacar que estas fueron significativamente mayores entre los portadores de DM y de TDG, en comparación con el grupo de sujetos normales (p < de 0.001) tanto en Lima como en Cuzco. Esto se demuestra en la siguiente tabla (Tabla 5):
Estadísticamente las prevalencias de HTA entre portadores de TDG y de DM son significativamente mayores (p < de 0.001) que entre normales. C) ORÍGENES DEL HOMBRE Los restos humanos más antiguos descubiertos hasta hoy provienen de Africa y están representados por un esqueleto fosilizado encontrado en Afar, Etiopía, de 3,4 millones de años de antigúedad. Se trata de una hembra de complexión baja y robusta. Las características de su esqueleto muestran que estaba adaptada para la locomoción erecta, diferencia sustancial con los simios. Estos restos han recibido el nombre de LUCY (42). En 1978 fueron descubiertas huellas pertenecientes a homínidos que deambulaban cerca del volcán Laetolil también en Africa. Se marcaron sobre las cenizas blandas que después se endurecieron. Este hecho permitió demostrar que pertenecieron a dos adultos con una talla entre 1,1 y 1,4 metros y peso de unos 27 kg cada uno y de un niño, con trazos inconfundibles del pie humano. Probablemente caminaban tomados de la mano. Se ha calculado su antigúedad en 3,7 millones de años. Estos antepasados de la especie humana se multiplicaron en Africa, alrededor de las amplias regiones lacunares (42). Nuestros antecesores pre-humanos disfrutaron en esa época, hace 2 a 4 millones de años, de un clima tibio y húmedo y recolectaban y se alimentaban de frutas, bayas y granos de los bosques tropicales. Los carbohidratos eran parte importante de su dieta. Pero hace 2,5 millones de años sobrevino una severa glaciación con precipitación de la temperatura y transformación de los bosques tropicales en sabanas secas. Los homínidos bípedos se transformaron progresivamente en carnívoros. Así el "homo hábilis" que vivió hace dos millones de años fue seguramente un vegetariano pero que suplementaba sus requerimientos nutricionales con restos de otros cazadores carnívoros. El "homo erectus" que habitó hace 1,5 millones de años ya era un activo cazador y muchos antropólogos opinan que la necesidad de cazar fue la presión genética que determinó el marcado desarrollo cerebral del "homo sapiens" es decir "hombre cazador" (43). D) GENOTIPO AHORRADOR En los últimos dos millones de años nuestros antepasados sufrieron grandes hambrunas que se alternaban con épocas de festín. Para poder sobrevivir tuvieron que desarrollar cambios que garantizaran una máxima eficiencia metabólica. Estos cambios son: -Capacidad para almacenar grandes cantidades de energía en forma de grasa; -Favorecer la gluconeogénesis y la lipogénesis hepáticas; -Desarrollar insulinoresistencia selectiva a nivel del tejido muscular (45). Para ello era necesario que hubiera un estado de hiperinsulinemia (44). Como se ha mencionado, esta adaptación metabólica fue la que le permitió a la especie humana su supervivencia. Este fenómeno ha recibido el nombre de "genotipo ahorrador" o "genotipo económico" y pone énfasis en dos aspectos: su carácter genético, es decir, el hecho de que a lo largo de siglos las situaciones ambientales determinaron presiones que concluyeron en cambios genéticos (46) que aseguran la predisposición humana hacia la obesidad, la dislipidemia, la HTA y la ateroesclerosis con los estilos modernos de vida "occidental" y también el de economía o ahorro que destaca la capacidad de nuestro organismo para almacenar energía, a largo plazo, en forma de grasa, en previsión para épocas de hambruna (46). E) FENOTIPO AHORRADOR A partir de los años 90 salieron a la luz numerosos estudios demostrando que la desnutrición materna influye decisivamente en el riesgo futuro de su descendiente para desarrollar patología cardiovascular de origen aterosclerótico. Las primeras publicaciones se originaron en Hertfordshire (47), un pueblito de Inglaterra, y describieron los hallazgos en la adultez de niños que habían nacido en dicha localidad después de la Primera Guerra Mundial, alrededor de 1920, y que pudieron ser evaluados médicamente cuando habían cumplido los 60 años. En ellos se comprobó la presencia de varios de los componentes del "síndrome X" de Reaven tales como hipertensión arterial, dislipidemia, tolerancia disminuída a la glucosa y DM tipo 2 (48). Posteriormente fueron descritos hallazgos similares por numerosos investigadores en diversas poblaciones. El denominador común en estas observaciones fue el peso bajo - menos de 2,5 kg - o signos evidentes de desnutrición del neonato, asociado a desnutrición materna. La lista de comunicaciones destacando la importancia de la desnutrición materna, durante la gestación, como factor predisponente para el desarrollo de patología aterosclerótica en la época adulta, ha crecido progresivamente. La Federación Internacional de Diabetes subraya la importancia de este hecho y le dedica el Boletín en el número 2 de 1998 (49). Para nuestro Perú estas observaciones deben obligarnos a investigar estos problemas ya que uno de los grandes problemas de nuestro país es justamente la desnutrición, especialmente en mujeres en edad fértil (50). Bibliografía 1. Reaven, GM.
Role of insulin resistance in human disease. Diabetes, 1988;37:1595. |