La
medicina científica occidental, otras alternativas y las plantas
medicinales: Una nueva visión
Dr.
Ciro Maguiña Vargas (*)
Hace más de
20 años culminé mi carrera médica en la UPCH, en
ese tiempo pensé ingenuamente que la medicina de tipo occidental
en la que me formé, era la más importante y la única
que resolvería todas mis inquietudes profesionales, científicas
y personales; pero al enfrentarme a la verdadera y cruda realidad de la
vida y de la salud, fui conociendo poco a poco las otras medicinas, mal
llamadas alternativas, entre ellas nuestra milenaria medicina tradicional
andina y amazónica, lo que posteriormente me obligó a usarla,
por ejemplo aprendí que el Payco y el Ojé son útiles
para el tratamiento de algunos nematodos (Ascaris, Oxiurus); que la Manzanilla
y el Llantén son excelentes desinflamantes (hemorroides, balanitis);
lo que me motivó a asistir a diversos eventos nacionales e internacionales
sobre dichos tópicos y posteriormente a dictar algunas conferencias
sobre esta importante materia; de esta forma nació el interés
por estudiar y comparar nuestra medicina occidental con las otras medicinas,
incluyendo nuestra ancestral medicina tradicional peruana y por ello en
esta pequeña publicación, trataré de abordar algunos
aspectos de dicha problemática y de su importancia actual (1).
En muchas universidades
del mundo (China, India, Francia, Inglaterra, Estados Unidos de Norteamérica,
México, Egipto, etc.) dentro de la formación del médico
(pregrado y posgrado) se incluyen diversas materias o cursos obligatorios
relacionados a la medicina tradicional y las otras medicinas alternativas,
incluso en algunas universidades nacionales (UNFV, UNMSM, Chiclayo, Cuzco,
Arequipa, etc.) desde hace varios años existen cursos o tópicos
relacionados al campo de la medicina tradicional. Por diversos motivos
todavía no se enseña dicho tópico en la UPCH como
en otras universidades nacionales, a pesar que muchos profesores y estudiantes
han realizado importantes investigaciones sobre la Uña de gato,
la Maca andina, Sangre de grado, otras plantas antidiarreicas y antiparasitarias,
etc. (2).
La medicina tradicional
o folklórica es una rama de la medicina muy antigua, que se ha
desarrollado en el contexto social y económico de las antiguas
civilizaciones y se han perpetuado a lo largo de los siglos, ejemplo de
dicha medicina son: la milenaria y prodigiosa medicina china, la hindú
(ayurveda, siddha y unani), sumeria, asiria, egipcia, babilonia, iraní,
masai, polinesia, maya, azteca, aymara, quechua, inca, aguaruna, etc.
Todas ellas y otras más se han mantenido a lo largo de varios miles
de años en forma oral y/o escrita., y con el conocimiento científico
actual se han validado o desechado muchas concepciones (3-7) .
Los curanderos sumerios
30 siglos antes de Cristo, usaron el sauce, la leche fermentada y el azufre
para aliviar muchas molestias usuales como los dolores y las fiebres,
hoy día sabemos que el uso del sauce para los dolores tiene como
fundamento la presencia en dicha planta del ácido acetil salicílico.
Para su desarrollo
y aceptación han tenido que transcurrir miles años de aciertos
y errores, en ese proceso los curanderos y shamanes han aprendido a conocer
bien las plantas medicinales, minerales, y otras sustancias; incluso,
muchas de las medicinas que usamos hoy en día proceden de las canteras
de la medicina tradicional.
De nuestra milenaria
cultura andina y amazónica, los diversos curanderos conocidos como:
"Hampi Camayoc, Ichuris, Guacaues, Laycas, Wishas, Allcos",
etc en sus diversas terapias descubrieron y usaron muchas plantas medicinales,
entre ellas tenemos a la mundialmente famosa QUININA conocida con diversos
nombres como el polvo de los jesuitas, polvo de la condesa, polvos peruanos,
etc., el cual es proveniente del árbol de la quina (Cinchona officinalis);
esta cascarilla aliviaba diversas fiebres y "tercianas" de los
hombres andinos, actualmente la quinina, es una importante medicina para
el tratamiento de la malaria producida por la especie falciparum (forma
maligna).
Esta cascarilla de
la quinina, se usó durante más de doscientos años
en todo el mundo y salvó la vida a millones de habitantes, a pesar
que no se conocía el principio activo, como dato anecdótico
es bueno recordar que recién en 1942 se descubre la cloroquina
para el tratamiento del paludismo por plasmodium vivax.
Actualmente este árbol
de la quina esta en fase de extinción en el Perú, sólo
existe en una pequeña área de la reserva natural del departamento
de San Martín.
Según algunos
escritores europeos, el uso exitoso de la quinina en el tratamiento de
la malaria en Europa, permitió y ayudó a conquistar el continente
africano, ya que antes del uso de la quinina, muchas expediciones y misiones
de los ingleses, holandeses, belgas, etc. fracasaron debido a la alta
mortalidad que producía la malaria en el África.
Además de la
quinina, han existido numerosas plantas y vegetales precolombinas que
hoy en día son de gran consumo mundial, algunas ellas son incluso
consideradas como sustancias antioxidantes, entre ellas tenemos: La Papa
(Solanum tuberosum) que posee más de 4,000 variedades, el Camote
(Ipomea batata), Yuca (Manihot esculenta), Maiz (zea mays), Amaranto (Amaranthus
caudatus), Quinua (Chenopodium quinoa), Arracacha, Yacón, Olluco,
Tarwi o chocho, Mashua, Oca, Cañihua, Maca, Tomate (antigüedad
de 9,000 años), Palta, Guayaba, Chirimoya (Annona cherimelia),
Pacae, Lúcuma, Aguaymanto, Granadilla, Pepino, Ciruela, Tumbo,
Mito, Cocona, Camu camu, Coca (erythroxican coca), San Pedro (Trichocereus
pachanos), Pasuchaca, Choquetarpo, Cayhua, Huito (gebnipa americano),
Catahua (hura crepitans), Paico o amush (Chenopodium ambrosoides), Toronjil
(Melissa officinalis), Sangre de grado (crotón salugataris), etc.
(8, 9).
La medicina precolombina
no tuvo un pensamiento médico ni científico, fue empírica
y se desenvolvió en un ambiente mágico religioso y místico,
las prácticas eran desorganizadas y los métodos de aprendizaje
eran individuales y se aprendía el arte de curar en forma secreta.
Pero lo notable de
los curanderos fue el gran conocimiento que tenían de la ecología
y el clima, y su relación con algunas enfermedades, entre las diversas
técnicas emplearon el masaje y la succión ("para extraer
la enfermedad"), baños medicinales, enemas y sangrías.
Se usó como anestésico la chicha de jora sola o mezclada
con otras plantas, incluso hay evidencia del uso en personas de prótesis
metálicas en dientes malogrados.
La milenaria cultura
china, con más de cinco mil años de antiguedad, posee una
de las más grandes tradiciones mundiales de medicina popular, entre
sus numerosas plantas medicinales destaca la planta Artemisia (Artermisia
annua) conocida popularmente como "Qingashou", la cual fue usada
durante miles de años para diversas dolencias e incluso para calmar
muchas fiebres rebeldes, se la considera una de las hierbas milagrosas.
Hoy sabemos porqué, ya que se descubrió a fines de 1960,
que contenía una serie de sustancias entre ellas el Arthemeter,
que es activa para el tratamiento de las formas graves de paludismo (cepas
resistentes de malaria falciparum), lo cual ha permitido usarla con éxito
en el África, Asia y América. De no existir esta milagrosa
planta china existirían miles de muertos por esta grave endemia
mundial.
La medicina occidental
de influencia grecorromana, tuvo también el aporte la medicina
tradicional, así su dios Esculapio o Asclepio curaba con plantas
medicinales que fueron enseñadas por su centauro Kiron.
En el tiempo de Galeno
(200 d.c) era muy popular la Triaca, que era una mezcla de más
de 70 sustancias vegetales, animales, entre ellas la carne de víbora.
Esta "triaca" conocida con el nombre de "bestia salvaje"
se usaba para todo tipo de mal y este medicamento fue traído al
Perú durante la conquista.
Nuestra medicina occidental
luego de la influencia grecorromana, tuvo también el aporte de
la escuela médica árabe, posteriormente de la alemana, española,
inglesa, francesa (de gran influencia) y finalmente en las últimas
décadas de la norteamericana.
Durante muchos años
los médicos formados en las principales escuelas médicas
no tenían muchos recursos de diagnóstico y de terapia y
hasta hace poco, usaban su sabiduría, su paciencia y a lo más
contaban con numerosos productos galénicos provenientes de las
plantas y animales, gracias a lo cual muchos pacientes mejoraban y curaban
y otros sobrevivían gracias a su inmunidad y a la fe y confianza
que tenían de su médico. Los médicos en ese tiempo
tenían pocas medicinas, no había antibióticos, vacunas,
insulina, corticoides, etc. En realidad yo les llamaría "curanderos
ilustrados y cultos".
Son cientos y miles
los medicamentos provenientes de la medicina tradicional, que se usan
hoy en día, así tenemos: La belladona obtenida de la planta
rawolfia serpentina (usados por los sumerios e indios como tranquilizante),
aloe, colchico, genciana, canela, aceite de ricino, aceite de olivo (usado
por los egipcios), la Digitoxina, (obtenida de las hojas verdes de la
deladera) (digitalis purpura, 1785), la Efedrina (Efedra cínica),
Tubocurarina (obtenida del curare, planta de sudamérica), Emetina
(Cephalis ipecuacuana), Reserpina (usado por los hindúes como tranquilizante),
aspirina (sauce), Opio, Hiosciamina (Hyoscyamus Níger), Pilocarpina
(pilocarpus jaborandi), Codeína (Papaver somniferum), Cafeína
(Camelia sinensis), Morfina (Papaver somniterum), Atropina (atropa belladona),
cocaina (Erythrotoxyxum coca), Mentol (Mentha spp), Levodopa (Mucuna deringiana),
Teofilina (Camelia sinensis), Podofilina (Podophylium peltatum), Colcichina
(Colchicucum aulumnale), Vincristina y Vinblastina (obtenida de la vinca
rosea "Catharanthus roseus" en 1958), Taxol (obtenida de la
corteza de Taxus brevifolia, 1994), estas últimas potentes drogas
antineoplásicas (10, 11).
Hoy en día
siguen apareciendo más plantas como la Uña de gato (Uncaria
tomentosa), Ayahuasca (Banisteriopsis caapi), Ginkgo (gingko biloba),
Sangre de grado, Maca (Lepidium meyenii), Hibogaína (alucínogeno
africano), Marihuana (Cannabis saliva cuyo compuesto es el tetrahydrocanabinol),
Hierba de san juan (hypericina), la Equinacia usado para tratar gripe
y herpes (actúa a través de la activación de los
fagocitos) etc., que concitan el interés científico mundial
e incluso se venden en cantidades importantes en todo el mundo, a pesar
que todavía no se conocen bien las sustancias químicas implicadas
en la buena respuesta terapéutica. Por ello el Dr. Blumberg, premio
Nobel de medicina por ser el descubridor del agente de la hepatitis viral
tipo B, escribió el 2000: " ... Necesitamos escuchar a la
naturaleza sin descartar todas las ventajas de la ciencia desde luego,
la ciencia debe mostrarse abierta a todo esto..." .
Actualmente se estima
que cerca de dos tercios de los habitantes del mundo usan plantas curativas,
según la OPS, cerca de un 20 a 25% de los medicamentos recetados
en los Estados Unidos de Norteamérica contienen principios activos
de las plantas y su Instituto Nacional de Cáncer tiene un depósito
de 22,000 muestras de productos naturales, principalmente botánicos,
al cual se añaden cerca de 6,000 especímenes nuevos cada
año.
Otras sustancias de
moda hoy en día, son la manzana, la fresa, el chocolate, el vino
tinto porque todas ellas contienen elementos importantes para la producción
de los medicamentos llamados "antioxidantes", que tienen un
gran valor en la conservación de las células y por lo tanto
de la vida, así se ha encontrado que la uva, la mora y el maní
contienen la sustancia resveratrol, con potente poder antioxidante.
A fin de difundir
los estudios de las plantas medicinales, la OMS en 1999, publica un importante
libro sobre una monografía selecta de 26 plantas medicinales y
de las descripciones hechas tomamos como ejemplo algunas:
1.- La Cebolla (Bulbus
Allii Cepae) diversos estudios en animales demuestran que no es mutagénico,
su uso clínico ha demostrado ser útil como hipolipemiante,
bajando el nivel de colesterol, en cambio no se ha demostrado su efecto
antihelmíntico, afrodisíaco, para el tratamiento de la bronquitis,
etc.
2.- Ajo (Bulbus Allii
Sativi) los estudios clínicos han demostrado su utilidad en el
manejo de la hiperlipidemia (baja los lípidos) y en la prevención
de la ateroesclerosis y en el tratamiento moderado de la hipertensión
arterial (12) pero no hay evidencia experimental ni clínica como
antipirético, diurético, expectorante, sedativo, antiasmático.
Una última publicación del 2000 reporta que el ajoene extracto
organosulfurado del ajo, es un potente fungicida para tratar las dermatomicosis,
muy similar a la terbinafina (13).
3.- La Manzanilla
(Matricaria chamonilla, Flos Chasmomillae), los estudios clínicos
demuestran su utilidad sintomática de la dispepsia, del balonamiento
abdominal y del cólico de gases y en el tratamiento del insomnio,
su uso externo para disminuir la inflamación e irritación
de la piel y la mucosa, en el tratamiento sintomático de las hemorroides,
pero no se ha comprobado su utilidad como agente antiviral, antibacteriano
antidiarreico, etc.
4.- Valeriana (Radix
Valerianae), se lo ha probado con éxito como un agente sedativo
moderado, espasmolítico, para el tratamiento sintomático
de la colitis espástica, en cambio no se ha demostrado valor como
antiepiléptico, para la cefalea, para el tratamiento de los desordenes
urinarios.
El verdadero empuje
y desarrollo de la medicina occidental recién se inicia a partir
de 1940, con la aparición de la penicilina y sulfas, a la que luego
se suman otras sustancias que permiten mejorar la calidad de vida de los
pacientes, posteriormente con la aparición de importantes vacunas
y el desarrollo de nuevas armas de diagnóstico de laboratorio,
permiten no sólo curar a más personas, sino mejoran la calidad
y esperanza de vida de los individuos.
Pero en ese proceso
de rápido desarrollo, nuestra medicina occidental en algunos aspectos
se ha deshumanizado, se ha hecho más mercantilista, se ha deteriorado
de manera importante la relación médico paciente y para
colmo de males, el aumento de muertes por los efectos adversos de algunos
medicamentos ha agravado el problema.
Por ello los hombres
que aspiren a ser médicos integrales, deben rescatar uno de los
aspectos positivos que poseen muchos curanderos, es decir saber "tratar
y entender al paciente", tener una relación horizontal, ser
amigo del paciente.
Esa "fe"
o confianza que tiene la gente por el curandero le permite muchas veces
curar su mal, ya que muchos males son de origen psicosomático (cefalea,
jaqueca, úlcera estomacal, gastritis, asma, neurodermatitis, hipertensión
arterial, etc.). También sabemos hoy que una fe, una oración,
una confianza a sanar, estimula y mejora la inmunidad y esta a su vez
puede mejorar y contribuir a curar el mal o la enfermedad.
No quiero ni es mi
deseo pontificar a la medicina tradicional, ni a las otras medicinas alternativas,
el mal uso de las plantas o el desconocimiento de muchas "hierbas",
ha llevado a causar muertes, ejemplo de ello son los reportes informados
en los Estados Unidos de Norteamérica sobre la toxicidad de algunas
hierbas Chinas y del Oriente, así se ha encontrado mercurio en
cantidades tóxicas, hierbas como el "Shong Gan Ling"
que causa aplasia medular de la serie blanca. En un último reporte
de junio 2000, el Dr. Nortier (14) publica la asociación de Carcinoma
uroepiteilal de la vejiga asociado al uso de la planta china (Aristolochia
fang chi) que además es nefrotóxica.
Desde hace años
en el Perú conocemos como el exceso del uso del OJE (planta selvática
antiparasitaria) produce severos efectos extrapiramidales y daños
renales. También se han descrito para otras plantas medicinales
hepatotoxicidad, un ejemplo último es la hepatitis asociado al
exceso del consumo de la uña del gato.
Si bien nuestra medicina
de tipo occidental ha dado importantes y notables avances científicos
y probablemente en los próximos años con del desarrollo
de la biología molecular y el genoma se produzcan nuevos aportes,
creo, que particularmente en nuestro país debería enseñarse
en forma obligatoria las otras medicinas durante la formación médica
y las de otros profesionales de la salud. Ello va a servir para motivar
más a los profesionales de la salud y de esta manera lograr poder
rescatar e integrar muchos aspectos positivos de nuestra milenaria medicina
tradicional peruana y de las otras medicinas, y a su vez estudiar e investigar
las propiedades curativas de muchas plantas medicinales. A propósito
de ello, el Perú. es uno de los 12 países privilegiados
con mayor biodiversidad del planeta. Se calcula que existen alrededor
de 250,000 plantas medicinales en los bosques tropicales, 2,000 de los
cuales se encuentran en nuestra región amazónica (60% del
territorio) y que requieren ser estudiadas.
Desde hace algunos
años hay un interés cada vez mas creciente de muchos científicos
y universidades del mundo para investigar y entender mejor a los otras
medicinas existentes (15,16): La medicina tradicional, la medicina homeopática,
la alopática, la terapia floral de Bach (bioenergética),
Laserterapia, Acupuntura, Shiatsu (presión continua de las manos),
Aromaterapia (en base de aceites esenciales), Mesoterapia (estética
de la piel), Magnetoterapia, Fitoterapia, Chikung (ejercicios físicos
mentales); a todas ellas debemos tratar de conocerlas y entenderlas y
no desecharlas de primer plano, tal como lo hacemos lamentablemente frecuentemente
la mayoría de los médicos, especialmente los más
jóvenes.
Así por ejemplo
la Homeopatía es una rama antigua de la medicina, que cura las
enfermedades de un modo natural, estimulando la capacidad de regeneración
y curación que todo organismo posee, estimula el sistema inmunológico
y otros mecanismos fisiológicos para conseguir la armonía
energética entre nuestro cuerpo y nuestra mente.
Otro ejemplo de terapia
médica complementaria es la músicoterapia, cuyo origen se
remonta en Inglaterra en 1729, fue descrito por primeras vez por el médico
Richard Brown; varios estudios modernos han demostrado que la música
tiene la capacidad de reducir la ansiedad y la sensación del dolor.
Recientemente se ha estado empleando la músicoterapia como un medio
de aliviar la ansiedad de pacientes que han de ser sometidos a algún
procedimiento quirúrgico. Se ha encontrado que los pacientes que
escuchan música antes, durante y después de su cirugía
sientes menos dolor y ansiedad, requieren menos medicamentos y se recuperan
con mayor rapidez. La música aparentemente funciona bloqueando
los sonidos típicos de una sala de operaciones que provocan ansiedad
en los pacientes. En un estudio reciente se encontró que por medio
de la música en la sala de operaciones se logró una reducción
de un 50% en la cantidad de sedantes requeridos; en otro estudio se estimó
que la música es tan efectiva como 2.5mg de Valium. Además
se ha encontrado que la música puede ayudar a mejorar su calidad
de vida a personas que padecen estados depresivos, esquizofrénicos
e incluso en la enfermedad de Alzheimer.
Lo que si debemos
criticar y desechar es el llamado "charlatanerismo" de los falsos
curanderos y de algunos malos médicos y otros profesionales de
la salud, que usando medios vedados y prohibitivos, engañan y hacen
daño a sus pacientes a costo de su lucro personal.
A mi entender, la
profesión médica debe seguir siendo una noble profesión,
muy humana y de servicio y que debe abrir puertas a todas las opiniones,
a fin de resolver y aliviar los males de nuestros pacientes.
Soy uno de los convencidos
de que es el momento para el encuentro de nuestra medicina con las otras,
a fin no sólo de intercambiar experiencias, sino de contribuir
a su desarrollo y progreso.
Los próximos años son de profundos cambios en la medicina,
muchos aspectos del conocimiento humano desconocidos como los fenómenos
"sobrenaturales", "de las curas milagrosas", o "de
las curas de cánceres terminales", están siendo estudiados
a profundidad por diversos biólogos, neurólogos, neurofisiológicos,
psiquiatras y otros científicos. Por ello los que creen verdaderamente
en la ciencia tienen que ser flexibles a los nuevos enfoques y explicaciones
que se desarrollan en todas las medicinas existentes.
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(*)
Profesor Principal de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
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