Filosofía de la Medicina. Definición de la medicina

Dr. Raúl León-Barúa (*)

La medicina es definida corrientemente como "la ciencia que tiene por objeto la conservación y el restablecimiento de la salud" (1), o "el arte de prevenir, cuidar y asistir en la curación de la enfermedad" (2), o finalmente "la ciencia de curar y precaver las enfermedades" (3).

Hace algún tiempo objetamos estas definiciones, precisando que la medicina no ha sido siempre una ciencia (4). Ciencia es conocimiento que busca leyes generales relacionando ciertos hechos particulares, para lo cual sigue un método consistente en: primero, observar hechos significativos; segundo, postular hipótesis que si son verdaderas expliquen esos hechos; y finalmente, deducir de las hipótesis consecuencias que puedan ser puestas a prueba mediante ulteriores observaciones (5,6). De otro lado, si la medicina no ha sido siempre una ciencia, difícilmente ha sido en algún momento sólo un arte, o sea, la disposición o habilidad para hacer alguna cosa" o "el conjunto de reglas necesarias para hacer bien alguna cosa" (3).

Desde el tiempo de la Grecia clásica se ha pensado que los dos objetivos de la medicina son conservar la salud y curar las enfermedades. De allí las dos hijas del dios Esculapio, Hygieia y Panacea (7a). Hygieia era la diosa de la conservación de la salud, mientras que Panacea lo era de la curación de las enfermedades. De sus nombres han derivado las palabras higiene y panacea; esta última para dar a entender un "remedio al que se le atribuye eficacia contra todas las enfermedades" (1).

Más recientemente, Claude Bernard (8), en su genial obra "Introducción a la Medicina Experimental", afirma también que los dos objetivos de la medicina son "conservar la salud y curar las enfermedades".

Teniendo en mente estas consideraciones y argumentando que si la salud fuera un don garantizado no nos preocuparíamos por conservarla, y que es porque podemos perderla o enfermar que surge en nosotros esa preocupación, propusimos definir la medicina como el "conjunto de conceptos, procedimientos y recursos materiales, con los que se busca prevenir y curar las enfermedades" (4).

Sin embargo, pensándolo mejor, he llegado a la conclusión de que, como ya lo sugerían los griegos y lo afirmaba Claude Bernard, la medicina debe buscar no sólo prevenir las enfermedades sino conservar y hacer más completa y radiante la salud de los seres humanos. Y en el caso de las enfermedades que la medicina no puede curar radicalmente, como es lo ideal, debe por lo menos intentar aliviar y hacer más tolerables los síntomas que ellas conllevan.

Además, con decir que "la medicina es un conjunto de conceptos, procedimientos y recursos materiales etc.", no hacemos otra cosa que citar componentes comunes a otras actividades humanas, v.g, la ingeniería o la abogacía.

En una charla de preparación para maestría en medicina que dí en el Hospital Guillermo Almenara Irigoyen, uno de los colegas de ese hospital, Dr. Enrique Durand Alfaro, me sugirió muy acertadamente que, al tratar de definir la medicina, debería de mencionar su calidad de disciplina. Efectivamente, disciplina es "arte, facultad o ciencia", significando la palabra facultad a la vez, "aptitud, potencia física o moral" y, también "poder, derecho de hacer una cosa" (1). No llama la atención, por lo tanto, que el término de facultativo sea corrientemente aplicado a "médicos y cirujanos" (1).

Considerando todo lo expuesto, la definición corregida que propongo ahora para la medicina es "la disciplina y actividad que busca conservar y enriquecer la salud y curar o aliviar las enfermedades". Según lo explicamos antes, la medicina comparte, con otra disciplinas y actividades, componentes de conceptos, procedimientos y recursos materiales.

En las civilizaciones primitivas de la antigüedad y las que aún existen en diversas partes del mundo, los conceptos médicos han tenido o tienen un doble contenido mágico-religioso y natural. El contenido mágico-religioso consiste en que se cree que las enfermedades son castigo de los dioses por pecados cometidos, o resultado de la entrada en el cuerpo del demonio o de espíritus malignos, o de hechizos o brujerías, o finalmente de pérdida de parte del propio espíritu (7b). Esto vale para las enfermedades internas, sin alguna causa natural fácilmente perceptible (7b).

Los procesos con obvia causa externa, por ejemplo, traumatismos o heridas recibidas durante el combate, aunque también pueden ser interpretados como resultados del castigo de los dioses, son abordados preferencialmente en forma natural (7b).

De acuerdo con este doble enfoque conceptual, los médicos primitivos llevaron o llevan a cabo una serie de procedimientos y emplearon o emplean una serie de recursos tales como ceremonias con ofrendas o ritos para prevenir la ira de los dioses (una especie de medicina preventiva) o aplacarla (medicina curativa), magia, encantamientos, exorcismos, pasaje de algún animal por la superficie del cuerpo y/o apertura de su abdomen para observar sus vísceras (en un intento diagnóstico) como lo son los métodos del "pasaje del cuy" de nuestros grupos primitivos o la "hepatoscopía" de la antigua civilización caldea (7c), suministro de medicamentos naturales ya sea cocimientos o extractos de plantas o minerales, curación de heridas con bálsamos o emplastos, reducción de fracturas y fijación de los miembros fracturados con tablillas, etc. (7b).

A través del tiempo y con el progreso de la civilización y el avance cultural, los conceptos médicos se han ido haciendo más científicos, los procedimientos más técnicos, y los recursos más tecnológicos, sin querer esto decir que la ciencia, la técnica y la tecnología lo son todo en medicina. Muchas veces conceptos médicos tienen la forma científica pero carecen de una comprobación estricta, como la ciencia lo requiere. Y no se puede ni se debe ignorar que el efecto curativo del médico y sus medicinas tienen siempre un contenido de sugestión, conocido generalmente como efecto placebo (9).


Bibliografía

1. Larousse. Diccionario Enciclopédico 1999. Quinta edición, 2a. Impresión. Santafé de Bogotá, D.C; Colombia. Larousse S.A; 1999.
2. Taber's Cyclopedic Medical Dictionary. Philadelphia. F.A. Davis Company, Publishers, 1949.
3. Rancés, Diccionario Ilustrado de la Lengua Española. Barcelona. Editorial Ramón Sopena, S.A; 1972.
4. León-Barúa, R; Berendson-Seminario, R. Medicina teórica. Definición de la medicina y su relación con la biología. Rev Med Hered 1996;7(1):1-3.
5. Russell, B. La perspectiva científica. Traducción al castellano de G. Sans Huelin, revisada por M. Sacristán. Tercera edición. Barcelona. Editorial Ariel, S.A; 1971:48-49.
6. Bunge, M. Epistemología. Barcelona. Editorial Ariel, S.A; 1985:28-45.
7. Garrison, FH. Historia de la Medicina. Traducción al castellano por L.A. Méndez. México. Interamericana, 1966: a)52; b)1-28; c)41.
8. Bernard, C. Introducción al estudio de la medicina experimental. Versión de J.J. Izquierdo. Buenos Aires. Emecé Editores, S.A; 1944:11.
9. Frank JD. Persuasion and healing. A comparative study of psychotherapy. Baltimore. The Johns Hopkins

(*) Profesor Principal de Medicina, Miembro del Instituto de Medicina Tropcal "Alexander von Humboldt", Profesor de la Escuela de Postgrado "Víctor Alzamora Castro", Universidad Peruana Cayetano Heredia , Lima