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HACIA UNA MEDICINA GENÓMICA Se cumplen este año, ochenta años de la publicación de “Errores congénitos del Metabolismo” de Sir Archibald Harrod. Durante la mayor parte del siglo veinte se le dio importancia sólo a las enfer- medades genéticas, es decir a las producidas por la falta o alteración de un solo gen. Aunque estas enfermedades son consideradas “raras” su prevención o tratamiento precoz a través de los test genéticos (1) es muy valiosa. Recientemente la secuenciación del ge- noma humano (2) ha dado lugar a la genómica, que es el estudio no sólo de un único gen sino las funciones o interacción de diferentes genes en el genoma, lo que a su vez ha dado origen a otra rama de la genética, denominada la epigenética, es decir, los factores que aparte del gen dan lugar al respectivo fenotipo, o sea la aparición y gravedad de la enfermedad, incluyendo al medio ambiente. La genómica se aplica ahora a enfermedades con una gran morbilidad y mortalidad como el cáncer de mama (3) hiper- tensión arterial y sus consecuencias (4) y a la obesidad (5). Sería muy extenso tratar sobre todas estas enfermedades por lo que nos vamos a limitar a la hipertensión arterial, cuya lista de polimorfis- mos analizados aumenta cada día por lo que sería imposible mencionarlos a todos. Los más significativos los constituyen los polimorfismos del sistema renina-angiotensina. La conservación del equilibrio entre estímulos vasodilatadores y estímulos vaso- constrictores es indispensable para mantener la presión arterial. Por eso los más estudiados son el sistema renina-angiotensina y el sistema del óxido nítrico. En lo concerniente al sistema renina-angiotensina el más conocido es el gen de la enzima de conversión de la angiotensina: inserción (I) o deleción (D) de fragmentos de 287 par de bases en el intrón 16. El polimorfismo de la deleción ó borramiento va asociado con el aumento de la actividad de la ECA. Se han descrito también otros cambios como aumento en el grosor de la pared carotídea, aunque algunos estudios, en este punto, no son coincidentes. Además, algunos marcadores plas- máticos de lesión arterial (factor de Von Willebrandt, trombomodulina) están aumenta- dos en este tipo de deleción. De paso mencionaremos que el genotipo de deleción es un factor de riesgo para enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, aunque en este caso hay otros genes involucrados (6). Se
han escrito también deleciones en el gen del receptor AT1 (7). Hay otros polimorfismos relacionados con el óxido nítrico. Se ha descrito una variación en el gen de la sintasa endotelial del óxido nítrico, que está asociado con una mayor proba- lidad de vasoespasmo coronario (9). En esta línea se han descrito recien- temente (10) polimorfismos asociados al infarto del miocardio. Diversas enzimas regulan la producción de radicales libres de oxígeno que participan, entre otros, en el proceso de crecimiento y migración de la célula muscular lisa. Se han descrito también polimorfismos en el gen que codifica la paraoxonasa (que protege a las lipoproteínas de baja densidad del estrés oxidativo) que podrían tener efecto sobre la enfermedad coronaria (11). Como puede observarse, sólo en el caso de una enfermedad como la hipertensión, la tarea es formidable y complicada. Por eso son bienvenidos estudios como el del Dr. Fujita y colaboradores que se publica en esta edición de “DIAGNÓSTICO” que nos permitirá conocer la realidad peruana, lo que es muy valioso ya que en este tipo de estudios se observan variaciones de un país a otro (12, 13). Felizmente, técnicas modernas como los ordenadores de genes (microarrays) (14) permi- tirán un diagnóstico más rápido y exacto de las enfermedades genómicas. Dr. Rolando
Calderón Velasco Bibliografía 1. Burke,
W. Genetic testing. N England J Med 2002;347:1867-75. |
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