Dispepsia:
Conceptos, tipos de dispepsia, fisiopatología, diagnóstico
y tratamiento
Dr.
Simón Yrriberry Ureña (*)
Sinónimos
Indigestión
Introducción
Si bien la dispepsia es muy frecuente causa de visita al médico,
su definición, entendimiento y tratamiento sigue siendo confusa
tanto para médicos como para pacientes. Es impresionante las diferentes
apreciaciones que tienen los pacientes y las diferentes formas de describir
las molestias. Es quizás por eso que también exista tanta
controversia a pesar de ser una entidad tan común.
Definición
Si nos guiamos del estricto significado etimológico, la palabra
dispepsia tiene un origen griego, significando alteración de la
digestión o indigestión (pepsis = digestión) (1-4).
Definición desde el punto de vista
poblacional
La dispepsia es un término impreciso para los pacientes. Se describe
como molestia crónica, recurrente sensación de disconfort,
por lo general relacionado a la alimentación. El disconfort a
la vez tiene significado diferente para muchas personas. Se acepta se
describa como dolor o llenura. Otras palabras que usa el paciente para
referirse a dispepsia son "languidez", "hueco", "sensación
de hambre", "dolor de hambre" o ardor. No es raro que
los pacientes puedan definirla como exceso de gases, balonamiento y a
veces no es infrecuente que los pacientes se refieran a su molestia como "gastritis" (3-6).
Definición Médica e intentos por unificar criterios
Muchos médicos suelen emplear la palabra dispepsia
para cualquier molestia digestiva, incluso síntomas desencadenados
por ingesta e incluso es usado como sinónimo de úlcera
o gastritis.
La dispepsia no es una enfermedad, mas es un síntoma
o varios. Los esfuerzos por unificar criterios son en los últimos
años
permanentes. Se tiene diferentes apreciaciones y enfoques, situación
que hace difícil unificar criterios. Será también
considerado su ubicación en abdomen alto y sobre todo sobre la
línea media según los criterios de Roma. El dolor debajo
de los cuadrantes no será catalogado como dispepsia. El epigastrio
es el lugar más frecuente de localización. Por lo general
la localización del dolor y la relación a las comidas hace
que asemeje mucho a la descripción de úlcera péptica
y por ello el profesional médico debe considerar siempre la posibilidad
de la misma.
De acuerdo a los criterios de Roma, la dispepsia es
dolor abdominal persistente o recurrente (por lo general más de
tres meses), incomodidad, malestar o molestia centrados en abdomen superior,
precisamente el epigastrio.
Esta definición ha sido criticada por varios autores incluyendo
el grupo Peruano que la ha investigado hace años, cuyos mayores
aportes provienen de León-Barúa, Berendson y Biber, puesto
que de acuerdo a la mencionada definición un dolor de origen cardiaco
en la misma ubicación sería catalogado como dispepsia (3,
9-11).
El grupo de León-Barúa y cols. tiene una definición
que cabe mencionar. "Síntoma o conjunto de síntomas(síndrome)
que se originan directamente en la parte alta del tracto digestivo y
que se relacionan con la presencia o ausencia de alimentos en el estómago
o duodeno". Esta clasificación a la vez destaca el origen
digestivo del dolor (3, 9-11).
Implicancias Económicas y Epidemiología
Se calcula quizás de forma arbitraria, una incidencia
mundial de entre 1 a 8% en la comunidad. Se estima que 10%-15% de las
visitas
al médico de la población general será por dispepsia.
Entre 15 a 30% de la población alguna vez la ha tenido. En adultos
se calcula que 25 a 40% la tendrán en un año (1,2,4,5).
En el Perú el real impacto que tiene la dispepsia en cifras médicas
y económicas no es conocido. Reportes preliminares del Hospital
Nacional Edgardo Rebagliati Martins, reportan en cuanto a causa de consulta
gastroenterológica hasta un 35%. En un servicio privado gastroenterológico
de Lima (Ricardo Palma), la dispepsia es causa de entre 25 hasta 45%
de la consulta. Por ejemplo al Reino Unido la dispepsia le cuesta a la
sociedad 1 billón y medio de libras anuales. En Norteamérica
el manejo de la dispepsia es por lo general sintomático y los
esfuerzos médicos se centran en distinguir si está producida
por causa "orgánica", como por ejemplo una úlcera
o si es producto de una "ausencia de organicidad" y es un trastorno
funcional. EL Helicobacter pylori puede tener un rol en la dispepsia.
Historia y Evolución de la Dispepsia
en los últimos 25 años
Es necesario tener una idea de lo que ha ocurrido en
los últimos
veinticinco años para entender las comprensibles dificultades
para lograr que hablemos un mismo idioma cuando nos referimos a la dispepsia
y en general a los trastornos funcionales.
Uno de los primeros intentos
de clasificar los trastornos funcionales, incluyendo a la dispepsia es
introducido en 1979 por Grant Thompson de
Canada con su libro "El Intestino Irritable". El trabajó estrechamente
con Heaton y Manning (Reino Unido). Las descripciones de dispepsia figuran
en ese entonces como muy imprecisas. En 1984 Kruis de Alemania, divide
a los transtornos funcionales en 3 cardinales: dolor, disfunción
intestinal y flatulencia. Es uno de los primeros de mencionar los signos
de alarma. En 1984 todos ellos, junto con Drossman (USA) y Manning, en
una conferencia sobre transtornos intestinales, en el 12vo Congreso de
Gastroenterología en Lisboa entusiasman al organizador del congreso
de 1988, Torsoli. Era necesaria la elaboración de unas guías
y consensos (1,2).
El grupo de trabajo de Roma trabajó casi todos
esos años,
con la colaboración de 16 colegas de 7 países, además
de Drossman, Heaton, Dotteval (Suecia) y Kruis. Los primeros criterios
o los Criterios de Roma I son presentados en 1988 en el 13th Congreso
de Roma y publicados a partir del año siguiente. Si bien inicialmente
el punto más dedicado fue Síndrome de Intestino Irritable
(II o IBS) con el transcurso de los años, el grupo siguió trabajando
hasta clasificar los transtornos funcionales en 21 entidades de 5 regiones
anatómicas (esofágica, gastroduodenal, biliar, intestinal-colónica
y anorectal). Entre 1992 y 1994 el trabajo fue publicado como "The
Functional Gastrointestinal Disorders: Diagnosis, Pathophysiology and
Treatment: a multinational consensus". Posteriormente desde 1997-1998
aparecen los Criterios de Roma II. La tercera edición o los criterios
de Roma III será lanzada en el año 2006, pero ya está trabajando
en ellos (2,12,13).
Podemos mencionar entre los autores que han contribuido
además
a la búsqueda de mayor uniformidad en dispepsia y valiosas colaboraciones,
además de los mencionados, a Talley (Australia), Corazziari (Italia)
Colin-Jones, Fennerty (USA), Quigley y Spiller (Reino Unido) entre otros.
Ya hemos destacado el impulso y observaciones de la escuela Peruana.
En
un inicio la dispepsia se quizo subclasificar basándose en
el síntoma predominante. Esto intentaría acercar el tratamiento
al síntoma dominante. Inicialmente existieron cuatro grupos:
i) Dispepsia tipo reflujo (con síntomas del mismo).
ii) Dispepsia tipo Ulcerosa con dolor típico.
iii)Dispepsia tipo dismotilidad o relacionada a motilidad.
iv) Dispepsia inespecífica (no encaja en ningún grupo).
Tipos de Dispepsia
La dispepsia puede ser orgánica, es decir con sustento fisiopatológico
claro, etiología precisa como veremos después aunque sea
bioquímica. Diferente es si la dispepsia es funcional, es decir
sin causa aparente y donde no se encuentra problema orgánico o
se ha excluido. De ello nos ocuparemos con mayor detalle.
Dispepsia Funcional
Los pacientes con dispepsia funcional han sido divididos
en subgrupos clínicos basados en la historia clínica y
con la intención
de acercarlos al trastorno fisiopatológico más cercano
con la intención de lograr un tratamiento racional según
hemos visto en la sección de Historia.
El grupo de dispepsia tipo
reflujo ha sido retirado. En los últimos
Criterios de Roma II incluso ha sido excluída por considerar que
todo paciente con esos síntomas tiene Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico
(ERGE) hasta demostrar lo contrario. El grupo con reflujo retroesternal
no debe ser catalogado como dispepsia, pues muchos tienen efectivamente
reflujo y esofagitis. Otra observación ha sido que el síntoma
dominante no ha demostrado asociación o tener predicción
con la fisiología subyacente (1-7).
Hay que resaltar que para cualquier
paciente, el patrón de síntomas
puede cambiar a través del tiempo. Adicionalmente, hay sobre
posición, término usado por los norteamericanos y europeos
como "overlap", entre los subgrupos y pocos pacientes tienen
síntomas de un grupo particular.
Criterios de Roma para la Dispepsia
Los Criterios de Roma para la Dispepsia Funcional son:
1) Dolor o discomfort en epigastrio que tenga 3 ó más
meses.
2) Ausencia de alteraciones bioquímicas u orgánicas en
el examen endoscópico o ultrasonido que pudieran explicar los
síntomas.
3) No evidencia que la dispepsia calme con la defecación o se
asocie a cambios en frecuencia y forma de las heces (en otras palabras
no es intestino o colon irritable).
Del mismo modo hay criterios de ROMA para los subgrupos de dispepsia funcional.
Puede ser ULCEROSA, para lo cual se precisa contar con por lo menos
3 de los siguientes:
1) Dolor localizado solamente en epigastrio (bien localizado).
2) El dolor debe mejorar con alimentos en por lo menos 25% de casos.
3) El dolor debe mejorar con antiácidos o bloqueadores de ácido.
4) El dolor debe relacionarse de alguna manera al hambre o ser pre-prandial.
5) El dolor en algunas veces debe molestar al paciente de noche.
6) El dolor debe tener períodos sintomáticos de semanas
a meses y asintomáticos de al menos 2 semanas.
Para resumir, la dispepsia ulcerosa será aquella
cuyos síntomas
son de úlcera pero sin que se compruebe endoscópicamente
su presencia.
Un tercer tipo de dispepsia descrito hace algunos años
es el de DISPEPSIA MOTORA o DISMOTILIDAD,
en la cual más que el dolor,
el disconfort en abdomen superior es difuso, debiendo haber 3 o más
de los siguientes:
1) Llenura precoz.
2) Distensión postprandial.
3) Náusea.
4) Vómito o sensación eminente de vómito que se
repite.
5) Ruidos, borborigmos en abdomen superior sin distensión visible.
6) Disconfort abdominal agravado por los alimentos.
La Dispepsia Inespecífica será aquella que no encuadra
en ninguna de las anteriores.
GRÁFICO
1
|
|
Dispepsia Orgánica
La dispepsia con causa clara y atribuible a daño orgánico
valga la redundancia. Es decir si tiene un daño anatómico
(Tabla 1), para las causas más comunes de Dispepsia Orgánica.
Crítica a la Definición y Clasificación
de Dispepsia El grupo Peruano, de Cayetano Heredia, con León-Barúa
hace varias críticas a la clasificación de Roma. Además
aporta nuevas ideas y conceptos. En cuanto a la definición, un
dolor epigástrico producido por alteraciones coronarias podría
ser considerado dispepsia (3, 6, 9-11).
En cuanto a la clasificación es dirigida exclusivamente a la
clínica, no a la fisiopatología. El pobre conocimiento
de la real causa de la dispepsia es evidente y ello se traduce en algunos
resultados. En un estudio de Talley, basado en endoscopia para dispepsia,
la prevalencia de ulcera péptica fue similar entre grupos sin
importar si eran tipo reflujo (11%), ulcerosa (9%) o tipo motilidad (7%)
(1). A nivel nacional León-Barúa reporta al hacer endoscopia
digestiva alta presencia de úlcera en sólo 12% de pacientes
con "dolor de hambre", que podría corresponder al llamado
ulceroso (1,3,5,6).
En cuanto a la división en orgánica y funcional, la escuela
nacional hace una observación y considera que la sub-división
en funcional y orgánica es arbitraria. Ellos preguntan: "¿en
qué trastorno no hay alteración en la función de
un órgano? Además, por ejemplo la dispepsia, inducida por
una intolerancia a la lactosa es clasificada como orgánica, pero
sin embargo el transtorno es "bioquímico" (deficiencia
de lactasa). A manera de comparación, si la dispepsia apareciera
en un paciente deprimido sería "funcional", sin embargo
también existiría una alteración bioquímica
a nivel de neurotrasmisores (3).
Ellos además proponen una nueva clasificación
que es interesante comentar:
A) Dispepsia con un aparente factor determinante
B) Dispepsia idiopática (o sin factor determinante)
a) Con "dolor de hambre" o hiperesténica.
b) Sin "dolor de hambre" o hipoesténica.
c) Indefinida (no puede ser catalogada).
Se argumenta entre algunas cosas que el paciente catalogado como dismotilidad
puede tener dolor. El que tiene dolor tiene por lo general evacuación
gástrica acelerada, el que no, la tiene retardada. Ello nos lleva
a pensar que no todos los pacientes con dolor serán dispépticos
tipo "úlcera"; segundo, que la dismotilidad puede presentarse
con dolor y tercero, que hay necesidad de reclasificar la dispepsia,
no solamente desde el punto de vista clínico, sino que también
hay que redefinir el rol de la fisiopatología y ahondar en los
hallazgos bioquímicos y motores más importantes.
TABLA
1 |
LA
DISPEPSIA ORGÁNICA TIENE POSIBLES CAUSAS
EXTRÍNSECAS E INTRÍNSECAS |
|
a)
Luminares
- Úlcera
péptica
- Reflujo gastroesofágico
- Neoplasia gástrica
- Gastroparesia
- Intolerancia a la lactosa
- Infiltración gástrica (Menetrier, amiloidosis)
- Parásitos
- SIDA
- Isquemia
- Funcionales: SII, etc.
b)
Medicamentosa
-
AINES, licor, antibióticos
c)
Enfermedades del tracto biliar
´
- Colelitiasis
- Colecistitis
- Coledocolitiasis
- Disfunción del Oddi
d)
Enfermedad Pancreática
e)
Condiciones sistemáticas
f)
Miscelánea
|
|
Fisiopatología de la Dispepsia Funcional
Los mecanismos fisiopatológicos son pobremente
entendidos y siguen siendo causa de investigación. Hay una gran
sobre posición
con síntomas de otros desórdenes funcionales como el síndrome
de intestino irritable.
Están comprendidos en las posibles causas
de la dispepsia funcional, la sensibilidad visceral aumentada
y el umbral al dolor disminuido. También
se plantean alteraciones en la motilidad que recién se pueden
estar reconociendo con el estudio de disfunciones autonómicas
y nuevos neurotransmisores. Otros factores son vaciamiento retardado
o acelerado, bradigastria, percepción sensorial aumentada, falta
de relajación fúndica y trastornos psicológicos
o psiquiátricos (2, 8, 12-14).
Se postula que puede existir deficiencia
en la distribución de
serotonina, demostrado por la utilidad de agonistas 5HT4, todo esto en
investigación. Otras áreas que están en evaluación
son la mala respuesta a la Colecistoquinina A y pobre distribución
de derivados de óxido nítrico.
Hay una interesante contribución
nacional del grupo de Cayetano Heredia. Se encontró que la velocidad
de evacuación gástrica
de pacientes dispépticos con "dolor de hambre" es significativamente
más alta, y la de pacientes dispépticos sin "dolor
de hambre" significativamente más baja, que en sujetos controles
normales.
Además es muy probable que en la dispepsia con "dolor
de hambre" el complejo motor migratorio (CMM) esté muy activo,
y en la dispepsia sin "dolor de hambre", por el contrario,
disminuido.
Se ha descartado que el dispéptico tenga hipersecreción ácida
(la gran mayoría la tiene normal). No se descarta la influencia
de daño perpetuado o "disparado" por microorganismos
y sustancias inducidas o producidas por los mismos como los virus Norwalk,
Hawaii. Estos últimos sin embargo son causa de dispepsia aguda
y no crónica (14, 15).
Son algunas luces que se van encontrando
en esta incierta entidad y que sin duda son valiosas contribuciones
dirigidas al tratamiento.
Helicobacter pylori y Dispepsia
Otro mecanismo potencial, no aceptado por muchos incluye
al Helicobacter pylori. No existe una asociación demostrada concluyente.
Este se atribuye a diferencias discordantes en cuanto a la desaparición
o no de síntomas con tratamiento. Los defensores del rol del Hp en la dispepsia la atribuyen a moléculas secundarias, segundos
transmisores, citoquinas que inducen cambios en la motilidad gastrointestinal
y transtornos sensoriales, incluso disminución del umbral al dolor
visceral (16, 17).
Cabe recordar que la bacteria produce gastritis, muchas
veces sólo
comprobada por examen microscópico. La lámina propia de
la mucosa está ocupada por infiltrado inflamatorio a predominio
de neutrófilos, algunos monocitos y folículos linfoides.
La respuesta a la presencia del Hp entonces es la liberación de
citoquinas y moléculas diversas. Por ejemplo las células
epiteliales liberan interleuquina 8 (IL-8), las intersticiales, factores
quemotácticos y reclutadores de neutrófilos. La respuesta
inflamatoria es mayor en cepas cagA+ y vacA+. Los neutrófilos
a su vez liberan mayor IL-8, con consecuente aumento de IL-1, IL-6 y
Factor de Necrosis Tumoral (FNT). La IL-1 está asociada a la producción
endógena de prostanoides por la mucosa, entre ellas la Prostaglandina
E (PgE), que aumenta la sensiblidad de nociceptores gástricos.
Modelos experimentales en animales han encontrado dolor con niveles elevados
de IL-1(18-33).
Por otro lado, los pacientes infectados con la bacteria
tienen niveles elevados de gastrina. Esta aumenta por que la producción
de Somatostatina por la célula D, está inhibida y como
sabemos la Somatostatina es una hormona que frena a la célula
G, disminuyendo la producción
de Gastrina. Al no existir este fenómeno inhibidor, la célula
G queda en libertad para secretar. Hay evidencia en animales que la ligan
la inhibición de la célula D con aumento de FNT.
Como vemos,
las evidencias cada vez parecen ser más
contundentes. Hoy en día se nos hace muy difícil no tratar
a un individuo en el que se encuentra Helicobacter pylori. Algunas de
las más
importantes autoridades y estudiosos de la bacteria, se reunieron en
Roma, Italia en octubre de 2000. Las guías de Maastricht2-2002
fueron presentadas y entre las más rescatables e importantes
están que la erradicación del Hp es una opción apropiada
en la dispepsia funcional. En Río de Janeiro en febrero de 1999,
también hubo una reunión para el consenso latinoamericano,
donde se recomienda tratamiento de erradicación en pacientes con
dispepsia funcional y presencia de la bacteria (20, 21).
Desde hace unos
tres años ha tomado gran importancia y se discute
la estrategia de "encuentra y trata". Esta, para pacientes
sin signos de alarma y menores de 40-45 años y sobre todo en lugares
donde la endoscopia es muy cara, propugna realizar pruebas no invasivas
para detección de Hp en pacientes en quienes una primera fase
de tratamiento dirigido a la dispepsia haya fracasado(18, 24, 26-28).
La
escuela Norteamericana es la principal defensora. Se recomienda en promedio
para menores de 45 años con dispepsia y pruebas no invasivas
positivas para Hp (34, 35).
Los opositores insisten en que los síntomas
no recurren del todo con el tratamiento de la bacteria.
Estudios
Diagnósticos
El manejo del paciente con dispepsia no investigada
no debe confundirse con aquel ya documentado como dispepsia funcional.
La
dispepsia funcional no puede tener organicidad. Situación
que nos puede hacer omitir evaluaciones elementales o confiar excesivamente
que el paciente está totalmente sano.
Debemos reconocer dos detalles,
desfavorables para nosotros los gastroenterólogos.
Por lo general el paciente con dispepsia ya ha sido visto o tratado por
otro profesional y en segundo lugar trae muchos exámenes normales.
Muchos pacientes con dispepsia son manejados, por lo menos al inicio,
en cuidados primarios, médico general o internista. El dilema
para el profesional es si solicitar exámenes o no (13-16).
Dispepsia No Investigada
La historia clínica es importante. El principal
reto será identificar
pacientes con alto riesgo de causa orgánica. Antiguamente se colocaba
mucho énfasis en la localización del dolor, relación
prandial y lugares de irradiación, ritmicidad y periodicidad,
pero el uso masivo de la endoscopia ha disminuido mucho las cifras de
sensibilidad y especificidad. La mejor manera de excluir patología
será con la realización de una endoscopia alta.
El médico
debe estar atento a síntomas y signos que descarten
daño orgánico, incluyendo disfagia, baja de peso, dolor
severo, vómitos recurrentes, dolor en banda o sangrado digestivo.
Se debe hacer énfasis en consumo de tabaco, AINES, alcohol, drogas.
El examen físico es muy importante en evaluar signos carenciales
o de emaciamiento, visceromegalia, masas o ascitis. El algoritmo en la
figura, será de suma utilidad (35-37).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
•Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico.
•
Síndrome de Intestino Irritable.
•
Enfermedades del Tracto Biliar (Colecistitis, Disquinesias, etc.).
•
Pancreatitis Crónica.
•
Dispepsia inducida por medicación.
•
Causas Psiquiátricas.
•
Diabetes Mellitus y gastroparesia diabética.
TRATAMIENTO
Se trata la dolencia en caso de hallar causa orgánica.
Por ejemplo en un ulceroso el bloqueo de la secreción alivia rápidamente
síntomas y si hay presencia de Helicobacter pylori, el tratamiento
del mismo disminuye las tasas de recidiva.
En los pacientes funcionales,
el tratamiento es dirigido a los síntomas
y requiere nuestro mayor esfuerzo. No todos los pacientes son iguales
y en muchas ocasiones una adecuada relación médicopaciente
puede cambiar el rumbo.
Esto debe estar acompañado de una correcta
evaluación
de fondo del paciente, estado de ánimo, descartar la presencia
de un transtorno psicológico o una depresión enmascarada.
Resaltamos
que 20 a 60% de pacientes con dispepsia funcional tienen mejoría
de sus síntomas con placebo. No siempre se necesita
drogas para el tratamiento: una gran parte de pacientes responde a la
educación y corrección de hábitos dietarios (2,
4).
Terapia Antisecretora
Aunque se recetan muchos antiácidos a los pacientes funcionales,
estudios serios, doble ciego y controlados han demostrado que no son
superiores al placebo. Los antagonistas H2 también son ampliamente
utilizados, pero también hay estudios contradictorios. Otros encuentran
que una respuesta inicial podría tratarse de pacientes con reflujo
no reconocidos. Los Inhibidores de Bomba de Protones también son
de utilidad.
Procinéticos
Se cree son de utilidad en casos de pacientes con dismotilidad o saciedad
precoz. Se están haciendo investigaciones, además que con
los procinéticos conocidos (cisaprimda, mosaprida, cinitaprida),
con el agonista serotoninérgico parcial tipo 4, tegaserod, con
resultados preliminares alentadores.
Existen algunas reglas generales:
1) Conquistar la confianza
del paciente.
Una buena relación médico paciente es fundamental en el
camino del éxito.
2) Pida los exámenes necesarios.
No olvide revisar los exámenes que el paciente
trae, que por lo general son muchos. Explíquele a su paciente
que no es mejor la evaluación a mayor el número de exámenes.
Sin embargo no olvide descartar causas comunes de consulta en nuestra
población,
como parásitos, intolerancia a la lactosa. Definitivamente si
los síntomas altos predominan una endoscopia y la búsqueda
de Helicobacter pylori son recomendables.
3) No ofrezca soluciones mágicas.
Aclare al paciente que su tratamiento se dirige a sus
síntomas,
por lo menos en un inicio. Hágale saber que puede o no puede haber éxito.
Hable con su paciente que las medicinas son una parte del tratamiento
y que las correcciones de los hábitos son otra parte tan o cuan
importante.
El masticar bien y despacio, comer lentamente y evitar
discusiones o preocupaciones en las comidas, ayuda mucho al paciente.
Debe evitar
la
palabra le prohíbo esto o eso. Haga que su paciente vea los alimentos
que más le precipitan los síntomas, que haga una pequeña
lista. Oriente sobre los alimentos generadores de gas (granos, menestras,
exceso de vegetales y frutas). Advierta sobre el efecto irritante de
la cafeína, alcohol, gaseosas, condimentos y picantes que para
muchos pacientes son parte de una dieta "normal".
En cuanto
al tratamiento del Helicobacter pylori, ¿debe ser erradicado
o no? Es posible a pesar del conflicto, que esta bacteria sea disparadora
de una serie de eventos que alteran el sincronismo entre el SNC y el
SN entérico. La relación con los síntomas dispépticos
es dudosa todavía. Es más varios estudios revelan esto.
Sin embargo no olvidar que es un carcinógeno tipo I, que la gente
cada vez está más preocupada y documentada sobre su existencia.
Lo que sí no debe hacer es culpar directamente a la bacteria de
todos los males del paciente. Oriente a que la presencia de la bacteria
es un factor para el desarrollo de la gastritis, úlcera y acaso
neoplasia, pero no la culpe enteramente. Esto puede traer una desazón
terrible a su paciente si no mejora después de la erradicación
de la bacteria (25-34).
4) ¿Es necesaria la orientación psicológica?
Pacientes con gran carga ansiosa y estrés podrían
beneficiarse de terapia relajativa, ejercicio o apoyo de un psicólogo
(38). Hay demostrada asociación entre la depresión y la
dispepsia. Perturba la motilidad o incrementa la sensibilidad de la parte
alta del
tracto gastrointestinal, descrito por Goldenberg, Kogan y León-Barúa
en un estudio poblacional (3).
Conocer lo que el paciente siente con respecto
a nuestra orientación
y guía es fundamental. Es indispensable que estemos alertas a
signos de alarma y por otro lado no es bueno catalogar de "funcional" a
pacientes que tiene estudios de laboratorio o pruebas gastroenterológicas
insuficientes.
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Summary publication presented at the XIIIth International Workshop on
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(*) Médico Asistente, Departamento
del Aparato Digestivo. Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins,
EsSalud.
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