Luxación traumática de cadera en un niño de un año Dra. Ana María Florián Rodríguez
(*) Resumen La luxación de cadera es una emergencia rara en niños, es resultado de traumatismos de alta energía, siendo la necrosis aséptica la complicación más frecuente y grave. El presente trabajo informa el caso de un niño de un año y nueve meses, que tras caer de aproximadamente 50 cm de altura, presentó luxación traumática posterior de cadera derecha; ésta fue tratada bajo anestesia general con reducción cerrada y yeso pelvipedio. Se presenta una revisión de las características clínicas y tratamiento de dicha entidad, con énfasis en la técnica de reducción empleada y el seguimiento del caso para determinar la complicación. Palabras clave: Luxación traumática, Osteonecrosis aséptica, Técnica de Allis.
Summary The hip's dislocation is an emergency uncommon in children. It is the result of high energy injuries, being aseptic necrosis the most frequent and serious complication. The following case reports the history of a one year old boy, who after falling down astride seat suffered a back traumatic dislocation of his right hip. He was treated with close reduction under general anesthesia and pelvipedio's cast. Our reviewed emphasizes clinical's characteristic and treatment. Emphasizing in the reduction technique and follow the case to determine any complications. Key words: Traumatic dislocation, Aseptica osteonecrosis, Allis's technique.
En la cadera asientan el 3% de todos los traumatismos del niño. La luxación traumática de cadera se produce por traumatismos violentos, siendo rara en niños. La luxación posterior es infrecuente y se asocia a fractura. La luxación anterior y del obturador son menos frecuentes (1). El diagnóstico es clínico, basándose en el antecedente de traumatismo violento, dolor intenso, impotencia funcional, acortamiento del miembro afecto y posición viciosa del muslo (1). Es una emergencia, requiere tratamiento en el menor tiempo posible para evitar complicaciones, siendo la más frecuente y grave la necrosis aséptica, que se presenta hasta en un 15% por desgarro de los vasos nutricios de la cabeza femoral (2, 3). Presentamos un caso de luxación traumática posterior de cadera derecha en un niño de un año, tratado con reducción cerrada y yeso pelvipedio; con el fin de revisar el manejo y seguimiento.
Caso clínico Paciente varón de un año y nueve meses de edad, mestizo, natural y procedente de Virú-Trujillo. Ingresa el día 07/11/2001 a emergencia del Hospital IV Víctor Lazarte Echegaray referido del Centro Médico de Virú; la madre refirió que quince días antes, el niño cayó de aproximadamente 50 cm de altura, no precisando el mecanismo de caída; luego presentó dolor intenso en cadera derecha e impotencia funcional, no recibió atención médica inmediata por el bajo nivel sociocultural de la madre adolescente, soltera de 17 años.
Al examen físico se encontró rotación interna, aducción y acortamiento de ± 4 cm en miembro inferior derecho, signo del bañista púdico y dolor intenso a la palpación de cadera derecha. La radiografía anteroposterior (Fig.1) reveló luxación traumática posterior de cadera derecha. Tres horas después ingresó a sala de operaciones, bajo anestesia general se realizó reducción cerrada con técnica de Allis. Al realizar la aducción, abducción, flexión y rotación de la cadera, esta se reluxó, realizándose con la misma técnica una nueva reducción con éxito. Esta se inmovilizó con yeso pelvipedio con miembro inferior derecho en abducción en ± 30º y ligera flexión de cadera.
La evolución post-operatoria fue favorable; al tercer día la radiografía (Fig. 2) mostró la cadera derecha en posición normal y fue dado de alta. Se explicó a la madre la importancia de seguimiento médico por riesgo de necrosis avascular hasta 2 años después. El yeso pelvipedio fue retirado luego de treinta días. En los controles, el paciente no mostró dolor a los movimientos, caminaba adecuadamente. El 15/06/2002 la radiografía de pelvis (Fig. 3) no mostró necrosis avascular.
Discusión En los Hospitales Pediátricos Shriners de México, de 1984 a 1996 registró 10 casos de luxación traumática de cadera; el Hospital Garraham de Argentina de 1988-1997 registró sólo 11 casos(3). La lesión es cuatro veces más frecuente en niños varones, con una incidencia máxima entre los 4 y 7 años, y entre los 11 y 15 años (2). Los mecanismos de lesión se clasifican en base a la posición de la cabeza femoral desplazada en relación al acetábulo en anterior y posterior (1). Se debe tomar una radiografía antes de la reducción, para verificar si hay o no fractura del reborde cotiloideo, teniendo cuidado en los casos en que la cabeza desplazada se ubica justo detrás del cótilo, ya que la radiografía frontal puede mostrar que coinciden; por ello se pide una radiografía de pelvis centrada, una anteroposterior y lateral de la cadera luxada (1,4). La reducción debe ser inmediata, pues con el tiempo la contractura muscular se hace poderosa, y aunado al resistente ligamento iliofemoral hacen que la reducción pueda llegar a ser imposible. Se usa anestesia general para una relajación muscular completa (4). Se recomienda la técnica de reducción cerrada de Allis (4): con el enfermo sobre una superficie plana, un ayudante realiza la contratracción colocando sus manos en espinas iliacas anterosuperiores; el médico flecta la cadera luxada de modo que el muslo quede vertical, la rodilla flectada (90°) y el pie entre sus rodillas. El médico coge la pierna bajo el hueco poplíteo y tracciona hacia el cenit logrando que la cabeza femoral ascienda y se introduzca en el interior del cótilo. Luego, reposo absoluto en cama por un mes e inmovilización de la cadera por tres semanas con bota corta en rotación interna moderada o yeso pelvipedio (60 días, si hay fractura del reborde cotiloideo), evitando el peso en la cadera afecta por 60 días (1,5). Se controla radiográficamente cada 6 a 8 meses, por un tiempo no menor de 2 años para adelantarse a la necrosis aséptica (2); producida al desgarrarse la cápsula articular y por constricción de los vasos que irrigan la cabeza femoral, su incidencia es mayor mientras más demore la reducción (2, 5). Los niños cuyas caderas se reducen dentro de las 8 horas siguientes a la lesión, la frecuencia de necrosis avascular es baja; mientras que en los que se reducen luego de 8 horas, es cerca de 40% (4). Stewart y Milford (6), en 128 luxaciones, reportan una incidencia de 15.5% de necrosis avascular en las caderas tratadas con métodos incruentos y del 40% para las tratadas con técnicas abiertas, con un índice general de complicación del 21.2%. Braun (7) encuentra el 17.6% de necrosis avascular en las caderas reducidas 12 horas luego de la luxación y 56.9 % en aquellas con más de 12 horas. Hougaard y Thomsen (8) siguieron 100 casos por 5 años, encontrando 4.8% de casos de necrosis avascular cuando la reducción fue dentro de las 6 horas y 58.8% cuando fue luego de 6 horas. Bassini y Groiso (1), reportan 11 casos en el Hospital Garraham de Buenos Aires, a los 2 años de seguimiento encontraron 3 casos de necrosis avascular, todos con reducción luego de 24 horas. En nuestro caso, la reducción se realizó 15 días después, sin embargo no se presentó necrosis, probablemente la ruptura ligamentaria y capsular de la cadera luxada no colapsó las arterias reticulares que llevan la irrigación del 95% de la cabeza femoral. Además la laxitud de la cápsula ligamentaria a esta edad favorece la no necrosis. Esto se corrobora con otros estudios (6-8) que muestran que en pacientes menores de 4 años no se presentó necrosis avascular en ningún caso.
Bibliografía 1. Bassini, O; Groiso, J. Luxación traumática de cadera
en niños. Medicina Infantil, 1997;2(2):75-81. (*) Médico Serumista. Docente de la Universidad Privada “Antenor
Orrego”, |
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