Dr. Ricardo Ramírez Gastón Gamio (1929
- 2003)
Ricardo Ramírez Gastón Gamio nació en Lima el 30
de enero de 1929. Estudió en el Colegio La Recoleta, finalizando
el 5to. año de educación secundaria en 1947. Durante esos
años escolares llegó a ser Director del Periódico
del Colegio, mostrando ya desde los primeros momentos de su vida cualidades
de líder que le caracterizaron.
A continuación estudia Medicina en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, graduándose de médico en 1957. También
en 1957, al recibir una beca para continuar estudios en Francia, contrae
matrimonio con el amor de su vida, Consuelo Arteaga, y juntos parten
hacia Paris. En 1958 les nace su primer hijo, Ricardo, al que luego seguirán
Jeannine, Rafael, Magali, Claudia y Dominique.
En 1959 regresan al Perú y se establecen en Chiclayo, su tierra
por adopción. Ricardo y Consuelo cultivaron siempre la unión
y amor de sus hijos, hijos políticos y nietos, logrando así una
familia realmente ejemplar.
Al establecerse en Chiclayo en 1959, a pesar de tener como médico
joven muchas necesidades económicas, Ricardo ofreció sus
servicios a pescadores del puerto Eten, consiguiendo de ellos, en retribución,
un cariño especial. Sus obras de bien, en la Posta Médica
de Monsefú, le llevaron a encontrarse con el Padre Carlos Conroy,
a quien quiso entrañablemente y cuya amistad le marcó espiritualmente
para siempre.
En los años ’60 participa dos veces en la política
como Secretario General del partido Acción Popular. Pero con esa
actividad, se perturba la tranquilidad de la familia. Afortunadamente
aprovechando una beca para estudiar y trabajar en el Saint Joseph Hospital
de Stanford, Connecticut, viajan y permanecen temporalmente en Estados
Unidos. En 1968, Ricardo regresa nuevamente a Chiclayo con el propósito
de hacer lo más posible por su ciudad. Durante los años
siguientes, fue Presidente de la Federación de Voleibol, Presidente
de la Beneficiencia, Presidente del Club de Leones y, eventualmente,
Presidente Gobernador de Leones de todo el Perú. Sus conciudadanos
nunca podrán olvidar los “Super Bingos Gigantes” que
llevó a cabo en el Coliseo, por tres veces, con alrededor de 12,000
participantes. Fundó 11 nuevos clubes en todo el país,
y recibió una condecoración especial del leonismo.
Como médico y Jefe de Servicio de Gastroenterología del
Hospital Obrero de Chiclayo, creó un pabellón ejemplar:
ordenado, impecable, limpio y que brindaba una atención de primera
calidad.
Debido a una jugada política tiene que salir de Chiclayo y se
queda sin recursos. Sin embargo, con gran entereza supera estas adversidades
y no deja en ningún momento de velar por su familia dando clases
de manejo, y atendiendo una vez por semana en una Posta de Villa El Salvador.
Inocente de toda culpa, regresa a Chiclayo y reanuda sus labores. En
1994 y 1995 colaboró activa y eficientemente con la Academia Nacional
de Medicina en la organización y realización de uno de
los mejores congresos de esta entidad. En el año 2000 le hacen
miembro Asociado de la Academia.
A través del tiempo presentó serios problemas de salud.
Estos serios trastornos no sólo no impidieron que Ricardo, con
gran valentía, continuara imperturbablemente su labor como médico,
gastroenterólogo y organizador de múltiples y exitosas
reuniones científicas, sino que acrecentaron en él su gran
fe religiosa y amor por la familia. En sus momentos finales dio, más
que nunca, muestras de integridad, lealtad, entereza, gallardía
y dignidad. Partió de este mundo hacia otro mejor, rodeado de
su esposa, hijos y nietos, y dejando en ellos una imborrable y permanente
sensación de belleza, amor mutuo y unión.
Todos lo que tuvimos la suerte de gozar de la grandeza, amistad y cariño
de Ricardo estamos seguros que él permanecerá siempre en
nuestra memoria.
Agradezco a la familia de mi amigo Ricardo su colaboración para
escribir esta semblanza.
Dr. Raúl León Barua |