DERMATOLOGÍA
(Segunda Parte)
Psoriasis, afección dermatológica frecuente:
conducta terapéutica
Dra. Zuño Burstein
Alva (*)
Conceptos generales
La psoriasis es una afección dermatológica cosméticamente
desagradable y desgraciadamente muy frecuente (entre el 2% al 3% de la
población mundial la padece), que no necesariamente, y esto es
en la mayoría de los casos, afecta la "salud". Son proporcionalmente
escasas las personas con psoriasis generalizada, a grandes placas, eritrodérmicas,
pustulosas, artropáticas, etc. que requieren atención médica
muy especializada. La mayoría de casos presenta molestias con
lesiones cutáneas dispersas, eritemato-escamosas persistentes
en cuero cabelludo, alteraciones en las uñas, en los órganos
genitales y otras manifestaciones que deben ser confiadas al manejo terapéutico
del médico dermatólogo, quien está entrenado para
tal fin.
Esta afección es producto de un defecto inmunológico
congénito
y se manifiesta por lesiones enrojecidas, escamosas, predominantemente
en codos, rodillas, regiones sacrocoxigeas, cuero cabelludo, uñas
y genitales. Las lesiones son de evolución crónica, se
intensifican en épocas invernales y son desencadenadas por infecciones
bacterianas, stress emocional, enfermedades virales y factores aún
desconocidos que actúan como detonadores que provocan una cascada
de respuestas inmunológicas con expresión inflamatoria
que hacen evidentes, clínicamente, las placas psoriásicas
(1-7).
En la antigüedad, a los pacientes portadores de las formas
graves de psoriasis se les estigmatizaba, excluía y con la designación
de "portadores de lepra blanca" se les aislaba injustamente
del contacto social. Actualmente, con los nuevos avances en los conocimientos
inmunológicos, se ha logrado una explicación científica
de los fenómenos naturales que determinan este defecto personal,
no contagioso, del comportamiento cutáneo y existen recursos
terapéuticos que permiten, mediante un monitoreo inmunológico,
el control de las formas, aún las más severas, de este
defecto inmunológico (8).
Las investigaciones farmacológicas inmunomoduladoras,
cada vez más sofisticadas, con ciclosporinas, methotrexate, retinoides,
Puva-terapia, etc., permiten, actualmente, aunque con las limitaciones
del alto costo, ofrecer un panorama cada vez más alentador para
el control de esta desagradable afección, aún en los casos
más severos (9-13).
El perfeccionamiento de los recursos terapéuticos de
uso tópico,
después de la invalorable introducción de la corticoterapia
local, que ofrece un sinnúmero de agentes y de presentaciones
diversas, además de antiguos y nuevos principios, permite al
dermatólogo su utilización racional y adecuada para cada
momento evolutivo de la psoriasis con agentes terapéuticos que
alivian y controlan esta molesta afección liberando a su portador
de los síntomas y controlando el aspecto de sus lesiones (14).
La psoriasis es para el dermatólogo práctico un desafío
a su capacidad médica, retándolo a la aplicación
de sus conocimientos científicos actualizados y a su arte en el
manejo psicológico y cosmiátrico del problema. Lo es, también,
para el paciente que debe someterse con confianza al control especializado
dermatológico y transformarse en un colaborador y aliado de su
médico para su propio beneficio.
Las formas más benignas pueden ser manejadas por el médico
general, que debe conocer el proceso para no equivocar el diagnóstico
y poder aconsejar al paciente en las medidas higiénico-dietéticas,
con los cambios de hábitos de vida pertinentes, la terapia local
bien orientada y apoyo psicológico, contribuyendo con estos aspectos
básicos a mejorar o tolerar su afección y tomar la decisión
de derivarlo, oportunamente, al dermatólogo cuando sus esfuerzos
sean infructuosos.
Aspectos clínico patológicos
Las expresiones clínicas de la psoriasis se presentan, predominantemente,
en la piel y uñas, pudiendo comprometer las semimucosas y articulaciones.
Se manifiesta habitualmente bajo la forma de placas cutáneas
circunscritas, eritemato-escamosas, preferentemente en el cuero cabelludo
(lugar de inicio habitual y de carácter persistente), codos, rodillas,
región sacrocoxigea y piernas. Estas placas de la psoriasis
vulgar pueden ser pequeñas, dando la denominada psoriasis
guttata, que,
frecuentemente, es una manifestación inicial, con brote exantemático
provocado por un foco infeccioso y que puede involucionar espontáneamente
o dar lugar a una psoriasis a grandes placas, estacionarias o extensivas,
de evolución tórpida, muy mortificantes, con tendencia
a dar formas generalizadas y llevar a la psoriasis eritrodérmica,
que toma toda la superficie cutánea, comprometiendo el estado
general. La localización ungueal, psoriasis ungueal, como la articular,
psoriasis artropática, pueden dar lugar a severas alteraciones
de los órganos comprometidos. No infrecuentemente la afección
se expresa en regiones intertriginosas, con participación de la
semimucosa genital; cuando esta condición es predominante hablamos
de psoriasis invertida (5).
FIGURA
1 |
|
Psoriasis guttata. |
|
FIGURA
2 |
|
Psoriasis
en placas. |
|
FIGURA
1 |
|
Psoriasis en placas. |
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FIGURA
1 |
|
Psoriasis antropática
con compromiso ungueal. |
|
FIGURA
1 |
|
Figura 5. Psoriasis pustulosa
localizada palmo-plantar. |
|
FIGURA
1 |
|
Psoriasis pustulosa
localizada palmo-plantar. |
|
FIGURA
1 |
|
Psoriasis pustulosa
generalizada. |
|
FIGURA
1 |
|
Psoriasis pustulosa
generalizada. |
|
Cuando el componente inflamatorio es muy importante se presenta clínicamente
la psoriasis pustulosa, con las características que se observan
en la tabla 1. El compromiso articular da lugar a la psoriasis
artropática o artritis psoriásica, con los tipos y características
que se describen en la tabla 2.
TABLA 1 |
|
Generalizada
|
Benigna (Milian y Katchoura)
Maligna (Von Zumbusch)
Circinada (Bloch-Lapiere)
|
Localizadas |
Palmo-plantar (Barber)
Acrodermatitis pustulosa continua (Hallopeu) |
|
TABLA 2 |
|
Tipo |
% de
todas las artritis
psoriásicas
|
Características |
|
Artritis asimétrica
(1 ó más articulaciones)
|
60-70 %
|
Articulaciones de dedos de
mano y pies (“dedos en salchicha”) |
Poliartritis simétrica |
15 % |
Clinicamente semeja a la artritis reumatoide
Factor reumatoide negativo |
Enfermedad articular interfalángica
distal |
5 % |
Crónica, benigna, asociada con enfermefdad
de las uñas |
Poliartritis destructiva (artritis mutilante) |
5 % |
Osteolisis de los huesos pequeños
de manos y pies |
Espondilitis anquilosante |
5 % |
Gran deformidad; subluxación de
las articulaciones con o sin enfermedad articular periférica |
|
(Adoptado de Moll JMH. The Clinical spectrum of Psoriatic arthritis.
Clin Orthop 1979;143:66).
Estructuralmente, las lesiones psoriásicas se caracterizan
por una hiperplasia epitelial, con una considerable aceleración
del proceso de maduración de las células epiteliales, que
no llegan a queratinizarse, produciendo una gran cantidad de escamas,
constituidas
por células epiteliales paraqueratósicas. Una severa reacción
inflamatoria en el dermis papilar es expresiva de las importantes alteraciones
inmunológicas que se están protagonizando, con participación
del queratinocito. El incremento de la proliferación epitelial,
la disminución de la diferenciación epidérmica y
la presencia de inflamación son las alteraciones características
de la psoriasis (5).
En el campo inmunológico, recientes avances
indican que existe una estrecha relación entre el sistema nervioso,
el neuroendocrino y el sistema inmune, lo cual es crucial en los enfermos
con psoriasis.
El término "fenómeno de Koebner", usualmente
usado para referir que una injuria externa a la piel produce una lesión
psoriásica, puede aplicarse, igualmente, a factores endógenos,
tales como lisinas bacterianas, ciertas drogas, virosis y el estrés
(1). La piel es el órgano sensorial más extenso del organismo
y lo es, también, desde el punto de vista inmunológico
(1-6).
El estrés estimula profundos cambios en la bioquímica corporal,
cambios metabólicos relacionados con los neuropéptidos,
que podrían iniciar la cascada inflamatoria que da lugar a la
manifestación de la placa psoriásica. Los neuropéptidos
son oligopéptidos que se encuentran en el cerebro y en el sistema
nervioso periférico. Es conocido que hay neurotransmisores que
juegan un rol importante en la modulación de los procesos inmunológicos
e inflamatorios. Varios neuropéptidos han sido identificados en
la piel humana, encontrándose en las neuronas sensoriales primarias
y en las fibras responsables de la conducción de la sensación
dolorosa; estas substancias son sintetizadas en los ganglios raquídeos
y transportadas a los nervios sensoriales periféricos terminales
en relación con varios estímulos. El dermis está ricamente
inervado por un ilimitado número de fibras sensoriales que se
extienden en toda la piel, habiéndose estudiado que estos neuropéptidos
no sirven solamente como neurotransmisores sino, también, que
interactúan como células inmunocompetentes relacionadas
con la psoriasis, tales como las mastcelen y los macrófagos, las
que aparecen tempranamente en las lesiones incipientes de psoriasis (3).
Una observación interesante es que la hipertermia local en placas
de psoriasis, por 30 minutos, 3 veces por semana, inhibe la respuesta
proliferativa de los linfocitos T y es, además, un citotóxico
selectivo de las células de Langerhans, actuando, al igual que
el PUVA, corticoes- teroides, methotrexate y antimetabolitos citotóxicos,
favorablemente sobre la afección (14).
Toda esta información apunta a la responsabilidad que le toca
a las células inmunocompetentes de la piel y, en particular, al
linfocito T4 como vehiculizador del mensaje inmunológico captado
por las células de Langerhans y destinado a activar al queratinocito
y a todo el sistema inmune, actuando, entonces, como iniciador de la
cascada inflamatoria dérmica y proliferativa epitelial que da
lugar a la manifestación de la placa psoriásica (3).
Consideraciones terapéuticas
Drogas inmunomoduladoras, que actúan frenando la actividad biológica
del linfocito T4, han sido usadas para frenar la respuesta inmunológica
que ocasiona la expresión clínica de la psoriasis que,
conjuntamente con procedimientos y drogas que regulan la proliferación
y diferenciación epitelial, así como drogas citotóxicas,
constituyen el arsenal terapéutico con el que actualmente se cuenta
para controlar la expresión psoriásica.
Así, se emplea la fototerapia y fotoquimioterapia (PUVA) (14),
el metotrexate (11), la ciclosporina A (9,10), el acitretin (13) como
terapia sistémica única o mejor en forma rotativa, vigilando
estrechamente los efectos secundarios y se cuenta, además, aunque
con un costo muy elevado todavía, como agentes de la nueva terapia
biológica (15), con medicamentos nuevos, como el etanercept (Enbrel),
el infliximab (Remicade) (16), el adalimumab (Humere), el alefacept (Amevive)
(17) y el efalizumab (Raptiva) (18) y para terapia local uninmunomodulador
tópico, el tacrolimus, en ugt al 0.1 % y un retinoide, el Tazarotene
en gel al 0.05 y al 0.1 %.
Todos estos procedimientos terapéuticos
son de extricta responsabilidad del médico dermatólogo
adiestrado en su delicado manejo, salvo la fototerapia o su equivalente,
la helioterapia o fotoclimatoterapia,
utilizando la radiación solar (19), que es uno de los agentes
terapéuticos más útiles y que, de acuerdo con la
información del último Congreso de la Academia Europea
de Dermatología y Venereologia, realizado en Barcelona, en octubre
del 2003, es exitosa en el 83 % de casos tratados, que contrasta con
el 60 % que ofrece el metotrexate, el 71 % de la ciclosporina A y el
48 % del acitretin (20). Esta radiación solar terapéutica
puede ser manejada por el médico general con las precauciones
adecuadas, conjuntamente con medidas generales de investigación
y eliminación de focos sépticos y parásitos intestinales;
dietoterapia (mayor ingestión de pescado), calor local, vitaminas
antioxidantes y el manejo prudente de corticoterapia tópica, de
queratolíticos (ac. salicílico, resorcina), úrea,
reductores (alquitranes); análogos de vit. D3 (Calcipotriol, Tacalcitol,
Calcitriol), piritionato de zinc y combinando alternativas terapéuticas
antiguas con las nuevas, consultando, para tal efecto, con su amigo,
el médico dermatólogo.
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- 12th Congress of the European
Academy of Dermatology and Venereology, 15-18 Oct. 2003, Barcelona,
Spain. Abstracts.
(*) Profesor Emérito,
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Jefe
del Servicio de Dermatología
Sanitaria del Instituto de Medicina Tropical “Daniel A. Carrión” (UNMSM).
Académico de Número de la
Academia Nacional de Medicina. |