Infertilidad masculina: Mg. Gunther Balarezo López (*)) Resumen Estudios realizados a nivel mundial señalan que algunas parejas tienen en un momento de sus vidas problemas de infertilidad, siendo la causa masculina el 20% del total de los casos. Por ello, la revisión de la literatura se ha basado en conocer y determinar las características y condiciones socioculturales que hacen que el hombre tenga mayor probabilidad de sufrir infertilidad. Además, se realiza un análisis de la importancia para el hombre de ser padre, con todas las implicancias culturales que existen alrededor de la conformación de una familia. Se concluye que, la infertilidad masculina es un tema poco tratado en la literatura científica, y por lo tanto, poco conocida por algunas especialidades de salud y las ciencias sociales. De otro lado, para el diagnóstico y tratamiento se incide mucho en los aspectos biomédicos y psicológicos, dejando de lado los aspectos socioculturales, lo cual puede ser contraproducente, al no considerarse el bienestar integral de la persona.
En tal sentido, la "infertilidad primaria" es cuando existe la incapacidad de la persona en edad fértil para lograr un embarazo, después de un período mínimo de doce meses de exposición regular al coito sin protección anticonceptiva; la "infertilidad secundaria" es cuando se ha tenido un hijo o se ha producido un embarazo anteriormente, pero en la actualidad no se logra un embarazo después de doce meses de mantener relaciones sexuales sin uso de métodos anticonceptivos; y se dice que es "infertilidad relativa", si la gestación terminó en aborto o parto prematuro. En los casos en que el hombre es el responsable de la infertilidad dentro de la pareja se denomina "factor masculino"; en caso es la mujer se dice "factor femenino" (3,5,6). Con respecto a la infertilidad masculina, estudios realizados por la
OMS entre 1979 y 1984 en 5,800 parejas infértiles de 22 países
desarrollados y en vías de desarrollo, se encontró que
los hombres eran la única causa o factor contribuyente a la
infertilidad en más de la mitad de las parejas debido a factores
ambientales; la mayoría de ellos sufrían principalmente
de infertilidad primaria (1,7, 8). Por tal motivo, se exponen a continuación algunos condiciones o características sociales y culturales que pueden ser el origen de la infertilidad en el hombre. a) Las costumbres con respecto al matrimonio como el tipo de unión. Por ejemplo, las tradiciones culturales pueden incluso tener ramificaciones genéticas, tal como ocurre en las generaciones de matrimonios entre primos cercanos en la cultura árabe, la cual se considera como causa de infertilidad en el hombre (1,6). b) El factor coital, que es cuando el hombre no sabe cómo y cuándo tener relaciones sexuales, ya que no identifica los días fértiles dentro del ciclo menstrual de la mujer o no tiene mucha frecuencia en sus relaciones sexuales. Aunque parezca extraño, este factor es responsable de un 5% de los casos de infertilidad masculina (9). c) Determinadas conductas de riesgo como la promiscuidad y el tener relaciones sexuales sin protección con una persona que tiene una infección de transmisión sexual (ITS), puede traer como consecuencia para el hombre, cicatrices en la uretra y ardor al orinar, con la consiguiente infertilidad. Por lo mismo que es difícil reconocer los primeros síntomas de las ITS, los hombres se demoran en buscar tratamiento médico. Al principio se automedican o algún amigo suele recomendar un remedio. También suelen creer que la infección desaparecerá por sí sola. Esto origina complicaciones y contribuye a propagar la enfermedad si tiene relaciones sexuales sin protección con otras personas (10). d) El consumo de tabaco se relaciona con un incremento de anomalías morfológicas y una baja en la motilidad y en la densidad del espermatozoide, así como la disminución en el volumen de la eyaculación y de espermios (11-14). Por ejemplo, en Egipto los hombres que fuman pipas tradicionales llamadas "narguiles", se enfrentan a un riesgo dos veces mayor de infertilidad que el resto de hombres (12). Algunos estudios han demostrado que no existe diferencia significativa entre el esperma de un fumador con el de un no fumador; lo que sí se ha confirmado es que los hombres que fuman una cajetilla o más al día pueden tener menor motilidad de los espermatozoides (15,16). Con relación al consumo de alcohol, se ha informado que entre el 70 y 80% de los casos, la infertilidad y la disminución de la libido en el hombre están asociados a este hábito. Además, la impotencia es el resultado común del alcoholismo severo, ya que reduce la potencia sexual masculina. La ingesta excesiva de alcohol provoca un descenso en los niveles de testosterona, lo que afecta directamente la producción de espermatozoides (14, 17). Se ha demostrado que el alcohol y el tabaco son un factor importante de infertilidad en el hombre, porque los cambios tóxicos que producen pueden afectar las hormonas sexuales (17). Contrariamente a esto, muchas personas las ingieren con la absurda creencia de que bajo sus efectos conseguirán mayor placer sexual; sin saber que, con toda seguridad, estas substancias disminuyen dicho deseo. Asimismo, se ha demostrado que beber té también afecta la fertilidad del hombre y que su fecundidad está amenazada a partir del consumo de más de tres tazas diarias de este producto (14). e) Con respecto al consumo de drogas ílicitas, se ha comprobado
que la marihuana afecta la calidad, movilidad y morfología de
los espermios. Por ello, además de producir infertilidad, puede
ocasionar malformaciones en los hijos. La cocaína influye en la
producción de testosterona y en el sistema vascular, lo que puede
producir una disfunción eréctil. La impotencia genital
en el hombre es un hecho generalizado de los morfinómanos; mientras
que la heroína aunque también produce la impotencia genital,
produce estímulos momentáneos en el hombre (18). También los conductores de vehículos tales como taxi, camión y autobus, que pasan más de tres horas al volante, aumentan en más de dos grados la temperatura del escroto, lo que provoca dificultades en los testículos, que funcionan mejor con temperaturas más bien bajas. Al parecer, la posición sentada prolongada, contribuye a incrementar ese problema (19). De otro lado, los hombres que practican el físico culturismo y los atletas adolescentes que desarrollan actividades aeróbicas entre tres y cinco horas al día y que utilizan anabolizantes, se hallan entre el grupo con mayor riesgo de infertilidad. El uso continuado de anabolizantes produce no sólo una reducción de los espermatozoides, sino también de la testosterona y de la libido sexual, hasta un año después de dejar de consumirlos (19). De igual modo, un estudio realizado en Francia sugiere que los militares que son submarinistas y que trabajan en submarinos nucleares, deben ser considerados como población de riesgo para la infertilidad masculina (21). Un caso conocido sobre la relación entre la fertilidad masculina y el trabajo que se realiza, ocurrió durante la década de los 70 en China, cuando campesinos que trabajaban en plantaciones de algodón comenzaron a sufrir de impotencia e infecundidad. Al parecer, la semilla de algodón inhibía la producción de espermatozoides, siendo este efecto irreversible en alguno de ellos. Posteriormente, se creó el "gossypol", un anticonceptivo hormonal masculino derivado del aceite de semilla de algodón, siendo después retirado del mercado por haber demostrado ser irreversible en el 20% de los usuarios (22). g) La contaminación del medio ambiente, ya que se encontró altos niveles de arsénico en el semen de hombres infértiles en regiones de México donde el agua potable estaba contaminada; en Nigeria, el semen de algunos hombres infértiles contenía altos niveles de aflatoxinas, metabolitos de hongos que se desarrollan en los alimentos agrícolas almacenados en países tropicales y, por último, en Egipto y Singapur, la infertilidad masculina se ha asociado con la exposición al calor, pesticidas y otros productos químicos. En países centro americanos, se ha informado hasta un 25% de infertilidad masculina por inhalación o manipulación de pesticidas (1, 8). Un incremento en el número de informes sobre la fertilidad masculina,
sugiere que los agentes químicos en el medio ambiente, pueden
afectar este aspecto en los hombres, dado que contribuyen a empeorar
las causas genéticas preexistentes o los factores médicos
(23-25). También se conoce que la quimioterapia y radioterapia pueden contribuir a la infertilidad masculina de forma definitiva, porque afecta los testículos, una de las áreas más radiosensitivas en el hombre, que aún con dosis bajas, puede llevar a un decremento significativo del esperma (26). h) La edad, porque se ha observado que la disminución de la fertilidad con el paso de los años es relativa en los hombres. Algunos estudios demuestran una declinación de esta condición en los hombres mayores de 50 años (3). De acuerdo a los especialistas, a partir de la cuarta o quinta década el hombre presenta una disminución paulatina de la testosterona, hormona estimulante del deseo y la potencia sexual, lo cual lleva a un cuestionamiento de la virilidad. Este gradual descenso de la hormona es conocido como la "andropausia" o "climaterio masculino", cuyos trastornos son sutiles y algunos síntomas obedecen más a factores psicológicos que reales (27). Al parecer, conforme se incrementa la edad en el hombre, empieza a dañarse el material genético contenido en las células de sus espermatozoides; esto es, los espermatozoides no van a ser de buena calidad y pueden traer alteraciones cromosómicas en el producto (el feto). Además, el volumen de semen disminuye a medida que se incrementa la abstinencia sexual. Algunos estudios indican que la fertilidad del hombre se reduce gradualmente en un 2% por cada año que pasa (28, 29). i) El clima, al igual que impone una flora distinta sobre la tierra, influye sobre la fertilidad de las personas; la fecundidad de la tierra es pródiga en las regiones de intensa insolación y húmeda y escasa en las eternas noches invernales de los páramos fríos. La fecundidad aumenta en los climas cálidos mientras que en los climas fríos este crecimiento es más equilibrado. Al parecer, los estímulos lumínicos provocan a través de la retina un reflejo que hiperactiva el funcionamiento de las gonadas. Igualmente parece demostrado que estimula la hipófisis. También, se ha demostrado que la pubertad es alcanzada antes entre los niños y niñas de países cálidos que en los países fríos (18). j) Los problemas emocionales, aunque no existen muchas investigaciones
que puedan condicionar su relación con la infertilidad masculina.
Lo que se conoce es que la infertilidad mantiene al hombre en un estado
de desequilibrio emocional y de baja autoestima, dado por la ansiedad
y frustración que genera (3). Por ejemplo, en estudios experimentales,
se ha demostrado que cuando el estrés es severo causa una declinación
en la cantidad y la calidad del esperma y afecta el sistema endocrino
(26). l) Violencia, accidentes o deportes, mediante los cuales se producen traumatismos o golpes que dañan el tejido testicular, haciendo que el cuerpo genere anticuerpos hacia estas células, lo que las inactiva (19). m) El uso de determinada ropa interior puede causar una hipertermia (elevación de la temperatura corporal), porque los testículos deben estar a 2º C menos de los que normalmente tiene el cuerpo (36º C). Si aumenta la temperatura disminuye la producción de espermios. Por ello, se recomienda usar calzoncillos tipo boxer en lugar de slips y no utilizar con frecuencia los baños de tina, sauna o jacuzzi (19). Algunos autores recomiendan que si un hombre quiere prevenir problemas de infertilidad debe: 1-. abstenerse de consumir tabaco y drogas ilícitas; 2-. beber alcohol con moderación; 3-. evitar bañarse con agua muy caliente y no utilizar ropa ajustada para mantener el escroto fresco; 4-. evitar substancias tóxicas; 5-. evitar la exposición a la radiación; 6-. alimentarse apropiadamente y 7-. aprender a controlar de forma apropiada el estrés (31). Pero, ¿por qué es tan importante para un hombre ser padre? Al parecer, la paternidad es una necesidad humana que debe darse en un período específico, ya que si el hombre no es padre, se vuelve ansioso y pierde la autoestima, porque tiene que demostrar su virilidad y masculinidad (32). En lugares donde los hijos son considerados un bien preciado, la infertilidad masculina es un problema que puede contribuir a matrimonios inestables, marginación social y un estrés psicológico, ya que la fertilidad y la reproducción son valores centrales para la identificación de la autoimagen en el hombre (33, 34). Cuando se toma conciencia que la descendencia se retrasa o se torna
improbable, el hombre se enfrenta a un bloqueo de una meta vital que
valora grandemente (tener hijos) y se encuentra en una situación
en que las estrategias usuales para enfrentar conflictos no son suficientes
ni eficaces para manejar ni resolver este problema. Sigue a ello, un
período de desequilibrio emocional al que se denomina crisis,
la cual se asocia a una elevación de la ansiedad y la tensión,
a sentimientos implacenteros y desconocidos y a una desorganización
para actuar como de costumbre. Este estado emocional incluye sentimientos
de frustración, irritabilidad, depresión, rabia, culpa
y aislamiento. La presencia de estos sentimientos adversos puede influir
negativamente en muchas áreas de su relación de pareja,
en el ajuste sexual, en la actitud hacia su carrera o trabajo y/o en
la adaptación social (27, 34, 35). La presión familiar casi siempre proviene de los padres y/o suegros, quienes consideran que los nietos son necesarios para: 1-. extender el linaje de la familia; 2-. proporcionar mano de obra a las actividades laborales que realiza la familia; 3-. proporcionar apoyo financiero a los padres durante la vejez y 4-. perpetuar el apellido paterno. En algunos países, el hombre es objeto de una fuerte presión por parte de su familia y la familia de su pareja de comprobar su fertilidad a los pocos meses de casarse, ya que se considera que el fin del matrimonio es tener hijos (38, 39). En otros casos, como en Zimbabwe, si la mujer no queda embarazada dentro de los tres meses posteriores al matrimonio, la gente dice "No hay alegría en esta casa"; en Egipto se puede considerar el uso de anticoncepción "después del primer hijo hombre" (39). En algunas culturas, especialmente en Africa, América Latina y el Caribe, la conformación de una familia constituye el objetivo principal de la vida, porque constituir un hogar significa alcanzar la complementariedad biológica y social, lo cual representa el cumplimiento de un precepto social impuesto por el grupo sobre la pareja, para demostrar la capacidad biológica de reproducción o procreación. En sociedades patriarcales, el hombre que tiene muchos hijos adquiere un reconocimiento social (38,40,41). Es por eso que "algunos hombres ven el casarse y tener hijos como parte del mismo negocio - un convenio en paquete" (41). Todo esto origina que el hombre muchas veces no reconozca su problema de infertilidad o que trate de ocultar y negar a los demás su incapacidad para procrear, y para que no lo califiquen con adjetivos que denotan falta de virilidad, el "hombre" y la "sociedad" suelen asignar el problema de "matrimonios infértiles" a la mujer. Esto, porque la imagen del hombre sin hijos generalmente es negativa y constituye objeto de reproche, compasión y hasta a veces desprecio. Esta falta de descendencia, en algunas ocasiones ha sido calificada como la desidia y/o pereza del hombre, ya que el no tener hijos es sinónimo de anormalidad (5, 37, 40). En algunos países, el estigma de la infertilidad ha llevado a una desarmonía marital, al divorcio y al ostracismo (apartar a una persona por no resultar grata) por el mismo hecho de no poder tener hijos (2). A todo esto se suma que, comúnmente el hombre no desea hablar de sus problemas sexuales, porque tiene vergüenza y considera que en este tema radica el poder de su masculinidad. Cuando el hombre recurre a un profesional de la salud por un asunto relacionado a su fertilidad, pocos profesionales pueden comprender las preocupaciones de esta índole en el hombre. Además, generalmente el hombre llega a la consulta después que su esposa visitó al ginecólogo (42). Para Anand (32) estas pueden ser las principales razones por las cuales la infertilidad masculina gana mayor significancia en el contexto de la vida familiar y social, y por ello, la importancia de tratarla a tiempo, ya que un gran número de hombres desconoce su situación antes de tener la intención de procrear, por lo que es muy triste observar cómo las mujeres supuestamente infértiles tienen que someterse a una serie de pruebas y tratamientos durante años cuando en muchos casos el problema está en la pareja. Al parecer, aún existe una confusión entre potencia y fertilidad en el hombre. Finalmente, se debe tener en cuenta que, la infertilidad masculina se considera un problema que no sólo se tenga que solucionar desde el punto de vista de la medicina, ya que tiene un gran impacto en el bienestar mental y social del hombre. Por ello, cuando el personal de salud evalúa a un hombre por problemas de infertilidad, no trata solamente el cuerpo con desajustes fisiológicos u orgánicos, sino también se enfrenta a un ser humano ansioso, temeroso, expectante y exigente en la obtención de descendencia. El hombre que decide acudir a un especialista para consultar acerca de un tema tan sensible como la infertilidad, espera poder manifestar sus dudas en confianza, en forma discreta, con atención personalizada y en un ambiente nada agresivo. Pero a menudo, la sobrecarga de los servicios de salud, en especial en los países como el nuestro, implica que la evaluación se realice en forma rápida, ofreciéndose consejo o tratamiento sin realizar una evaluación completa de los factores que puedan estar afectando la fertilidad en el hombre (1, 30). Bibliografía
(*) Sociólogo y Master en Salud Pública. Docente de la Universidad Científica del Sur y la Escuela Universitaria de Post-Grado de la Universidad Nacional "Federico Villarreal". |