Enfermedad Tiroidea Subclínica

En n el sistema de las glándulas de secreción interna, las alteracio- nes leves, denominadas subclínicas, no son infrecuentes y pueden afectar a cualesquiera de éllas, así se han descrito formas subclínicas tanto de hiperfunción como de hipofunción de la tiroides, de las paratiroides, suprarrenales,de la glándulas gonadales, etc. Estas formas subclínicas llevan muchas veces a confusión en el diagnóstico por no tener una expresión clínica clara y definida o por dar sintomatología de padecimiento de otros órganos, por ejemplo un cuadro cardíaco que no revela su origen endocrino.

De allí que resulte interesante la publicación en este número del trabajo "Enfermedad Tiroidea Subclínica: entre el consenso y la controversia" del Dr. Jaime Urbina, en el que se destaca que el diagnóstico de esta condición puede ser efectuada mediante la realización de los exámenes auxiliares del perfil tioroideo, que en los últimos tiempos ha conseguido mayor sensibilidad y especificidad, por ejemplo el TSH ultra sensible. El hallazgo de cifras elevadas de TSH con concentraciones normales de tiroxina (T4) demuestra la existencia de un hipotiroidismo que, en caso de no existir síntomas o ser ellos indefinidos o poco precisos, lleva a considerar el diagnóstico de un hipotiroidismo subclínico. Del mismo modo, concentraciones de TSH por debajo de lo normal con niveles normales o ligeramente altos de T4 y T3 debe llevar al diagnóstico de hipertiroidismo.

Como el porcentaje de personas con ETSC es relativamente elevado y de acuerdo a la revisión del Dr. Urbina, aún no se habría llegado a un consenso definitivo respecto a la necesidad de efectuar encuestas para descubrir casos asintomáticos y sobre la posibilidad de administrar tratamiento a pacientes con hipotiroidismo y con cifras de TSH entre 5 y 10 uUI/ml, y si además se debe o no tratar a estos pacientes, para lo cual se hace referencia a la posición de muy diversos expertos reunidos en diferentes foros. Así mismo, en relación al hipertiroidismo subclínico con- sideran que se debe encontrar concentraciones de TSH por debajo del nivel de referencia y no cifras menores 0.1 mUI/ml, debido al hecho que una terapia antitiroidea podría llevar a alteraciones cardiovasculares y del sistema óseo.

Consideramos, sin embargo, que se debe tener presente que en los casos de hipotiroidismo subclínico, los pacientes suelen tener síntomas imprecisos como malestar general, astenia, disminución del rendimiento intelectual, a mas de desarrollar manifestaciones de hiperprolactinemia, cifras elevadas de colesterol (1), trastornos cardio-vasculares. Bondi y Klein (2), señalan que tanto en el hipotiroidismo franco como en el subclínico, se producen alteraciones cardio- vasculares muy definidas como disfunción endotelial, función sistélica deprimida, disfunción ventricular izquierda disminuida en reposo, y disfunción sistólica y diastólica durante actividad física, que en conjunto producen disminución de la capacidad cardiaca durante el esfuerzo físico; además, se ha señalado que la tendencia a la hipertensión arterial diastólica que algunos hipotiroideos presentan está en relación a resistencia vascular sistémica, endurecimiento arterial central y a la disfunción endotelial. Hak y col. (3) han encontrado que el hipotiroidismo subclínico es un factor de riesgo fuerte para ateroesclerosis e infarto de miocardio en mujeres mayores, todo lo que evidentemente, justifica el tratamiento con hormonas tiroideas en dosis inicialmente bajas y posteriormente crecientes hasta alcanzar niveles sanguíneos óptimos de TSH, T4 y T3 libres, mediante dosificación periódica.

En el hipertiroidismo subclínico, en particular en pacientes adultos mayores, se pueden desarrollar manifestaciones poco frecuentes como hipertiroidismo apático, fibrilación auricular y otras arritmias cardíacas, hipertiroidismo por T3, que pueden ser causa de osteoporosis, adelgazamiento sin causa aparente, transtornos digestivos, entre otras alteraciones. Una información preocupante es la presentada por Kovacs y col. (4), quienes han encontrado asociación entre hipertiroidismo subclínico y una más alta tasa de mortalidad en pacientes geriátricos con enfermedad crónica, que lleva a concluir sobre la necesidad de instaurar tratamiento a estos pacientes para evitar este riesgo.

Por todo lo anterior, se debe considerar la necesidad de documentar con propiedad mediante los exámenes tiroideos correspon-dientes los casos de pacientes que, sea por una sintomatología leve, indefinida, incierta o sea que aún en ausencia de síntomas tienen alteraciones en el perfil tiroideo en particular cifras anormales de TSH, altas o bajas según el caso, inclusive con concentraciones normales de T4 y T3, para iniciar el tratamiento respectivo y así evitar la morbi-mortalidad derivada de estas condiciones de alteración leve de la función tiroidea que no por ello dejan de ser preocupantes.

Fausto Garmendia Lorena
Director - Unidad de Postgrado
Facultad de Medicina, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos (UNMSM).