Obesidad
Introducción

Fausto Garmendia Lorena (1)


Tradicionalmente, se ha considerado a la obesidad como un problema sencillo de salud y, en épocas aún más remotas, era signo de belleza y bienestar. Hoy en día estos conceptos han variado diametralmente; la obesidad es un riesgo que amenaza la salud e incrementa el riesgo de morir hasta en 2.5 veces (1). La podemos definir como la alteración de la nutrición, caracterizada por el anormal depósito de grasa corporal, en la que se produce una pérdida del balance entre la energía que ingresa al organismo en forma de alimentos y el gasto de energía a favor de la primera, en cuya etiopatogenia están involucrados muchos factores.

La magnitud de la obesidad se evalúa por muy diversas técnicas, las mediciones antropométricas son las más simples y usadas, en las que se emplea la relación entre talla y peso. Un indicador muy utilizado es el índice de masa corporal (IMC) o índice de Quetelet, que se obtiene mediante la división del peso en kilogramos entre la talla en metros al cuadrado (peso kg/talla m2). Además, se debe medir la circunferencia abdominal, en el punto equidistante entre la última costilla y la cresta ilíaca con la finalidad de establecer si la obesidad es de carácter central, en el varón no debe exceder 96 cms y en la mujer 88. Se ha demostrado que la obesidad central es la que ocasiona mayor morbi mortalidad que otros tipos de distribución de la grasa corporal.

En las últimas décadas se ha observado un incremento acelerado de la prevalencia e incidencia de obesidad no sólo en los países industrializados sino también en aquellos en vías de desarrollo, a lo que se denomina “La Epidemia de la Obesidad”. En Estados Unidos en los años 60 la obesidad estuvo en el rango de 12.8 % y se mantuvo más o menos estable hasta 1980, a partir del cual se ha notado un incremento de 1% por año (2). En un ejemplo más cercano, en el Brasil en 1976 la prevalencia de obesidad estuvo en 3.6% en los varones y 8.2% en las mujeres que se incrementó a 5.9% y 13.3% respectivamente en 1989. En nuestro medio, Zubiate (3), Seclén (4) y Pajuelo (5) han contribuido al conocimiento que la obesidad es un problema importante, por lo menos en determinados segmentos de la población; por lo tanto, se aprecia un incremento global de la obesidad (1), habida cuenta que 75% de la población general está en riesgo potencial.

Una controversia permanente es la de considerar a la obesidad como la consecuencia de un transtorno genético, intrínseco o hereditario (obesidad primaria) o el resultado de factores externos o ambientales (obesidad secundaria). Es evidente que existe una población, relativamente pequeña, calculada en el 25% que no incrementa de peso aún cuando ingiera cantidades de alimentos que a otras les producen un incremento significativo de peso. En la actualidad se acepta que la obesidad obedece a muy diversas causas, es decir obedece a una etipatogenia multifactorial.

Un aspecto muy importante es el referido a la modifi-cación de los hábitos orientados a volver a prácticas saludables de vida que han sido distorsionados por costumbres adquiridas por la sociedad de consumo e inclusive por el avance de la tecnología

No existe la menor duda que la obesidad es causa de muchos otros desórdenes como la diabetes mellitus, hiperten- sión arterial, dislipoproteinemia, transtornos del sueño, del aparato gastrointestinal y de la respiración, entre otros, que en su conjunto acortan la expectativa de vida de las personas, principalmente por ser un factor de alto riesgo cardiovascular. La obesidad es la condición más típica para ocasionar el síndrome metabólico.

No existe aún un tratamiento satisfactorio, en el sentido que las medidas para reducir el peso de las personas tienen sólo un efecto transitorio, las personas que consiguieron reducciones ponderales, inclusive muy significativas, en gran proporción vuelven a incrementar de peso. Se han recomendado medidas tanto que cambien el estilo de vida como de carácter medicamentoso e inclusive quirúrgico, que en general son efectivos pero no están exentos de efectos colaterales que es necesario evaluar antes de prescribirlos.

Bibliografía

  1. Flegal KM, Graubard BI, Williamson DF et al. Excess deaths associated with underweight, overweight and obesity. JAMA 2005;293:1861-1867.
  2. Flegal K, Carroll M, Ogden C et al. Prevalence and trends in obesity among US adults, 1990-2000. JAMA 2002;288:1723-1727.
  3. Zubiate M. Prevalencia de la obesidad en dos poblaciones del Perú: Lima a 150 y Cuzco a 3300 metros sobre el nivel del mar. 8th International Congress on Obesity. Libro de Resúmenes 1998.8 (París).
  4. Seclén S. Prevalencia de diabetes mellitus, hipertensión arterial, hipercolesterolemia y obesidad, como factores de riesgo coronario y cerebrovascular en población adulta de la costa, sierra y selva del Perú 1997 (Premio Roussel 1997).
  5. Pajuelo J. La obesidad infantil en el Perú. Instituto de Investigaciones Clínicas, Facultad de Medicina, UNMSM, 2003.

1 Profesor Principal, Departamento de Medicina Humana; Investigador Permanente, Instituto de Investigaciones Clínicas;
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.