Cortisol E IL-6 y su relación con el estrés, la grasa visceral, la insulina y la enfermedad arterial coronaria.

Raúl Bastarrachea Sosa (1)


Hay que recordar que una secreción excesiva y sostenida de cortisol o dosis farmacológicas crónicas de glucocorticoides (síndrome de Cushing endógeno o exógeno) han sido asociados desde hace largo tiempo con depresión, hipertensión arterial, osteoporosis, inmunosupresión, y el espectro entero del Síndrome Metabólico que comprende obesidad visceral, resistencia a la insulina, dislipidemias, estados de discoagulación y protrombosis, así como con sus secuelas mórbidas representada por la aterosclerosis y la enfermedad arterial coronaria. Cada una de estas manifestaciones podrían, en teoría, ser producidas en presencia de un eje HPA hiperfuncional, o más aun, en presencia de un eje no hiperfuncional pero con hipersensibilidad específica de tejidos blancos a glucocorticoides, a nivel de la amígdala o el eje mesocorticolímbico, el sistema cardiovascular, el tejido óseo, el sistema inmune o el tejido adiposo.

Se ha podido documentar que existen marcadas similitudes bioquímicas, fisiológicas y clínicas entre pacientes que presentan estrés agudo y la población que presenta y llena los criterios de depresión mayor. Ambas condiciones se encuentran asociadas a una hiperactividad de los sistemas del estrés (HPA y AVP-LC/NE), en ambas se encuentra aumentada la secreción de CRH, cortisol y catecolaminas, en ambas se encuentra inhibidos los ejes de la hormona de crecimiento.(GH/IGH-1), el eje reproductivo (LH/testosterona-estradiol), y el eje tiroideo (TSH/T3), existe supresión de la actividad del sistema inmune y se encuentran cantidades muy elevadas de interleukina 6. estimulada por catecolaminas. En el caso de la depresión mayor, la hiperactividad del sistema del estrés, tanto crónico como en golpeteos repetitivos, podría potencialmente producir las consecuencias a largo plazo del síndrome de Cushing. También se ha observado que los pacientes con sintomatología depresiva tienen una marcada disminución de la esperanza de vida secundaria a una mortalidad incrementada por causas primariamente cardiovasculares.

El estudio que vino bioquímicamente a demostrar la importancia del daño del estrés en la vida diaria, fue el efectuado por Rosmond, en 1998. Su grupo examinó a una amplia población de individuos de 53 años de edad, organizando una base de datos en donde capturó una detallada historia clínica, midiendo además variables antropométricas, bioquímicas, metabólicas y hemodinámicas, siendo la clave de su estudio, la medición de cortisol salival seriado durante el día, paralelamente a la medición de niveles aceptables de percepción de estrés durante su trabajo cotidiano. Los resultados revelaron que los incrementos en la presión arterial, en el índice de masa corporal y en la distribución visceral de grasa corporal observados tempranamente en el síndrome de Cushing como resultado del hipercortisolismo, pueden también ser detectados en una población general no Cushinoide de individuos de edad madura en correlación con el grado de percepción de su propio estrés y la secreción de cortisol relacionada con dicho estrés. La observación crucial se obtuvo por la interpretación del patrón de la curva de secreción de cortisol durante el día en cada individuo. Una curva de secreción de cortisol que denotaba un eje HPA no estresado se caracterizó por una amplia variación circadiana con elevaciones matutinas y disminución paulatina de la curva al acercarse la noche, con un discreto y pequeño pico de cortisol inducido por una ingesta de alimentos a media mañana. Por otra parte, un eje HPA crónicamente estresado se caracterizó por una curva con un patrón semejante a la observada en el síndrome de Cushing, con elevaciones nocturnas y disminución de la secreción matutina, y una fuerte respuesta con un pico elevado de cortisol inducido por la ingesta de alimentos a media mañana. Estos hallazgos sugieren una hipersecreción crónica de cortisol en individuos crónicamente estresados.

Esta secreción alterada de cortisol día a día podría dar como resultado las secuelas somáticas del hipercortisolismo crónico. A pesar de los intentos del cerebro por corregir la producción excesiva de cortisol durante la tarde e intentar suprimir el pico matutino de cortisol, tal corrección le resulta al cerebro casi imposible, y los tejidos corporales se encuentran sobreexpuestos a las acciones del cortisol. Este estudio pionero representó la clave para poder entender si una hipersecreción o una hiperfunción del cortisol relacionado con situaciones estresantes de la vida cotidiana pudiera afectar importantes parámetros o funciones fisiológicas como la presión arterial sistémica, el metabolismo de los carbohidratos y los lípidos o la acumulación intraabdominal de grasa, con efectos potenciales deletéreos para el organismo a largo plazo.

Finalmente, este estudio pionero abrió la pauta para reflexionar sobre dos entidades altamente complejas, multifactoriales, y dependientes de fenómenos o situaciones relacionados con el medio ambiente y nuestro estilo de vida social y cultural: el estrés y la depresión. El cuadro completo de las explicaciones y el entendimiento de la fisiopatología del estrés y la depresión y sus consecuencias metabólicas y endocrinológicas nos presenta una clara visión de la biología de este inmenso problema, con el potencial de intervenciones racionales para prevenirlas o tratarlas basadas en una sólida evidencia biomédica, y así poder complementar el tratamiento de los desordenes emocionales con terapias afines dirigidas a su consecuencia: las devastadoras enfermedades metabólicas que lesionan el endotelio y el aparato cardiovascular.

Lecturas Selectas

  1. Turner-Cobb JM, Sephton SE, Koopman C, Blake- Mortimer B, Spiegel D. Social Support and Salivary Cortisol in Women With Metastatic Breast Cancer Psychosom Med, May 1, 2000; 62(3):337-345.
  2. Vgontzas AN, Papanicolaou DA, Bixler EO, Hopper K, Lotsikas A, H.-Lin H, Kales A, Chrousos GP. Sleep Apnea And Daytime Sleepiness and Fatigue: Relation to Visceral Obesity, Insulin Resistance, and Hypercytokinemia J.Clin. Endocrinol. Metab; March 1,200; 85(3):1151- 1158.
  3. Rosmond R, Dallman MF, Bjorntorp P. Stress-related cortisol secretion in men: Relationships with abdominal obesity, endocrine, metabolic and hemodynamic abnormalities. J Clin Endocrinol Metab. 1998;83:1853-1859.
  4. Papanicolau DA, Wilder RL, Manolagas SC, Chrousos GP. The pathphysiologic roles of interleukin-6 in human disease. Ann Intern Med. 1998;128:127-137.

1 Departament of Genetics. Southwest Foundation for Biomedical Research San Antonio, Texas, USA.