Homenaje a Javier Mariátegui Chiappe (1928 - 2008)
Zuño Burstein Alva (1)
El 3 de agosto del 2008, una fría mañana dominical del gris invierno limeño fue el triste escenario de la intempestiva partida, en un viaje sin retorno al espacio infinito del silencio eterno, de Javier Mariátegui Chiappe, destacada personalidad médica y muy distinguido intelectual y humanista peruano, cuyo corazón dejó de latir por un infarto miocárdico masivo, que privó a su privilegiado cerebro de la energía vital para seguir cumpliendo con la inagotable producción intelectual que, durante toda su vida, estuvo dedicada al servicio de su noble profesión médico psiquiátrica, a su invalorable actividad universitaria e institucional, de carácter docente y de investigación científica y a su posición ideológica, socialmente
comprometida.
Ese día, los familiares más cercanos y el que suscribe esta nota fuimos testigos, profundamente conmovidos, de la presencia en el amplio, elegante y pulcramente ordenado ambiente dedicado a la rica biblioteca y escritorio-estudio de la casa de Javier Mariátegui, de un sencillo féretro que contenía sus restos mortales. En la cabecera lucía, adecuadamente iluminada, una imagen de él, que se reproduce en este artículo, destacando la fuerza vital, la expresión acogedora y
comunicativamente inteligente que siempre lo caracterizó.
Por expresa decisión de él, cumplimos con lo que, con respetable y merecido orgullo, nos encomendó, de no permitir la exhibición de su cuerpo inanimado, que ya no era él y menos aún de realizar acto ceremonial alguno ante esa penosa condición. Sus restos fueron incinerados en estricto privado, sin ritual alguno, tal como él lo predeterminara. Nos corresponde a los que lo conocimos rendir a su memoria el homenaje que merece su vida ejemplar de enorme significación
y productividad.
Javier Mariátegui Chiappe nació en Lima el 13 de setiembre de 1928; fue el menor de cuatro hijos del gran Amauta, ideólogo social y una de las mentalidades más destacadas de la intelectualidad peruana de todos los tiempos, José Carlos Mariátegui La Chira, quien dejó como herencia biológica y cultural a su hijo menor, a pesar del poco tiempo que pudo vivir con él por su prematura desaparición, su sensibilidad y compromiso social por las causas justas de la humanidad y su gran capacidad intelectual. Su madre, Anna Chiappe Giacomini, que vivió hasta los 92 años, mujer de extraordinaria capacidad, llevó adelante la formación de sus
cuatro hijos.
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Javier se casó con la señora Rosa María Ezeta, quien se identificó plenamente con él, apoyándolo en todo momento y compartiendo su vida hasta su reciente sensible desaparición; tuvo con ella su único hijo, José Carlos Mariátegui Ezeta, destacado profesional que ha heredado la capacidad intelectual de su padre y que queda ahora como depositario de su patrimonio
cultural.
Su formación profesional la hizo Javier Mariátegui en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde ingresó el año 1947 y siguió sus estudios médicos en la Facultad de Medicina de San Fernando, perteneciendo a la Promoción Médica Oswaldo Hercelles (1955); promoción muy numerosa a la que pertenecen destacados profesionales de diferentes especialidades. Javier obtuvo el primer puesto de esta promoción por haber tenido el más alto puntaje durante sus estudios. Se recibió de Médico Cirujano en 1956, con la Tesis “Psicopatología de la intoxicación experimental con la dietilamida del ácido d-lisérgico”, obteniendo la calificación
máxima de 20.
Conservó durante toda su vida una estrecha relación fraternal con los miembros de su promoción médica, siendo considerado por ellos como su más destacado representante, habiendo jugado, desde su época estudiantil, un rol de liderazgo
que mantuvo permanentemente.
Tempranamente, se dedicó al campo de la Psiquiatría, siendo discípulo conspicuo del Prof. Honorio Delgado, a quien rindió homenajes de reconocimiento por su gran calidad profesional de nivel internacional, habiendo sido, posteriormente, incluso, nombrado Titular de la Cátedra “Honorio Delgado” de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Trabajó con el Dr. Oscar Trelles, con quien compartió la responsabilidad de Director Editor de la Revista de Neuropsiquiatría, continuando con esta labor después del fallecimiento del Dr. Trelles. Esta revista fue fundada en 1938 por los doctores Honorio Delgado y Oscar Trelles, siendo la única revista peruana de medicina que ha mantenido su continuidad desde su fundación hasta la fecha. El Dr. Mariátegui tuvo relaciones cercanas con distinguidos maestros del campo psiquiátrico y neuropsiquiátrico, como los doctores Enrique Encinas, Juan Francisco Valega, Baltasar Caravedo, Humberto Rotondo, Ernst Rab, y otros. Sus relaciones internacionales han sido muy importantes, manteniendo vínculos e intercambio, sobre todo, con los profesores italianos Antonio Melis y Carlo Gobetti, así como con Francisco Alonso Fernández, de la Universidad Complutense de
Madrid.
Sus relaciones profesionales universitarias en otros campos de la medicina fueron particularmente cercanas con el Prof. Hugo Pesce, de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, con quien compartió similares inquietudes ideológicas.
El año 1972 obtuvo el Grado de Doctor en Medicina en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, con la Tesis “Sociopsiquiatría
en el Perú; algunos aspectos de investigación”.
Su carrera docente se inició en 1957, en la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de San Fernando, UNMSM, que dirigía el Prof. Honorio Delgado. Permaneció durante toda su vida vinculado a la docencia universitaria; incluso llegó a ser Miembro Fundador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, sin que esto significara su alejamiento de su condición docente en su Alma Mater, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la que llegó a ser profesor principal y, posteriormente, nombrado Profesor Emérito, al igual que en la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Su labor médico asistencial la inicia, también, en 1957, en el Hospital “Víctor Larco Herrera”, y en 1962 fue nombrado Jefe de la Clínica
Psiquiátrica de Día del Ministerio de Salud.
De los años 1980 a 1987 fue Director General Fundador del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado- Hideyo Noguchi”, donde creó una importante e innovadora escuela psiquiátrica, que fue lamentablemente interrumpida por decisiones políticas que lo alejaron de la actividad asistencial en el MINSA. Por su propia expresión, Javier Mariátegui manifestó que dejó en el Instituto, donde fue Director, sus mejores esfuerzos y energías y que en él se contribuyó al desarrollo auténtico de la psiquiatría peruana en el concierto mundial, recuperando para el Perú, a través de la investigación, la asistencia y la docencia, la posición de liderazgo que se tuvo en otros tiempos. Pocos meses después de dejar el cargo escribió un libro como testimonio de esta experiencia, titulado “Salud mental y realidad nacional”, Lima, 1987.
Su reconocido prestigio profesional lo llevó a ser
miembro de numerosas instituciones especializadas del Perú, del
extranjero e internacionales, siendo designado, entre otras
distinciones, Miembro del Comité de Expertos en Salud Mental
de la Organización Mundial de la Salud.
Fue autor de varios libros y publicó 216 artículos sobre psiquiatría clínica, psquiatría social, psicopatología, psicofarmacología, historia de la psiquiatría peruana, etc. y 147 notas editoriales y artículos periodísticos sobre medicina y psiquiatría,
entre otros temas de carácter cultural.
Javier Mariátegui fue incorporado en el año 1987 como Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, donde llegó a ser Presidente de esa selectiva institución médica, la que adquirió particular relevancia durante su importante gestión. En 1993 fue incorporado como Académico de Número a la Academia Peruana de la Lengua y ha recibido numerosas distinciones por su destacada actividad profesional en beneficio del país.
Tuvo participación protagónica en diferentes actividades del mundo intelectual y político del país, manteniendo estrechas relaciones con personalidades peruanas, como los historiadores Alberto Tauro del Pino y Estuardo Núñez; el filósofo Francisco Miró Quesada; el periodista César Miró, el poeta César Calvo, el editor Juan Mejía Baca, el político Jorge del Prado, el economista Virgilio Roel, el sacerdote Gustavo
Gutiérrez, entre otros muchos.
Javier Mariátegui jugó un rol importante, conjuntamente con su hermano, José Carlos Mariátegui Chiappe, y su hijo, José Carlos Mariátegui Ezeta, en la difusión de la obra de su distinguido padre, el Amauta José Carlos Mariátegui, participando en la edición del Anuario Mariateguiano, publicación periódica dedicada a sus obras. El año 1994 participó en la organización de las actividades vinculadas al Centenario del Amauta y en el 2005 fue nombrado Director Honorario de la Casa Museo “José Carlos Mariátegui”, del Instituto Nacional de
Cultura.
En su práctica profesional privada, el Dr. Javier Mariátegui gozó del más alto prestigio, siendo un referente y consultor
obligado de su especialidad.
Javier Mariátegui tuvo una vida que es un ejemplo a seguir y un estímulo para las nuevas generaciones. Sus amigos, condiscípulos, miembros de la Academia Nacional de Medicina, profesionales universitarios y todos los que lo hemos conocido nos sentimos orgullosos de él y nos vemos comprometidos a proyectar su memoria como un paradigma de vida académica médica al servicio de la sociedad y de las buenas causas de la
humanidad.
1 Profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina. |