DERMATOLOGÍA (Tercera Parte)

PIODERMITIS Y ECTOPARASITOSIS MÁS FRECUENTES DE LA PRACTICA MÉDICA EN EL PERÚ

Dr. Carlos Rodríguez Limo (*)

Introducción

Las infecciones de piel y tejido celular subcutáneo comprometen el estrato córneo, epidermis, y el tejido celular subyacente. Usualmente siguen disrupciones de la piel generalmente creadas por traumatismos menores o por procedimientos quirúrgicos.

El espectro de estas infecciones es amplio, incluyendo infecciones superficiales como Impétigo, Erisipela y Celulitis que son las más frecuentes y de manejo estrictamente médico; hasta infecciones profundas y necrotizantes que demandan manejo quirúrgico y que no son motivo de esta revisión. El diagnóstico de estas infecciones se basa en la presentación clínica. Los clásicos hallazgos de eritema, dolor, y calor a la palpación, asociados frecuentemente a síntomas sistémicos, son claves en el diagnóstico clínico, siendo difícil establecer el diagnóstico etiológico (1).


Impétigo

Definición

Infección bacteriana muy contagiosa, compromete las capas superficiales de la piel. Las dos formas de la enfermedad: Ampollar o Buloso y Contagioso (no Buloso) son causadas por Staphylococcus aureus y Streptoccocus beta-hemolítico grupo A (SBHGA). Ambos microorganismos pueden estar presentes al mismo tiempo, sin embargo se establece que las infecciones por S.aureus son precedidas por infección primaria por SBHGA (2).


Impétigo ampollar (buloso )

Causado por S. aureus grupo II fago tipo 71.
El microrganismo frecuentemente pasa de un individuo a otro, ingresando por la piel alterada condicionada, muchas veces, por enfermedades cutáneas pre-existentes como: dermatitis atópica, dermatofitosis, varicela, herpes simple, o a través de quemaduras térmicas, cirugías, traumatismos, radiación terapéutica, o picaduras de insectos. Así mismo, inmunosupresión por medicamentos, como por ejemplo corticoides sistémicos, retinoides orales, quimioterápia etc. También por enfermedades sistémicas como VIH, Diabetes mellitus, así como por el abuso de drogas endovenosas, y diálisis que promueven el crecimiento bacteriano.

S. aureus produce exotoxinas exfoliativas exratrace-lulares denominadas exfoliatinas A y B, que son superantígenos que actúan localmente activando a los linfocitos T, produciendo modificaciones en la epidermis superior (2,3).

La coagulasa produce trombos de fibrina. Es más común en neonatos e infantes (4).


Clínica

La lesión característica es una vesícula que evoluciona a una ampolla superficial sin halo eritematoso, con contenido seroso, friables, con costras delgadas que al ser removidas dejan áreas desnudas.

-Las lesiones pueden estar localizadas o ampliamente distribuidas.
-Frecuentemente se encuentran en la cara.
-No se presenta linfadenopatía regional.


Impétigo contagioso

Estudios han mostrado que en naciones industrializadas SBHGA y/o S. aureus se presentan con igual frecuencia como agentes causantes del impétigo contagiosos; en naciones en vías de desarrollo, SBHGA, es más común.
Impétigo Contagioso, es más común en niños entre los 2-5 años. Las infecciones asociadas con Impétigo del recién nacido son producidas por Streptococcus del Grupo B (2,4).

Clínica

La lesión característica es una vesícula frágil o una pústula, que rápidamente se rompe y se convierte en una pápula o placa costrosa mielisérica con halo eritematoso. Las lesiones se desarrollan ya sea en piel normal o en piel traumatizada o con condiciones dermatológicas preexistentes como dermatitis atópica, varicela, escabiosis etc.

FOTO 1
Impétigo contagioso. Lesiones costrosas mieliséricas.

Las lesiones se localizan en cara en zonas periorificiales (alrededor de la naríz, boca ) y zonas expuestas como brazos, piernas, palmas de manos y plantas de los pies (5).

Usualmente se presentan linfadenopatías localizadas.

Tratamiento

Cuidados médicos:

Antibióticos Tópicos en aplicaciones dos a tres veces al día.
Antibióticos orales con una cobertura antibacteriana apropiada se debe utilizar en individuos que presentan diseminación de la enfermedad o que son refractarios a los tratamientos tópicos.

Se recomienda debridamiento de lesiones costrosas y el uso de jabones antibacterianos.

Antibióticos

Tópicos:
Mupirocina aplicada 2 -5 vecs al día por 5 -14 días.
Bacitracina, polymyxina B, y neomicina: 1-4 veces al día.

Sistémicos:
Dicloxacilina: 500 mg PO qid 7-10 d (adultos). Niños: Menos de 40 Kg: 12.5 mg/kg/d PO q6h. Más de 40 Kg: 25-50 mg/Kg/d PO q6h.

Cefalexina: 250 a 1000 mg PO q6 hrs por 7 a 14 d. En niños 25-50 mg/Kg/d PO q6h.

Eritromicina: 250 mg (estearato) ó 400 mg (etilsuccinato) q6h PO. 1 h antes, ó 500 mg q 12h. En niños: 25-50 mg/Kg/d PO q 6-8 h (2,5).


Celulitis

Definición

Infección aguda de la piel y tejidos blandos, caracterizada por dolor localizado, inflamación, tumefacción, sensiblidad, eritema, y calor, acompañado de malestar general, escalofrios y fiebre. La mayoría de casos originados por Streptococcus pyogenes o Staphylococcus aureus.

Clínica

Pacientes con tinea pedis y aquellos con obstrucciones linfáticas son particularmente proclives a celulitis recurrentes.

En nuestro medio, representa el 41% de las infecciones bacterianas de piel en consulta hospitalaria. La celulitis facial es más frecuente en niños menores de 3 años y la celulitis perianal predomina en niños mayores.

Los pacientes reportan dolor localizado y tumefacción en el lugar comprometido., que generalmente va precedido de alguna lesión traumática de piel como puede ser, rascado, picaduras de insectos, abrasión etc.

La presencia de fiebre es común y va precedida por escalofrios y malestar general. A diferencia de la Erisipela las lesiones son placas eritematosas de bordes difusos, no elevados. Se presenta linfadenopatía regional, Fiebre y en casos severos hipotensión (2, 3,6).

Tratamiento

Cuidados médicos: Pacientes con celulitis moderadas deben ser tratados ambulatoriamente con antibióticos orales con actividad contra estafilococos y estreptococos (Dicloxacilina, Cefalexina, Cefuroxima, Eritromicina, Clindamicina).

El manejo de casos más severos, debe ser por hospitalización con terapia antibiótica intravenosa. (nafcillina, cefazolina). Otras opciones en pacientes alérgicos incluye clindamicina o vancomicina. Ceftriaxone puede ser utilizada también.
La elevación de los miembros ayuda a mejorar el edema.

Debemos considerar la presencia de hongos (tinea pedis, onicomicosis) como causa posible de celulitis recurrentes; de ser así, se debe instalar terápia correspondiente con antifúngicos (Terbinafina, Itraconazol, Fluconazol).

En casos de respuesta inadecuada a antibióticos parenterales en pacientes que muestran hemorragia y/o celulitis ampollar, la administración de corticoides sistémicos como adyuvantes debe ser considerada (Prednisona 0.5 mg/Kg/d).

Pacientes con celulitis recurrente por streptococcos deben ser manejados con penicilina G (250 mg bid) or eritromicina (250 mg qd or bid) (Kremer, 1991) (2,5).

Erisipela

Definición

Infección bacteriana superficial que compromete piel y se extiende hasta los vasos linfáticos. Causada por Streptococcus pyogenes que afecta con mayor frecuencia la cara. Sin embargo, recientes estudios han indicado un cambio en la distribución de esta enfermedad con un incremento dramático en su incidencia (2).

Clínica

El evento inicial es la inoculación bacteriana en un área de piel traumatizada. Factores adicionales como insuficiencia venosas, éstasis, ulceración, dermatosis inflamatorias, dermatofitosis, picaduras de insectos y procedimientos quirúrgicos, han sido implicados como puertas de entrada. La procedencia de la bacteria es frecuentemente de la nasofaringe del huésped, y una historia de faringitis reciente por streptococcos han sido reportadas en más de un tercio de los casos. Otros factores predisponentes incluyen diabetes, alcoholismo, infección por HIV, síndrome nefrótico, y otras condiciones de inmunocompromiso (1-3).

Aproximadamente el 85% de los casos ocurre en las piernas antes que en la cara. Algunos estudios postulan un incremento de la incidencia de casos en época de verano por incremento de la exposición, sin embargo otros reportes no refieren variaciones estacionales.

La historia de traumas recientes o faringitis, precede en muchos casos la presentación de Erisipela. Síntomas prodrómicos como Malestar general, escalofríos, fiebre alta, anteceden la instalación de las lesiones de piel; características, prurito, sensación de quemazón y sensibilidad, complementan la sintomatología.

Inicialmente las lesiones son pequeños parches eritematosos, que progresan a placas brillantes, induradas, y dolorosas. Clásicamente la lesión presenta bordes elevados y definidos con signos locales de inflamación. El compromiso de vasos linfáticos es parte del cuadro clínico.

En el caso de lesiones más severas se presentan vesículas y ampollas perilesionales; inclusive petequias y necrosis franca. Pueden observarse.

Con el tratamiento, las lesiones se descaman y luego se resuelven dejando cambios pigmentarios que pueden o no resolverse con el tiempo.

Tratamiento
Cuidados médicos:

Elevación y reposo de la pierna afectada son recomen-dables para reducir la inflamación y edema.

La Penicilina es considerada como la droga de primera línea Administrada oral o intramuscular, es suficiente para tratar la enfermedad y debe aplicarse durante 14 días. Una Cefalosporina o Macrólido como eritromicina o azitromicina pueden ser usados en pacientes con alergia a las penicilinas.

Se recomienda la hospitalización en casos severos en infantes, adultos y pacientes inmunocomprometidos. Los casos de erisipelas faciales deben ser tratados con penicilinas resistentes a penicilinasa, como dicloxacilina o nafciln, para cubrir la posibilidad de S aureus.

Pacientes que presentan recurrencias pueden ser tratados con terapia antibiótica profiláctica de largo plazo, utilizando por ejemplo: Penicilina Benzatínica a la dosis de 2.4 MU IM cada 3 semanas por más de 2 años (2,5).

Complicaciones:

Ocurren en el 13-17 % de los pacientes con erisipela. Las complicaciones más comúnes incluyen: abscesos, gangrena y tromboflebitis. Menos frecuentemente (1%) se presenta glomerulonefritis (3,6).

Ectoparasitosis

Introducción

El término parásito denomina al ser vivo que se aloja en otro de diferente especie, para vivir y nutrirse de él. Los parásitos siempre han acompañado al hombre, produciendo enfermedad, alterando sus costumbres, modificando su ambiente y transformando su entorno social.

La piel, como puerta de entrada o hábitat de los parásitos, hace que el dermatólogo, sea el profesional encargado o de referencia de conocer, resolver y prevenir estos problemas de salud.

fotorafÍa pioderias y ectoparasitosis mÁs frecuentes en perÚ
Foto 2. Celulitis. Placa eriteatosa difusa. Foto 3. Erisipela. Placa eritematosa elevada de márgenes definidos.
Foto 4. Acarosis. Erupción papular fina localización/abdominal. Foto 5. Acarosis. Lesiones serpiginosas lineales. (Surco acarino).

Siguiendo este objetivo, y en aras de una mejor precisión conceptual, describiremos las parasitosis cutáneas más frecuentes, sus manifestaciones clínicas y formas de terapia actualizada (2,6).

Escabiosis

Definición

Es una infestación de la piel altamente contagiosa e intensamente pruriginosa originada por el ácaro Sarcoptes scabiei, variedad hominis (2).

El ácaro disemina la enfermedad a través del contacto directo y prolongado con el huésped, manteniéndose viable durante 2-5 días en objetos inanimados; en consecuencia, la transmisión a través de fomites, como ropas de cama o prendas de vestir, es posible, pero menos probable.

Las hembras invaden la capa córnea de la piel, y forman túneles donde depositan los huevos en número de aproximadamente 3 por día durante 30 ó 60 días que es el tiempo de vida del ácaro.

Un individuo parasitado aloja aproximadamente 11 hembras durante una infestación típica. Los huevos dan origen a larvas en aproximadamente 3- 4 días, que en un término de 15 días se transforman en adultos que reinvaden otros sitios

El prurito y el exantema proceden de una reacción de hipersensibilidad dirigida contra los excrementos que deposita el ácaro en los surcos. Por este motivo, la infestación inicial permanece asintomática durante 4-6 semanas, mientras que la reinfección produce una reacción de hipersensibilidad inmediata.

El rascado suele destruir el ácaro que labra el surco, pero los síntomas permanecen, incluso en ausencia del agente causal. La inmunidad y el rascado que destruyen el patógeno limitan la mayoría de las infestaciones a <15 ácaros por persona. La hiperinfestación con miles o millones de ácaros, estado conocido como sarna costrosa o Noruega, ocurre cuando se administran glucocorticoides o en las inmunodeficiencias como el SIDA y en enfermos con alteraciones neurológicas o psiquiátricas que impiden el reconocimiento del prurito con el consiguiente rascado. Al igual que en los niños, no es fácil encontrar los surcos típicos, porque su número es escaso y pueden hallarse enmascarados por las excoriaciones.

Clínica

En la mayoría de los pacientes las lesiones aparecen en la cara anterior de las muñecas, entre los dedos, los codos y el pene; en la mujer en las aréolas mamarias. Las pequeñas pápulas y vesículas que suelen acompañarse de placas de eczema, pústulas y nódulos se distribuyen simétricamente en estos lugares, pliegues submamarios, ombligo, axilas, cintura, nalgas, muslos y escroto. La cara, el cuero cabelludo, las palmas y plantas son respetados, excepto en lactantes cuyo compromiso es característico.

Los surcos y demás lesiones típicas suelen ser escasos en personas que se lavan a menudo, Para confirmar el diagnóstico se debe aislar el ácaro de lesiones recientes, libres de infección, eczematización y excoriaciones. Debe utilizarse aceite mineral aplicado directamente a la piel y mirarlo al microscopio. No debe utilizarse hidróxido de potasio, pues disuelve el parásito.

Tratamiento

Aunque la patología deja de ser infectante, si se admi-nistra tratamiento eficaz en el plazo de un día, el prurito y el exantema, debidos a la hipersensibilidad, suelen persistir durante semanas o meses. La permetrina en crema al 5%, aplicada una vez por semana por 2 semanas, se considera un tratamiento seguro para lactantes y niños pequeños.

Lindano cada vez se usa menos por su neurotoxicidad, y la ivermectina, administrada por vía oral, a dosis de 200 µg/kg dosis única, constituye una terapia segura y eficaz contra la escabiosis en todos los grupos de edad.

El uso de antihistamínicos orales para el control del prurito, así como corticoides sistémicos en casos muy inflamatorios es recomendado (2,5).


Pediculosis

Definición

Los piojos pertenecen al orden de los anopluros. Son aplanados dorsoventralmente y ápteros (sin alas). Las dos especies que parasitan al humano se alimentan de sangre al menos una vez al día, y son el Pediculus humanus y el Phthirus pubis.

El Pediculus humanus tiene dos subespecies, el P. humanus capitis y el P. humanus corporis o piojo de cuerpo. Presentan metamorfosis incompleta (de ninfa a adulto) que dura de 15-18 días y los adultos pueden vivir por unos 30 días (2).

Clínica

Las hembras depositan los huevos que se adhieren de una manera firme al cabello (liendres) o a la ropa. La saliva de los piojos provoca un exantema máculopapular o urticariano sumamente pruriginoso en las personas sensibles. Los piojos se transmiten de una persona a otra directamente, o también al compartir útiles de acicalamiento (peines, diademas, sombre-ros, etc.). Los piojos del cuerpo se mantienen adheridos a la ropa. Por eso, P. humanus var. corporis suele infestar a las víctimas de catástrofes o desplazamientos, o a indígenas que no se cambian de ropa (2,3,6).

Las infestaciones crónicas determinan una hiperpig-mentación postinflamatoria y un engrosamiento de la piel, cuadro conocido como enfermedad del vagabundo.

Los piojos pubianos, llamados entre nosotros ladillas, permanecen incrustados en la piel en la raíz del pelo por muchos días, aumentando su irritación local; se transmiten por contacto sexual, pero también suelen infestar pestañas, axilas, barba, cejas, etc. Las hembras adhieren los huevos en igual forma que los otros piojos, pero su número es más reducido.

El diagnóstico de las pediculosis se confirma por la detección de las liendres o de los piojos adultos.

Tratamiento

La Permetrina tópica al 5% juega un papel importante en la erradicación de los piojos.

Ivermectina vía oral, 200 µg/kg de peso, dosis única, prácticamente atóxico, sin efectos colaterales y alta tasa de curación: 97% con una dosis y 100% con una dosis adicional.

Una vez que la pediculosis se ha tratado, es necesario peinar el cabello con un peine de dientes finos para eliminar las liendres. El uso de vinagre blanco es de utilidad en la tarea de desprendimiento de las mismas. Los peines y los cepillos se deben lavar con agua caliente, a 65ºC durante cinco minutos, o sumergirlos en insecticidas durante una hora (2,5,6).


Bibliografía

  1. Ramos, R; Hernández, K; Zamudio ,C; Seas, C. Perfil clínico de las infecciones de piel y tejido celular subcutáneo en el Hospital Nacional Cayetano Heredia 1994-1999. Folia Dermatológica Peruana. Folia 2002:32-5.
  2. Sadick, N. MD. Current aspects of bacterial infections of the skin. In:Infectious diseases in dermatology. New York: W.B. Saunder Company; 1997:341-50.
  3. Weiberg, AN; Swartz, MN. Enfermedades bacterianas con compromiso cutáneo. En: Fitzpatrick T MD, Eisen A MD, editores. Dermatología en medi-cina general. 2nd ed. New York: Mc Graw Hill; 1993:2312-47.
  4. Obadia, I. Piodermitis En: Cuadernos de Terapéutica en Pediatría. Dermatología. 2ª ed .Río de Janeiro. 1990:15-30.
  5. Febrer, MI. Impétigo y síndrome de piel escaldada estafilocócica. Piel 1998:463-9.
  6. Arnold, H. MD, Odom, R. MD; James, W. MD. Infecciones Bacterianas. En: Andrews. Tratado de Dermatología. 4ª ed. Barcelona Ediciones Cientí-ficas y Técnicas, S.A, 1993:279-90.

 

(*) Médico Dermatólogo, Instituto de Medicina Tropical Daniel A. Carrión, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
Médico Dermatólogo, Clínica de Especialidades Médias, San Borja.