DERMATOLOGíA (Tercera
Parte)
Acné, conceptos generales y su manejo por el médico
general
Dra. Elba Naccha (*)
El acné vulgar es una enfermedad que compromete la unidad pilosebácea
y por lo general aparece en los adolescentes. La mayoría de los
casos de acné son pleomórficos, se presentan con una variedad
de lesiones que incluyen comedones, pápulas, pústulas,
nódulos y como secuela de las lesiones activas, cicatrices umbilicadas
o hipertróficas (1).
Habitualmente comienza en la adolescencia pero no es raro encontrarlo
en la segunda y tercera décadas de la vida, especialmente en mujeres.
Casi todo adulto ha desarrollado en un momento u otro lesiones de esta
enfermedad. En los niños está ausente pero puede aparecer
en los primeros meses (acné neonatorum), como resultado quizás
de un efecto de los andrógenos recibidos a través de la
placenta (2).
Es más común y severo en el hombre y la variedad quística,
más intensa en los blancos (3).
Los orientales son menos frecuentemente afectados. Existe una clara
tendencia familiar; pero no hay patrones definidos por la elevada prevalencia
de la enfermedad (85% de la población entre los 12-25 años).
Se ha referido asociación entre acné muy intenso y genotipo
XYY (4).
Patogénesis del acné
Aunque la causa básica del acné se desconoce, existe mucha
información sobre diversos factores relacionados con la patogenia.
Los principales hallazgos patológicos en el acné son:
1. Aumento de la producción del sebo
Las glándulas sebáceas en la piel con acné se caracte-rizan
por presentarse agrandadas y consecuentemente, producir mayor cantidad
de sebo.
En la piel con acné se encuentra aumentada la 5 reductasa
y los receptores androgénicos, lo que explica el aumento en la
conversión de la testosterona en dihidrotes-tosterona. Las hormonas
androgénicas entran en las células y estimulan una mayor
producción de sebo.
2. La hipercornificación ductal
A pesar que no se conoce el mecanismo exacto que lleva a la hiperconificación
ductal, se cree que este fenómeno puede estar mediado por andrógenos
o que existe alguna influencia de los lípidos sebáceos.
3. Proliferación del propionobacterium acnes
La estimulación androgénica lleva a un aumento de la producción
de sebo y a una disminución de los lípidos epidér-micos
del epitelio folicular que determina la promoción del crecimiento
del Propionibacterium acnes, que es una bacteria gram-positiva que coloniza
la superficie de la piel.
4. Inflamación
El p.acnes produce enzimas que al ser liberadas causan la inflamación.
Manifestaciones clínicas
La localización principal es la cara y en menor grado la espalda,
el pecho y los hombros. En el tronco, las lesiones tienden a ser numerosas
cerca de la línea media. La afectación se caracteriza por
una gran variedad de lesiones clínicas. Estas pueden ser no inflamatorias
o inflamatorias. Las primeras son los comedones, que pueden estar abiertos
(puntos negros) o cerrados (punto blanco). El comedón abierto
tiene el aspecto de una lesión plana o algo elevada con un impacto
de queratina y lípido en el centro del folículo de color
oscuro. Los comedones cerrados, en contraste con los abiertos, pueden
ser difíciles de ver. Son pápulas pequeños pálidas
y algo elevadas que no tienen un orificio visible para la clínica;
se localizan preferentemente en la frente.
Las lesiones inflamatorias son la pápulas, pústulas y nódulos.
La pápula es una lesión elevada la mayoría de las
veces menos de 5 mm., eritematosa, en algunos casos ligera- mente dolorosa.
La pústula es una elevación pequeña de la piel que
contiene pus; casi siempre localizada sobre una pápula por lo
que se describen como pápula-pústulas. Los nódulos
son semejantes a la pápula pero macizos y más grandes.
Son elementos profundos dolorosos a la presión y que al desaparecer
dejan cicatrices.
La clasificación moderna del acné divide la enfermedad
en dos grupos: acné no inflamatorio (comedones abiertos y cerrados),
y acné inflamatorio (pápula - pústula, nódulos,
cicatrices). Este segundo grupo, a su vez, puede subclasificarse en leve,
moderado y severo, según las lesiones predominantes:
ACNÉ INFLAMATORIO |
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Además de las lesiones descritas los pacientes pueden tener cicatrices
que son la complicación más importante del acné,
pueden ser hipertróficas, queloides, en picahielo o sacabocado;
o atróficas que son las más frecuentes. Suelen aparecer
posteriormente a una forma severa de acné pero también
pueden presentarse en acné inflamatorio leve (5).
FIGURA
1 |
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a y b. Acné inflamatorio
severo en cara.
c. Acné inflamatorio severo en tórax.
d. Acné inflamatorio moderado. |
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Efectos psicosociales del acné
La adolescencia es un periodo en el que los adolescentes están
sufriendo un máximo de cambios sociales y físicos. Se ha
demostrado una vulnerabilidad psicológica más pronunciada
en la adolescencia (6). Debido a que el acné a menudo afecta la
cara y el aspecto facial es un punto importan- te de la percepción
personal de la imagen corporal, no es sorprendente que un individuo susceptible
con acné en esta situación puede desarrollar problemas
psicológicos y sociales significativos, como resultado del proceso
patológico.
Los efectos psicológicos que se han demostrado en los pacientes
con acne son: aumento de los niveles de ansiedad (7), depresión
(8), aislamiento social, alteración significativa de la auto-imagen
y la autoestima, además de dificultades interpersonales con su
entorno (9).
Los pacientes con cicatrices tienen rasgos de ansiedad significativamente
mayores, menor autoestima, menor estima física y mayor depresión
en comparación de los pacientes que no lo presentan.
Tratamiento
Todo enfermo de acné debe recibir alguna explicación sobre
las razones de su padecimiento y hacerle comprender cómo, si bien
la terapia disponible es altamente efectiva; los resultados no se verán
a corto plazo y es necesaria la persis-tencia en las acciones curativas.
Se puede decir (2) a grosso modo que durante las primeras dos a cuatro
semanas sólo hay una muy limitada recuperación y que el
80% o más se logrará recién en las formas severas
a los 6 meses.
El tratamiento tiene que ir dirigido a la corrección de los factores
patogénicos del acné. Estos Principios son: 1) Disminuir
la actividad de las glándulas sebáceas. 2) Corregir la
forma alterada de la queratinización folicular. 3) Reducir la
población de P.acnes y 4) Producir un efecto antinflamatorio.
El acné no inflamatorio requiere tratamiento tópico y el
acné inflamatorio tópico y sistémico.
Los pacientes con acné inflamatorio severo, los que estén
haciendo cicatrices cualquiera sea el grado de severidad del acné y
los que tengan compromiso psicológico importante; precisan ser
derivados a un servicio de dermatología para su conducción
especializada, realizar pruebas de sensibilidad del P. acnes y, posiblemente,
tratamiento con isotretinoína oral.
Tratamiento local
Limpieza. Ayuda a remover el sebo y se suelen emplear básicamente
agua y jabón; sin embargo no hay evidencia que el lavado influya
en la evolución del acné. Mas aún, el lavado exagerado
y muy frecuente (1) puede conducir a una irritación cutánea
o a un empeoramiento del acné (acné por detergentes), fenómeno
en el cual juega un papel importante el pH alcalino de los jabones corrientes,
que son detergentes aniónicos. Sin embargo, hay datos que indican
una disminución en la población del P.acnes, con el uso
moderado de detergentes sintéticos (syndets) con PH ácido,
y de tipo no iónico o catiónico, con lo cual se lograría
un mejor control del problema. Los antisépticos superficiales
como el hexacloro-feno y la yodopovidona no tienen cabida en el tratamiento
del acné. El beneficio que se obtiene con la limpieza en general
es subjetiva por la remoción de la grasa.
Agentes Tópicos. El tratamiento de acné sufrió cambios
periódicos (1). Hace muchos años se usaban en forma empírica
productos con azufre o resorcinol, y en el presente todavía se
usan en cierto grado dentro del mercado de los medicamentos de venta
libre. Los agentes tópicos más importantes que están
en uso en la actualidad son los derivados de la vitamina A y los antimicrobianos
como el peróxido de benzoilo y los antibióticos tópicos.
El ácido retinoico (derivado de la vitamina A) se usa en gran
medida debido a su actividad comedolítica y el de revertir la
queratinización folicular alterada. Puede ser irritante; en general,
el grado de irritación aumenta en la medida en que se avanza en
las concentraciones. Se prescribe en cremas, geles y soluciones. La concentración
que se usa es de 0.025 - 0.1%. También se le debe advertir al
paciente respecto a la exposición solar, que si antes era bien
tolerada, con el uso de este producto la exposición sin protección
solar puede provocar fenómenos de fotosensibilidad. El ácido
salicílico también es comedolítico pero no es tan
efectivo como la vitamina A ácida. En la actualidad se han comenzado
a utilizar dos retinoides sintéticos nuevos: el adapaleno (10)
y tazaroteno (11). Ambos están disponibles en gel al 0.1% y se
informa que su eficacia es equivalente al del ácido retinoico
pero con menor poder irritante.
El peróxido de benzoilo es una antibacteriano poderoso y es posible
que su efecto se relacione con un descenso de la población bacteriana
y que acompañe una disminución de la hidrólisis
de los triglicéridos (12). Las preparaciones se presentan en forma
de loción, crema o gel, esta última se considera de mayor
actividad. Si bien el compuesto puede provocar sequedad e irritación
marcadas, además de dermatitis de contacto alérgica, son
efectos que se presentan en raras ocasiones.
Se usan en concentraciones de 2.5% - 10%. Los antibióticos tópicos
también se usan en el tratamiento del acné, la mayoría
de las preparaciones contienen eritromicina y eritromicina, y peróxido
de benzoilo o clindamicina. Se observó una mayor resistencia de
P. acnes en los pacientes antes tratados con eritromicina. No obstante,
esto no se comprobó en quienes recibieron una combinación
de eritromicina y peróxido de benzoilo. Por lo tanto, es preferible
utilizar esta última combinación.
Otro agente tópico nuevo es una crema que contiene ácido
azelaico al 20%13. Tiene acción sobre el proceso de queratinización
y causa disminución significativa de la población folicular.
FIGURA
2 |
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a. Acné inflamatorio severo pre-tratamiento.
b. Acné inflamatorio severo post-tratamiento. |
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Tratamiento sistémico
Dieta. Estadísticamente inútil y la mayor parte de los
enfermos no logran la mejoría por cambios dietéticos solos.
Sin embargo, ocasionalmente algunos pacientes se agravan por ingestión
de determinados alimentos. Estos individuos no deben de ser disuadidos
de su convicción. Los alimentos más incriminados son el
chocolate (1), las frituras, los que contengan cafeína y las nueces
(2).
En la actualidad, las principales modalidades terapéuticas sistémicas
que se utilizan incluyen antibióticos y agentes antibacterianos,
hormonas y retinoides sistémicos por vía oral. En este
simposio nos ocuparemos de los antibióticos y retinoides sistémicos.
Antibióticos. La tetraciclina ha sido por mucho tiempo la droga
de elección en la terapia del acné, con un efecto positivo
ampliamente reconocido y con una tolerancia y márgenes de seguridad
tan altos que la hacen el medicamento más empleado. Los mecanismos
de acción son variados e incluyen: inhibición de la respuesta
quimiotáctica de los neutrófilos, disminución en
la producción de factores quimiotácticos, disminución
de lipasas por parte del P.acnes, entre otros. En la práctica
clínica suele administrarse en dosis de 500-1000 mg/día,
cuando comienza la mejoría se disminu-ye la dosis. Para mejorar
su absorción la tetraciclina debe administrarse con el estómago
vacío. Se depositan en los dientes en desarrollo, donde pueden
causar una pigmentación amarillo marrón irreversible; también
inhibe el crecimiento del esqueleto del feto. Por lo tanto, no deben
administrarse en las embarazadas, en los bebes ni en niños menores
de 8 años. Existe cada vez más evidencia que el P.acnes
desarrolla resistencia a la eritromicina, tanto a la de uso tópico
como la de uso sistémico. Por lo tanto, es prudente limitar el
uso de eritromicina oral para los casos en que las tetraciclinas estan
contraindicadas, por ejemplo en la mujer embarazada y en los niños.
La doxiciclina y la minociclina se emplean como alternativas de la tetraciclina
o en los casos de falta de respuesta a ella. Estos fármacos
parecen ser más efectivos que la tetraciclina y generar menor
resistencia, en especial la minociclina (1). Ambas pueden causar reacciones
de fotosensibilidad y pigmentación, entre otras. La dosis para
ambas es de 100 - 200 mg/día (14). La limeciclina1 (5) también
es un medicamento que proviene de la tetraciclina, de uso reciente
en el tratamiento del acné. La dosis que se administra es de
300 mg/día durante 10 a 15 días y luego 150 mg/día.
Su eficacia (16) en un estudio es similar a la minociclina pero con
menos efectos secundarios gastrointestinales y dermatoló-gicos.
Retinoides Sistémicos. La isotretinoína. Es una retinoide
sintético oral que ha revolucionado el manejo del acné.
Es la farmacoterapia más efectiva del acné; pues es el único
medicamento que actúa sobre los cuatro factores patogénicos
mencionados del acné. Es capaz de lograr la remisión a
largo plazo de hasta 70-89% de los pacientes (5). Su uso esta indicado
en: acné grave, acné moderado con respuesta escasa a otros
tratamientos, acné cualquiera que sea el grado, con riesgos de
cicatrización patológica.
Su manejo lo debe realizar un dermatólogo, por los efectos colaterales.
Estos pueden simular los síntomas del Síndrome de Hipervitaminosis
A crónica (los más frecuentes: queilitis, dermatitis facial,
conjuntivitis, vestibulitis, rinorra-gias leve, dermatitis en placas,
cefaleas y artralgias) (14). El efecto secundario más importante
es su capacidad teratógena por lo que resulta fundamental, realizar
una prueba de embarazo antes de iniciar el tratamiento y el uso de dos
métodos anticonceptivos durante la terapia. Este fármaco
puede afectar la función hepática y aumentar los lípidos
plasmáticos por lo que requiere la evaluación de éstos
en forma periódica.
Las otras modalidades de tratamiento que no hemos desarrollado como la
crioterapia, terapia hormonal, cirugía del acné, tratamiento
de las cicatrices, entre otros; podrían ser desarrollados en
otro simposio.
Bibliografía
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(*) Médico Dermatóloga, Instituto
de Medicina Tropical Daniel A. Carrión, Universidad Nacional Mayor
de San Marcos (UNMSM).
Co/Directora del Comité Científico CILAD de: Acné, Rosácea y estados relacionados.
Del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (CILAD) |