Aplicaciones
de Toxina Botulínica en Neurología
Resultados de la I reunión de Expertos en el uso de Toxina Botulínica
Dres. Carlos Cosentino (*)
Luis Torres (**), Luis Crovetto (**)
Juan Altamirano (***), César Castañeda (****)
Pedro
Castelares (*****),
Alfredo Durand (******), Edgard
Rojas (****)
Resumen
La presente comunicación es el resultado de una reunión
de neurólogos con experiencia en el uso de toxina botulínica
tipo A (TB-A) en donde, después de revisarse la literatura existente
y de un intercambio de opiniones y experiencias, se propone algunos parámetros
a seguir para la aplicación de TB-A en pacientes con blefaroespasmo,
distonía cervical, espasmo hemifacial y espasticidad. Se intenta
así dar el primer paso hacia la confección de una guía
práctica para el uso de TB-A en Neurología en el Perú.
Palabras Clave: toxina botulínica, blefaroespasmo, distonía
cervical, espasmo hemifacial.
Summary
The present report is the result of a consensus meeting of neurologists
with experience in the use of botulinum toxin type A (BTA). After reviewing
the current studies reported so far and after a comprehensive exchange
of opinions, some guidelines were proposed for the use of BTA in patients
with blepharoespasm, cervical dystonia, hemifacial spasm and spasticity.
It is the intention of the present report to be the first step toward
the confection of a practical guide for the use of BTA in neurology in
Peru.
Key Words: botulinum toxin, blepharoespasm, cervical dystonía,
hemifacial spasm.
Introducción
La toxina botulínica es producida por el Clostridium botulinum
y constituye una de las neurotoxinas más potentes conocidas. Existen
ocho serotipos identificados con pesos moleculares idénticos aunque
con propiedades antigénicas diferentes. La toxina botulínica
tipo A (TB-A) es la más potente y fue la primera en comercializarse
con fines terapéuticos. Su mecanismo de acción se basa
en la inhibición temporal de la liberación de acetilcolina
en la terminación nerviosa bloqueando de esta manera la neurotrasmisión
en la placa mioneural con la consiguiente parálisis muscular (denervación
química) (1). La historia de la toxina botulínica se remonta
a 1973 cuando Scott y cols.(2) la emplearon en modelos animales experimentales
y su uso clínico se inicia a partir de 1989 para casos de estrabismo,
blefaroespasmo y diversos desórdenes en los que se produce hiperactividad
muscular esquelética (3). Poco después se empleó en
Neurología, principalmente en los síndromes distónicos
con excelentes resultados al generar bloqueo casi selectivo en los músculos
hiperactivos. La eficacia de la toxina botulínica se debe a la
vía de administración local y a la alta afinidad por las
terminaciones colinérgicas. De otro lado, la reversibilidad de
sus efectos se debe a gemaciones colaterales que se dan a partir de los
axones cuyas terminales sinápticas se han inhibido por TB-A y
que establecen neosinapsis funcionantes con la consiguiente recuperación
de la función motora y del desorden neurológico con hiperactividad
muscular involuntaria. Este proceso dura por lo menos tres meses coincidiendo
con el tiempo promedio de acción clínica de TBA.
En el Perú la TB-A se comercializa desde inicios de la década
de los '90 pero no es sino hasta hace pocos años que se empieza
a usar con frecuencia y como terapia de primera línea en Neurología,
las indicaciones más frecuentes son espasmo hemifacial, blefaroespasmo
y distonía cervical, entre otras. En los últimos años
la indicación de TB-A se ha extendido a espasticidad con excelentes
resultados y mas recientemente a cefalea crónica (4).
Existen algunos reportes previos sobre la experiencia de toxina botulínica
en el Perú (5-8) realizados por diversos grupos. El presente estudio
intenta precisar las mejores indicaciones en Neurología y establecer
y difundir la correcta manipulación de TB-A para asegurar una
alta eficacia clínica.
Métodos
Durante una reciente reunión de consenso sobre las indicaciones
y forma de aplicación de toxina botulínica tipo A en neurología
en Lima-Perú, un panel de neurólogos de distintas instituciones
de salud de Lima (EsSalud, Minsa, FFAA y clínicas privadas) con
experiencia en el uso de TB-A revisaron la literatura a la búsqueda
de estudios clínicos con TB-A en neurología y que cumplieran
los estándares mas altos según los criterios de Medicina
Basada en la Evidencia (MBE); se intercambió opiniones y experiencias
y se establecieron algunos acuerdos y el compromiso de elaborar un reporte
de consenso que sirva de guía para el uso de TB-A en neurología
en el Perú.
Además, se aplicó una encuesta previa a la reunión
sobre forma de dilución, indicaciones más frecuentes, dosis
promedio según indicaciones, etc. de acuerdo a la experiencia
clínica de los participantes.
Resultados
Las respuestas de los ocho participantes a la encuesta mostró una
alta concordancia entre ellas así como con los criterios aceptados
en diversos países en relación a dilución, dosis,
intervalos entre las aplicaciones, efectos secundarios más frecuentes
e indicaciones de TB-A en neurología.
Sobre el consentimiento informado.- Es necesario que el paciente conozca en detalle todo lo concerniente
a TB-A sobretodo los posible efectos
secundarios que pudieran ocurrir y para ello deberá confeccionarse
un consentimiento informado, similar a los empleados en procedimientos
intervencionistas o protocolos farmacológicos, a ser usado por
todos los centros en donde se aplique TB-A y que deberá ser
firmado, luego de su lectura, comprensión y aceptación
por el paciente y por el médico que la aplicará. Dicho
consentimiento deberá estar escrito en una forma clara, simple
y completa
Sobre la técnica de dilución y manipulación.- Se
determinó que la mejor dilución era de 5 unidades / 0.1
cc la cual se obtiene adicionando 2 cc de solución salina al 9
0/00 a un frasco de 100 unidades de TB-A. La homogenización debe
ser a través de suaves movimientos giratorios del frasco. La aplicación
deberá hacerse de preferencia dentro de las primeras 24 horas
de reconstituida. La TB-A antes de la reconstitución debe haberse
mantenido en congelación a través de una segura cadena
de frío.
Sobre la técnica de aplicación.- La identificación
de músculos a infiltrar en los casos de blefaroespasmo y espasmo
hemifacial será a través de la observación y palpación
directa y sin la ayuda de registro electromiográfico, mientras
que para la distonía cervical se deberá contar con dicha
ayuda, sobre todo para los músculos profundos del plano posterior
y lateral del cuello.
Para que los puntos de aplicación sean homogéneos entre
los centros en donde se aplica TB-A se acordó la confección
y empleo sistemático de figuras ilustrativas en donde se consignen
los puntos de aplicación de TB-A. Se confeccionará una
figura por cada segmento corporal.
Sobre el uso de escalas.- Se acordó promover el uso de escalas
estandarizadas y validadas en español que reflejen claramente
la severidad, extensión e intensidad del desorden neurológico.
Deberá complementarse con la filmación en video de los
pacientes antes de la aplicación de TB-A y un mes después
de la misma.
Sobre los parámetros de eficacia.- Se acordó conside- rar
parámetros subjetivos referidos por el paciente y que comprenderá las
categorías: muy aliviado, aliviado, sin cambios, peor; asimismo
considerar parámetros objetivos para evaluar la eficacia: muy
buena, buena, regular, pobre, nula.
Discusión
La toxina botulínica constituye un arma terapéutica de
gran importancia y que ha revolucionado el tratamiento de muchos desórdenes
neurológicos crónicos mejorando significativamente la discapacidad
y la calidad de vida de pacientes con desórdenes como las distonías
focales, el espasmo hemifacial y la espasticidad. Dichas entidades tienen
en común la hiperactividad muscular involuntaria, de carácter
crónico, muchas veces de evolución progresiva y con pobre
respuesta y tolerabilidad a los tratamientos farmacológicos usualmente
empleados.
Los estudios clínicos publicados hasta la actualidad sobre la
eficacia de TB-A en patologías frecuentes como el blefaroespasmo,
el espasmo hemifacial y la distonía cervical permiten que la Medicina
Basada en Evidencia les asigne una alta calificación puesto que
cumplen requisitos como el ser randomizados y doble-ciego y haber demostrado
claramente la eficacia (9). Sin embargo, en el caso de distonía
cervical, a diferencia de las otras dos patologías, es difícil
aún establecer claramente los parámetros de medición
de eficacia pues estos varían entre los distintos reportes considerando
aspectos disímiles como mejoría de posturas anormales,
mejoría de incapacidad subjetiva, alivio del dolor, variación
en los registros electromiográficos, etc. (10). En relación
a la espasticidad, indicación mas recientemente aceptada, el nivel
de evidencia le da también una alta categoría a pesar de
que los casos prospectivos, controlados y doble-ciego son aún
relativa-mente escasos (11).
Otro aspecto a tomar en cuenta en una droga empleada en desórdenes
crónicos es su seguridad y mantenimiento de la eficacia a largo
plazo. Es así que numerosos estudios han demostrado que a pesar
de las múltiples aplicaciones de TB-A a lo largo de varios años
la eficacia de cada aplicación no disminuye en pacientes con espasmo
hemifacial (12), distonía oromandibular (13), otros diversos movimientos
anormales (14). Nuestra experiencia de varios años coincide con
los reportes señalados previamente. Debe señalarse además
que recientemente se ha determinado que en estos casos de uso repetido
y prologado de TB-A las gemaciones colaterales llegan a regresionar y
la terminación sináptica original que había estado
inhibida reestablece la liberación de acetilcolina en la placa
mioneural sin haber ocasionado por tanto una inhibición irreversible
ni lesión estructural axonal (15).
En relación a la experiencia en nuestro medio, debe destacarse
la similitud de criterios entre los participantes de este panel y el
hecho que pertenecen a diferentes realidades de atención de salud
del país. Asimismo la similitud de la técnica, indicaciones
y otras variables de TB-A con lo publicado en la literatura.
La recomendación para que el uso de TB-A en neurología
brinde resultados adecuados se inicia eviden-temente con el primer paso
que consiste en el correcto diagnóstico semiológico y clínico
del desorden neurológico. Luego la identificación visual,
palpatoria o electrofisiológica de los músculos hiperactivos
implicados en el desorden neurológico y sobre todo de aquellos
que generen la mayor discapacidad. Si a lo anterior, se asocia una correcta
manipula-lación de la TB-A (adecuado almacenamiento, transporte,
dilución) y aplicación de la misma según parámetros
preestablecidos (dosis por punto, lugares anatómicos de aplicación,
uso de escalas, etc.) deberá servir como base para obtener resultados
confiables, replicables y útiles al emitir conclusiones sobre
nuestra casuística nacional.
Finalmente y aunque ya se han realizado estudios fármaco-económicos
en relación al uso de TB-A, resta replicarlos en nuestro país.
Sin embargo, es la impresión del panel que el costo de la aplicación
esporádica de TB-A comparado con el costo de la administración
oral diaria y prolongada de mono- o polimedicación para los desórdenes
neurológicos crónicos (v.g. espasmo hemifacial) resultaría
favorable a TB-A enfatizando además en los importantes efectos
secundarios y pobre respuesta a la medicación oral.
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Proc Natl Acad Sci USA 1999;96:2300-5.
(*)
Unidad de Movimientos Involuntarios, Instituto Especializado de Ciencias
Neurológicas (MINSA).
(**) Instituto especializado
de Ciencias Neurológicas (MINSA).
(***) Clínica Anglo-Americana.
(****) Hospital Nacional Guillermo Almenara (EsSalud)
(*****)
Centro Médico Naval.
(******) Hospital Nacional Edgardo Rebagliati (EsSalud) |