Ceremonia de entrega del "Premio Medalla de Oro Hipólito Unanue"
2009 en las Ciencias de la Salud
En ceromonia realizada el día martes 17 de noviembre del 2009, en el Salón Paracas del Swissotel Lima, y con la presencia del Dr. Óscar Ugarte Ubillúz, Ministro de Salud, se llevó a cabo la entrega del "Premio Medalla de Oro Hipólito Unanue" 2009 en las Ciencias de la Salud.
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Mesa de Honor: De izq. a der.: Sr. Rafael Fernández Stoll, Director Emérito de la Fundacion Instituto Hipólito Unanue; Sr. Álvaro Angel de Greiff, Presidente del Consejo Directivo de la Fundación Instituto Hipólito Unanue; Dr. Oscar Ugarte Ubilluz, Ministro de Salud; Dr. Felipe Plaza Fernández, Presidente del Consejo Consultivo de la Fundación Instituto Hipólito Unanue; Sr. Carlos Cornejo, Presidente Electo del Alafarpe. |
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Premiado: Dr. Armando Carcelén Bustamante, Premio Medalla de Oro en Medicina, recibe el saludo de felicitación del Dr. Óscar Ugarte Ubillúz, Ministro de Salud. |
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Premiado: Dr. Frank Lizaraso Caparó, Premio Medalla de Oro en Cirugía, Dr. Óscar Ugarte Ubillúz, Ministro de Salud; Dra. Nancy Lozano Reyes, Premio Medalla de Oro en Farmacia y Bioquímica; Dr. Wilson A. Delgado Azañero, Premio Medalla de Oro en Odontología. |
Palabras de agradecimiento a nombre
de los profesionales galardonados
Dr. Amador Carcelén Bustamante
Señor Doctor Óscar Ugarte Ubillúz, Ministro de Estado en
la Cartera de Salud Pública; Sr. Rafael Fernández Stoll, Director
Emérito de la Fundación Instituto Hipólito Unanue; Señor Álvaro
Angel, Presidente del Consejo Directivo de la Fundación Instituto
Hipólito Unanue; Doctor Felipe Plaza, Presidente del Consejo
Consultivo de la Fundación Instituto Hipólito Unanue; Señor
Carlos Cornejo, Presidente de Alafarpe; Señores Decanos de las
Facultades Universitarias; Señor Decano y ex Decanos del Colegio
Médico del Perú que están acá presentes, a todas las autoridades
universitarias y amigos todos.
Yo no he escrito un discurso porque nunca lo he hecho, he
afrontado esta tarea de decir discursos en múltiples ocasiones pero
nunca escribí un discurso, prefiero dejar que los labios fluya
espontáneamente lo que está en la mente, en el sentimiento y el
corazón.
También debería decir que lo acostumbrado en este tipo de discursos es al final dar las gracias, pero yo creo que lo pertinente
no es así, yo no estaría acá si no hubiera sido por mis padres y el
recuerdo de ellos es algo que quiero señalar con emoción, recuerdo
a mi padre, ejemplo supremo de honestidad, de laboriosidad de una
continuidad permanente en el trabajo, un hombre con una
capacidad para poder levantarse y decir “no” cuando tenía que
hacerlo, todo eso lo he heredado yo, y a mi madre una mujer
hermosa que cuando salíamos a la calle con mis hermanas, la gente
creía que pasaba la hermana mayor con sus hermanitos. De ella
aprendí la bondad. Costumbre nuestra tener permanentemente a
mis compañeros, sobre todo a los universitarios, en la casa donde
almorzaban, comían y le decían Doña Teodo o le decían tía, de esta
madre querida aprendí por sobre todas las cosas la capacidad de
entregarse y de servir a los demás y siguiendo la lista indudable-
mente para un médico sus pacientes, sus alumnos son la fuerza que
lo impele a proseguir hacia adelante.
Una palabra especial para mis profesores, no solamente a
aquellos que me enseñaron el pre-grado sino aquellos que en
actividad continua al lado de ellos hemos venido aprendiendo.
Debo refrescarles a ustedes que en nuestra época no existían los
residentados, entonces yo he creado el residentado médico de
neumología, residentado médico universitario, residentado de
medicina interna por lo tanto en esa época para aprender la única
actitud que cabía era estar al lado de un gran maestro y del que uno
aprendía, a todos ellos los recuerdo hoy día emocionado y una
palabra especial para uno de ellos, Don Carlos Bustamante Ruíz.
Recuerdo que cuando era alumno de 5° año, un día hice una
disertación brillante haciendo un diagnóstico difícil que ninguno de
mis compañeros lo había podido hacer y entonces el me entregó un
aforismo helénico que decía así “la tarea es grande, la vida es
breve, la experiencia difícil, el juicio engañoso”, esas frases, que
aún las tengo ahí guardadas las recuerdo permanentemente para
que no se me vayan los humos a la cabeza. Fue un hombre que con
esas pocas palabras me dio una lección muy grande de medicina.
Ahora en general tengo que solicitar la venia de la sala para
poder introducir el siguiente tema, porque aquí estoy hablando en
representación de los galardonados, yo con ellos he podido tener
contactos, y vivencias con Wilson Delgado, con el Dr. Frank .
Lizaraso y con la Dra. Nancy Lozano solamente he tenido
el contacto a través de la lectura de sus extensos curriculums que
los he leído con todo detenimiento, además conocía
referencialmente a ambos por los comentarios de otros colegas;
pero con Wilson si he compartido vivencias académicas en la
atención de pacientes, en la discusión de casos. He tenido también
momentos de tristeza, cuando tuve que atender de una enfermedad
necesariamente mortal a su señora madre, pero también lo he visto
en Cajamarca cantando “La Matarina”, así que con él, hemos
vivido momentos de alegría, de dolor y también lo que es la vida
universitaria. Quisiera resaltar algo que es lo más importante de
todo el mensaje que les podría dar, es que todos los galardonados
son educadores, todos han hecho de su vida la necesidad de dar al
resto y enseñar, más el tema no es enseñar, el tema es educar; educar
viene del latín “educare” que significa formar en los discípulos
facultades intelectuales y ético morales para que sean individuos útiles a la sociedad, ese aspecto de educadores que es común a todos
como ustedes han oído de los curriculums, todos son profesionales
universitarios y de larga data. Que hermoso es, nos dice que la Dra.
Nancy Lozano comenzó a enseñar Ad Honoren porque eso era así,
en nuestra generación, más de una vez, yo había dicho hubiera
pagado para poder enseñar. Esa es la capacidad de estos
profesionales que hoy son galardonados y que tienen gran mérito y
acá en Lima que todo fue lo mejor y ahí me siento satisfecho cuando
digo bueno pues la misión de educar ha sido elevada.
De ellos que hermoso ejemplo, que satisfacción tan grande
la que pueden tener ahora a lado de esta misma situación, ustedes
han oído en los curriculums como todos han estado y hemos estado
largos tiempos en el extranjero, pero sin embargo a pesar de todas
esas estancias prolongadas a pesar de lo que pueden ofrecer los
países desarrollados para cada una de las profesiones, cada uno de
los profesionales que está trabajando en un país desarrollado pero
sin embargo todos y cada uno de ellos decidieron no, yo regreso a
mi país ¿por qué?, porque es muy fácil en un país desarrollado
meterse en un engranaje y seguir la rueda. Pero no, ellos decidieron
venir al país para construir y acá viene otro de los términos que
debíamos examinar raíces, raíces viene del latín radix y tiene
numerosas acepciones en el diccionario, me parece tiene como 19
acepciones botánicas, zoológicas, matemáticas pero tiene muchas
también personales y entre las personales es el arraigo, es la persona
que se arraiga con su patria grande, con su patria chica con sus
amigos con la cultura de su país, todos los galardonados han hecho
eso, han tenido posibilidad de quedarse en otros países seguramen-
te a obtener beneficio técnico, más beneficio económico, mejor
desarrollo en su profesión, pero sin embargo han decidido venir a
crear cultura, a mejorar lo existente no a unirse a un sistema que está
caminando y en el cual van a hacer un engranaje más.
Y para finalizar, quería decirles el último pensamiento y es
el compromiso para que se pueda conseguir éxito en esta tarea que
se han involucrado todos los galardonados, han tenido necesidad de
hacer un compromiso militante “comprometere” es decir yo voy
hacer un trabajo esencial, continuo, perseverante para poder llegar
al éxito, no podemos simplemente dar las cosas y no decir nada,
tenemos un compromiso militante con nuestra patria, con nuestras
universidades, con nuestros alumnos y con todo lo que es Perú y yo
creo que esencialmente sin tener que repetir el curriculum, creo que
he podido escarbar dentro del corazón y dentro de la mente de los
galardonados, a los cuales yo felicito.
Muchas gracias, por la oportunidad de estar acá presente.
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